¿El yihadismo se financia en América Latina?
Un informe del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), que depende del Ministerio de Defensa de ese país, indica que "la silenciosa presencia" de miembros y grupos afines al yihadismo en América Latina "puede estar más fundamentada" por "la impunidad" para "financiar actividades terroristas" que ofrece la región.
Los autores de este documento aseguran que esas organizaciones guardan "una estrecha relación" con "actividades de crimen organizado" y, en concreto, señala al clan Barakat paraguayo y a la organización colombiana Joumma como fuentes de financiación del colectivo insurgente libanés Hezbolá "a través del tráfico de drogas y del blanqueo de capitales".
En cualquier caso, la influencia de ese colectivo chiita habría disminuido y ahora sería la organización terrorista Estado Islámico quienes tendría más presencia en Latinoamérica, un lugar que les "ha servido como apoyo ideológico y financiero", como demuestra el hecho de que "más de 100 individuos" de esa región "han viajado a Siria e Irak, algunos en compañía de familiares", para enrolarse en sus filas.
¿Quién financia a quién?
Sin embargo, algunos analistas ponen en duda estas afirmaciones del IEEE. Por ejemplo, la politóloga y antigua integrante del Departamento de Medio Oriente del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de la Plata (Argentina), Ana Schinder, ha explicado a RT que las organizaciones yihadistas como el EI "utilizan numerosos mecanismos para financiarse", pero ninguno pasa por América Latina. De este modo, una de sus fuentes —"quizás la principal"— serían "donantes individuales" de las monarquías del golfo Pérsico porque consideran que se trata de "un instrumento para expandir el islam wahabita, que profesa Arabia Saudita".
Schinder ha detallado que otro origen de sus recursos "es la venta clandestina del crudo que extraen de los pozos petrolíferos" de las zonas que dominan, principalmente "los campos de Deir Ez Zor", en el sur de Siria, mientras que la tercera vía "son los impuestos internos que cobran a las poblaciones que mantienen bajo su control", a las que brindan "servicios básicos de salud, justicia y educación" basados en "su particular interpretación de la ley islámica".
La perspectiva de esa especialista es que el objetivo de "vincular a estas organizaciones con determinadas zonas o comunidades musulmanas de América Latina" es "habilitar la posibilidad, a la larga, de incrementar la injerencia de Estados Unidos en el continente".
Musulmanes en América Latina
Los datos del IEEE son "especialmente preocupantes" en Trinidad y Tobago, desde donde viajaron a Siria e Irak cerca de 70 personas, y "en Brasil, donde el grupo yihadista Ansar al Khilafah Brazil" declaró su lealtad al EI en vísperas de los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
No obstante, Julián Aguirre, periodista y uno de los autores del libro "ISIS. El ejército del terror", recordó que, en su momento, algunos medios difundieron que "había una red de Al Qaeda en la triple frontera" entre Argentina, Paraguay y Brasil, pero "el único indicio" es la presencia de una comunidad islámica, algo que refleja "un sesgo bastante discriminatorio".
En ese sentido, Aguirre resaltó que las comunidades musulmanas de América Latina en general y Argentina en particular están "integradas a la sociedad" desde hace "varias generaciones" y no experimentan "la alienación y marginación" que "alimenta el trabajo de reclutamiento" de organizaciones terroristas en Europa.
Santiago Mayor