¿Por qué el 'pato rengo' Obama se ha rendido respecto a Rusia?
El periodista irlandés Bryan MacDonald estima que resulta "obvio" que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no entiende a Rusia, como refleja "el insulto más equivocado" que cualquier presidente norteamericano ha utilizado con ese país, cuando lo definió como "una potencia regional" que actuaba fruto de la debilidad, no de la fuerza.
Este columnista considera que esa expresión del mandatario norteamericano fue "un error de juicio colosal", ya que no solo arremetió contra "el único país en la Tierra capaz de causar daños militares a EE.UU.", sino que también provocó a los rusos, que suelen "apreciar el poder de su país".
Además, este analista recuerda que su afirmación resulta una degradación de categoría respecto al sobrenombre 'Imperio del mal' con que el expresidente de EE.UU., Ronald Reagan, denominó a la Unión Soviética y es "totalmente falsa, como han demostrado los últimos acontecimientos en Oriente Medio".
Adiós al diálogo
A pocos meses de que termine su presidencia, a Bryan MacDonald le parece que Barack Obama "se ha rendido" respecto a Rusia, mientras las relaciones entre ambos países están "en el nivel más bajo de los últimos 30 años". Esto dejará a su sucesor "dos conflictos totalmente sin resolver": Siria y Ucrania.
Obama aún puede hacer muchísimas cosas para dejar "un legado más creíble", como reunirse con su homólogo ruso, Vladímir Putin, una medida similar a la que tomaron sus predecesores cuando las relaciones con Rusia "se volvían amargas". Sin embargo, al analista le parece que "prefiere jugar al golf" y dejar que su secretario de Estado, John Kerry, "haga el trabajo duro".
¿Cómo ha empeorado tanto la relación?
Este periodista considera que "la arrogancia de Obama con Rusia" demuestra que tiene "un ego enorme": "ha atacado a la economía de Rusia", "ha rechazado completamente" sus preocupaciones en Europa Oriental y "se ha burlado de Putin", al que incluso ha empleado para atacar al candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump. "Como mínimo, es una mala diplomacia".
Bryan MacDonald detalla que en Moscú existen varias versiones sobre los motivos por los cuales parece que Obama "ha tirado la toalla". Así, el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, opina que el presidente estadounidense no puede controlar ni los militares ni a varios integrantes de su Gobierno, mientras que la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, estima que Washington no tiene "una postura unificada".
Menos complicado de lo que parece
De acuerdo con MacDonald, la razón de las malas relaciones entre Rusia y EE.UU. podría ser más simple de lo que parece: ambos se oponen al Estado Islámico, pero Arabia Saudita y Catar, los aliados de los norteamericanos, son "sus principales promotores" y eso complica el asunto.
En Ucrania, las cosas son "algo más simples": EE.UU. pretende "poner un pie en Kiev", mientras Rusia quiere que "se vaya de allí", con lo cual el sustituto de Obama tendrá que decidir "si sube la apuesta o cede".
En cambio, EE.UU. apoya a los grupos rebeldes armados de Siria —"definidos como 'moderados' por los medios de comunicación occidentales"—, mientras Rusia considera que el Gobierno de Bashar al Assad es la "única entidad capaz de conservar el Estado y derrotar al EI".
Después de que los estadounidenses abandonaran la cooperación con Rusia para resolver el conflicto en ese país árabe, Rusia anunció la suspensión del acuerdo sobre el plutonio. "Quizás, de este modo Putin respondió a las "desatinadas" palabras del portavoz del Departamento de Estado norteamericano, John Kirby, quien mencionó que Rusia podría recibir nuevas sanciones, sufrir ataques terroristas e, incluso, perder aviones y recibir los cuerpos sin vida de sus soldados en Siria, recuerda MacDonald.
"Cualquiera que sea la razón, está claro que Obama se ha rendido en cuanto a Putin y el Kremlin ha respondido lavándose las manos respecto a su Administración" y "el resultado es que, durante los próximos meses, las dos superpotencias militares del mundo no estarán en condiciones de hablar", concluye Bryan MacDonald.