La nueva subdirectora de la CIA es una agente involucrada en torturas en prisiones secretas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha nombrado como número dos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a Gina Haspel, una mujer que dirigió en Tailandia una de las cárceles secretas que fueron creadas tras los atentados del 11-S y en la que se practicaron torturas durante los interrogatorios, según informa 'The Washington Post'.
Dos supuestos miembros de Al Qaeda fueron sometidos en este centro de detención oculto a la tortura conocida como 'waterboarding': un método de tortura que consiste en hacer ahogamientos simulados o castigos con agua durante los interrogatorios.
Haspel, quien estará a las órdenes de Mike Pompeo, es la primera mujer espía que alcanza el segundo puesto de la agencia, y su nombramiento ha sido muy bien recibido en el cuartel general de la CIA, en Virginia, y entre los profesionales de inteligencia estadounidense.
Interrogatorios secretos extrajudiciales y destrucción pruebas
La nueva subdirectora de la agencia, de 60 años, ha pasado la mayor parte de sus 32 años de carrera en misiones en el extranjero: trabajó en la embajada estadounidense en Londres y en 2013 fue nombrada jefa del Servicio Clandestino Nacional de la CIA, aunque fue reemplaza en pocas semanas al conocerse su implicación en interrogatorios en los que se empleó la tortura del agua.
El director de la CIA, Mike Pompeo, ha subrayado que Haspel es "una líder probada con una extraordinaria habilidad para hacer las cosas e inspirar a quienes la rodean". Por su parte, Michael Hayden, ex director de la agencia, describió a la nueva subdirecta como "una amiga de confianza, teniente y guía en los pasillos a veces opacos del espionaje estadounidense".
Según el citado medio, en la prisión secreta que dirigió en Tailandia, fueron interrogados extrajudicialmente los supuestos miembros de Al Qaeda Abu Zubaydah y Abd al-Rahim al-Nashiri. El primero fue sometido en más de 80 ocasiones al ahogamiento simulado, según una investigación del Senado.
Además, a Haspel también se la responsabiliza de haber ordenado en 2005 la destrucción de las cintas en las que estaban registradas todas las torturas a las que fueron sometidos los detenidos, y que se guardaban en este centro de detención de Tailandia.
Al llegar a la Casa Blanca, en 2009, el expresidente estadounidense Barack Obama puso fin al programa de detenciones e interrogatorios de la CIA, y obligó a seguir el manual del Ejército, que prohíbe la tortura en los interrogatorios.