El Estado Islámico pierde terreno pero gana espacio en la agenda global
La política de la coalición contra el Estado Islámico encabezada por Estados Unidos no se mantiene al corriente de un enemigo adaptable. Este, según revela 'The New York Times', es un temor que el director de la CIA, John Brennan, compartió en público la semana pasada.
"Todavía tenemos por avanzar unos pasos antes de que seamos capaces de decir que hemos alcanzado algún progreso significativo contra ellos", dijo Brennan en una reunión del Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York.
El alto funcionario de la administración de Barack Obama advirtió que combatir al autoproclamado califato no obligatoriamente permite controlar la violencia global proveniente del mismo. "Mientras que la presión sobre el EI aumenta, creemos que se intensificará su campaña de terror global para mantener su preponderancia en el orden del día del terrorismo global", explicó.
Tres atentados de alta magnitud
Las autoridades turcas han admitido que fue un ataque coordinado por el Estado Islámico el que sufrió el aeropuerto internacional Ataturk de Estambul el martes pasado. Se saldó con 43 muertos (13 de ellos extranjeros) y 239 heridos.
El viernes un grupo que había jurado lealtad al Estado Islámico apuñaló hasta la muerte y ultimó a tiros a 20 comensales y dos policías en un restaurante situado en el barrio diplomático de Dacca, la capital de Bangladés. Y en Bagdad (Irak) el EI reivindicó el sábado la autoría del doble atentado con coches bomba que dejó al menos 200 muertos.
En opinión de varios responsables de inteligencia y fuerzas de seguridad, según la sintetiza el mismo diario, los tres atentados de estos últimos días, y los más sangrientos, son prueba de que el Estado Islámico se está transformando en una versión más grande y más sofisticada de su principal rival, Al Qaeda, a medida que está perdiendo territorios bajo la ofensiva gubernamental en Irak y Siria.
El desafío de una diversidad terrorista
El antiguo vicedirector del Centro Nacional Contraterrorista, quien se desempeña ahora como analista político jefe de Rand Corporation, Andrew Liepman, no cree que sea un brote fugaz de violencia. Incluso si el califato cae, centenares —si no miles— de sus soldados regresarán a casa para continuar la lucha.
"Será un desafío no para una generación, en Jordania y Túnez, en Francia y Estados Unidos", pronostica. Además, los ataques no encajarán en ningún paradigma: algunos serán plantificados desde un centro, otros supondrán ciertos vínculos con el EI, mientras que también los habrá a cargo íntegramente de los islamistas locales.
Planificación a largo plazo
El secretario de Estado de EE.UU. dijo en un encuentro con un diplomático africano: "Usted sabe, ellos tienen un plan para 30 o 35 años. Nosotros ni siquiera lo tenemos para un lustro".
Los voluntarios que el EI empezó a reclutar, entrenar y enviar a Occidente hace más de dos años, conformaron unas redes clandestinas, que han madurado en el tiempo transcurrido, advierten otros oficiales estadounidenses. Esas redes son cada vez más propensas a contestar al llamamiento de intensificar los ataques a nivel global, al tiempo que el área controlada por el grupo en Oriente Medio se reduce.