"Trump podría recurrir a un modelo más crudo y eficaz para llevar orden al mundo"
"El mundo tiene ya necesidad extrema del estilo diplomático de Donald Trump", anuncia el analista internacional Richard Galustian en un artículo en la CNN.
Según el experto, juntos Donald Trump y Vladímir Putin pueden revertir años de "terrible política exterior" estadounidense y Libia puede ser el mejor lugar para aplicar la cooperación estadounidense con Rusia.
Galustian afirma que Libia está a punto de "igualar a Siria" en relación a la escalada bélica que se está fraguando en el país magrebí. En su capital, Trípoli, las milicias que fueron apoyadas por Occidente a comienzos de la Primavera Árabe en 2011 ahora combaten entre sí. Esta realidad se agrava por el hecho de que el Gobierno de Unidad Nacional –creado por la Administración estadounidense e internacionalmente reconocido– se ve incapaz de "imponer orden en el país", asevera Galustian, que llegó a Libia en 2011.
"Fórmulas sofisticadas" de Obama
El experto recuerda que Barack Obama admitió su error de no prever ningún escenario para la etapa posterior al derrocamiento del jefe de Estado libio Muammar Gaddafi y asegura que el problema del aún presidente es "su enfoque para los problemas internacionales", puesto que ha pretendido con sus "sofisticadas fórmulas" satisfacer a todas la partes. Para Galustian el fracaso de esta estrategia provocó más guerra y el colapso del poder central en Libia, al que se contrapone el Parlamento con sede en Tobruk, que tiene el apoyo del Ejército y ejerce el control sobre importantes puertos petroleros del país.
El autor destaca las diferencias entre Obama y Trump, del que asegura que prefiere "convenios firmes más que una diplomacia estratificada". Galustian afirma que aunque parezca "crudo y hasta maquiavélico", Washington y Moscú ejercen un alto grado de influencia sobre la situación en Libia ya que mantienen contactos con las partes beligerantes. A su juicio, una vez los dos se pongan de acuerdo "sus 'clientes' se someterán".
El analista asevera que "Trump es maduro como para recordar la diplomacia de Henry Kissinger de la época de la Guerra Fría", que se caracterizó por ser "dura y no exactamente limpia" y al mismo tiempo "pudo ser lo que salvó al planeta". "Por lo que sabemos, el presidente electo es lo suficientemente valiente como para abandonar el multilateralismo y volver a un modelo más crudo y eficaz para llevar orden al mundo", concluye.