Lo que el tiempo se llevó: Ocho años de mandato surten efecto en la apariencia de Obama

Cuando Barack Obama, el 44.º presidente de los EE.UU., tomó las riendas de la Casa Blanca en 2009, lucía un aspecto joven y deportivo. En aquel entonces, el diario estadounidense 'The Washington Post', solicitó al artista Dugald Stermer que dibujase una imagen de cómo considera que luciría el presidente después de ocho años de mandato. Stermer exageró un poco, mostrando a Obama con notables señales de envejecimiento. 

Sin embargo, algunos expertos coinciden en que la edad biológica de muchos presidentes avanza mucho más rápido que el calendario real debido a la criticidad de sus actividades. El mismo presidente estadounidense, quien cumplió 55 años recientemente, ha dicho como broma que el color gris de su cabello se debe a las continuas reuniones que mantiene para tratar el conflicto sirio.

Los factores del 'envejecimiento presidencial'

El doctor Michael Roizen, jefe de salud de la Clínica de Cleveland, ha realizado un estudio de la vitalidad de los presidentes estadounidenses desde los años 1920. De esta forma, señala que los presidentes envejecen a un ritmo superior al de una persona normal: dos años biológicos por cada año calendario de trabajo en la oficina. "Aunque gocen de una excelente salud, y Obama mantiene una vida saludable, ellos acumulan enormes cantidades de estrés".

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Además, Roizen ha dado a conocer un factor que a su criterio es notable al hablar del envejecimiento de los mandatarios norteamericanos: la pérdida de amigos. Según el doctor, los amigos actúan por lo general como una protección contra los inclementes ataques del tiempo. Roizen afirma que los presidentes controlan el estrés no solo alimentándose bien y practicando deportes, sino contando con amigos cercanos en quien pueden confiar, y en este sentido, el último año del presidente Obama podría ser el más difícil. 

Si la fórmula de Roizen es correcta, solo nos queda esperar para ver cómo lucirá el siguiente presidente de los EE.UU. al terminar su mandato. Y es que según esta teoría, cualquiera de los dos candidatos a ocupar la Casa Blanca —Clinton (68 años) o Trump (70)—, luciría como una persona de unos 85 años al finalizar su período presidencial.