Rusia y EE.UU., ¿camino de restablecer la guerra fría?
En lo que parece "un restablecimiento de la guerra fría", los acontecimientos "parecen indicar el regreso a los días de las políticas de disuasión nuclear y a la amenaza constante de que algún jugador estatal detone la Tercera Guerra Mundial", sostiene el columnista Norman Byrd en el portal Inquisitr, en relación a las declaraciones que el responsable del Pentágono, Ashton Carter, realizó la semana pasada en la base de las Fuerzas Aéreas en Minot (Dakota del Norte, Estados Unidos).
Carter anunció que EE.UU. comenzará a restaurar sus sistemas de misiles nucleares, una puesta a punto que tomaría unos 20 años en completarse, como respuesta directa a las mejoras de las capacidades de Rusia, China y Corea del Norte en este ámbito.
En ese periodo de tiempo, los norteamericanos planean gastar cerca de un billón de dólares en renovar alrededor de 400 misiles intercontinentales Minuteman III. El secretario de Defensa de EE.UU. indicó que "el uso más probable de las armas nucleares hoy en día no es un intercambio nuclear masivo", sino evitar que "por ejemplo, Rusia o Corea del Norte" realicen "de manera imprudente ataques pequeños, pero terribles y sin precedentes".
¿Qué impulsa la Tercera Guerra Mundial?
Norman Byrd explica que esta modernización de EE.UU. "en sí no impulsa los temores de una Tercera Guerra Mundial y de una guerra multinacional, que podría dar lugar a un intercambio nuclear potencial", sino que "el mantenimiento adecuado de las municiones de guerra es un guiño a la seguridad", aunque "la retórica política que lo acompaña, sí".
El columnista pone como ejemplo la declaración de Carter, en la que apunta que la OTAN no solo debe "actualizar su libro de jugadas nuclear", sino también "planear y entrenar como si luchásemos para disuadir a Rusia de que se puede beneficiar del uso nuclear" en un posible conflicto.
De todos modos, la Alianza cuntinúa su expansión hacia las fronteras de Rusia —algo que Moscú considera una amenaza— y lo que describe como un simple escudo antimisiles puede emplearse como un arma con una simple modificación de 'software'.
"Nada nuevo"
Este analista explica que "el ruido de sables de la Tercera Guerra Mundial no es nada nuevo entre Rusia y EE.UU.", ya que "ambas superpotencias han jugado al arriesgado juego de la política nuclear desde que, en 1949, Rusia detonó su primera bomba atómica".
De este modo, "aunque el final de la guerra fría y la desintegración de la URSS disminuyeron las tensiones entre las dos potencias nucleares más importantes del mundo, el ascenso de Rusia bajo la dirección de Vladimir Putin ha vuelto a poner en juego toda la militarización y las posturas políticas", indica Byrd.
En definitiva, para muchos unas tablas en el apartado nuclear "son una alternativa mucho mejor que vivir rifirafes nucleares limitados o, peor aún, la destrucción casi segura del planeta que provocaría una Tercera Guerra Mundial", concluye Norman Byrd.