Movilizaciones en toda Europa para frenar el CETA, el "caballo de Troya" del TTIP

El Parlamento Europeo previsiblemente ratificará el acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá el próximo mes de febrero.

Sociedad civil, sindicatos, agricultores y activistas de organizaciones ciudadanas, culturales y políticas de toda Europa salen a la calle este sábado con el objetivo de frenar el acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA), también conocido como el 'TTIP canadiense'. 

"Tenemos una visión de Canadá mucho más amable que la de EE.UU., pero a nivel económico el funcionamiento es similar. El 80% de las multinacionales estadounidenses tienen sede en Canadá y, mediante el CETA, podrán actuar en Europa, por lo que de alguna forma este tratado es la puerta trasera por la que se nos va a colar el TTIP", explica a RT Cuca Hernández, portavoz de la campaña estatal 'No al TTIP'  e integrante de Attac, la Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Acción Ciudadana. 

Las movilizaciones están convocadas en toda Europa para pedir a los eurodiputados que voten 'no' al tratado, en una jornada prevista inicialmente para el 14 de febrero. "Pedimos el voto negativo porque, por un lado, la Comisión Europea ha propuesto su aplicación provisional una vez que sea aprobado por el Parlamento Europeo y, por otro lado, porque se ha solicitado desde diversos organismos la consulta al Tribunal Europeo de Estrasburgo para que defina si el Tratado está de acuerdo con la legislación europea", explica la portavoz. 

Entre los grupos que se han posicionado en contra del CETA, pero también de otros acuerdos comerciales como el TTIP y el TISA, está Izquierda Unitaria Europea. "Entendemos que no son tratados comerciales porque lo que pretenden es hacer una especie de Constitución transatlántica que cambie nuestras normas y nuestras regulaciones", afirma Marina Albiol, eurodiputada de Izquierda Unida y portavoz en el Parlamento Europeo de Izquierda Plural, en una conversación con RT.

Además, explica la eurodiputada, estos tratados comerciales "van a afectar a nuestros derechos laborales y va a ser un duro golpe para el medioambiente, para el sector agrario y para las pequeñas y medianas empresas": "Representan un retroceso en nuestros derechos, pero también un ataque a la democracia por el cómo se han estado negociando, en secreto y de espaldas a la ciudadanía", añade. 

La campaña estatal 'No al TTIP' ha estado manteniendo numerosos contactos y reuniones con representantes de algunas fuerzas políticas en el Parlamento Europeo para pedir que voten 'no' al acuerdo entre la UE y Canadá, pero si no hay cambios, el CETA será ratificado, previsiblemente, con los votos a favor de los populares, los socialdemócratas y los liberales, aunque entre estos dos últimos grupos, hay algunas voces discrepantes.

"No hay una posición unánime dentro de los socialdemócratas. Aunque hay algunos diputados que parece que van a votar en contra, no son la mayoría y tampoco son los españoles, que van a votar a favor", explica Albiol. "Nosotras hacemos una gran llamada a los socialdemócratas, que si de verdad han roto la gran coalición, que si de verdad quieren volver a situarse en la izquierda, o al menos en el lado progresista, voten en contra del CETA, que será la mejor demostración de todo ello", añade.

En el caso de que el Parlamento Europeo ratifique el tratado, amplias secciones de este acuerdo comercial y de inversiones se aplicarán de forma provisional; es decir, antes de que sea votado para su confirmación final en los parlamentos nacionales de los 28 miembros de la Unión Europea.

En este sentido, la eurodiputada de IU celebra la decisión de que finalmente el CETA sea un tratado mixto y, por tanto, tenga que votarse en los distintos Estados miembros: "Es un éxito de la presión y de las movilizaciones, y ha sido una exigencia desde el principio de las plataformas y de los movimientos sociales". 

Sin embargo, denuncia Albiol, "es absolutamente antidemocrático que, si es un tratado mixto y tiene que pasar por los Estados miembros, se aplique antes de su ratificación. Es un golpe en democracia. Nosotras confiamos en que en ese paso por los Estados miembros no sea aprobado y, por tanto, no se aplique nunca".

Los puntos más preocupantes del CETA:

María Jesús Vigo Pastur