Las protestas contra las políticas del Gobierno del presidente sirio Bashar al Assad, que estallaron en marzo de 2011, no solo derivaron en una guerra civil a gran escala entre las fuerzas gubernamentales y la oposición armada, sino que ha desembocado en un conflicto de alcance internacional donde la lucha contra los terroristas se entremezcla con el conflicto de intereses de varios países extranjeros, incluidas las dos mayores potencias nucleares.
Como resulta sencillo perderse en el complejo laberinto del conflicto sirio, aquí tiene unas claves que le ayudarán a orientarse.
¿Contra quién lucha Assad?
Lo que empezó en enero de 2011 con manifestaciones pacíficas a favor de las reformas políticas en Siria, sobre el telón de fondo de la así llamada Primavera Árabe, desembocó en protestas masivas y luego en un conflicto armado a gran escala.
La organización que agrupaba en un principio a la oposición siria fue el Consejo Nacional Sirio (SNC), con base en Estambul, que en 2011 incluía a todas las facciones antigubernamentales. Sin embargo, las divergencias políticas, militares y religiosas dividieron al SNC en 2012-2013 en grupos (en grupos armados, la oposición moderada y la oposición radical). Por su parte, los kurdos crearon su propia agrupación, de la que forma parte el brazo armado denominado la Unidad de Protección Popular (YPG).
Debido a la división (política y religiosa) de las fuerzas opositorias, diferentes tipos de grupos islamistas, entre ellos las organizaciones terroristas del Frente Al Nusra (la rama local de Al Qaeda) y del Estado Islámico (que llegaron desde Irak), comenzaron a adquirir un mayor protagonismo en su confrontación contra las fuerzas gubernamentales.
Después de que Damasco no pudiera apaciguar el conflicto nacional, varios protagonistas internacionales, como EE.UU., Europa, Turquía y monarquías de Oriente Medio, aprovecharon la guerra civil siria para intervenir de maneras directa o indirecta en el país árabe, lo que ha contribuido a agravar el conflicto.
EE.UU., Europa y Oriente Medio invaden Siria
Desde el comienzo de la guerra civil en Siria, las autoridades estadounidenses, bajo la presidencia de Barack Obama, y la CIA, proporcionaron un fuerte apoyo a la llamada 'oposición moderada', en particular al grupo armado del Ejército Libre Sirio, que lucha contra Damasco.
En un primer momento, los rebeldes solo contaban con asistencia no letal, pero más tarde EE.UU. empezó a procurar financiación, armas y entrenamiento a la 'oposición moderada' en su lucha "contra los terroristas". Después, EE.UU. acabó admitiendo que parte de la ayuda letal terminó en manos de terroristas que lo usan tanto contra el Gobierno y los civiles, como contra la 'oposición'.
Además de Washington, simpatizantes naturales de Arabia Saudita, Catar, Kuwait, así como Turquía habrían proporcionado "millones de dólares" a los "grupos terroristas, incluido el Frente Al Nusra y el EI", según declaró en marzo de 2014 David Cohen, secretario adjunto del Departamento de Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera de EE.UU.
Operación militar de EE.UU. y sus aliados en Siria
La coalición internacional lideraba por EE.UU. comenzó a lanzar ataques aéreos contra el Estado Islámico en Siria el 10 septiembre de 2014 sin la aprobación del Gobierno legítimo de Assad. Si bien el objetivo principal de la coalición era "luchar contra el EI", sus ataques no siempre son precisos, habiéndose cobrado ya centenares de vidas inocentes. EE.UU. no presenta datos exactos sobre el número de los terroristas abatidos en territorio sirio durante su operación, que dura ya dos años y medio.
Además, EE.UU. así como Reino Unido, Francia, Alemania y los principales países del golfo Pérsico han instado al presidente sirio, Bashar al Assad a dimitir porque "se interpone en el camino" de los ciudadanos sirios, según dijo Obama en su día.
¿Quién y por qué ayuda al Gobierno sirio?
Rusia, Irán, así como agrupaciones chiítas, entre ellas Hezbolá, apoyan al Gobierno legítimo sirio que combate a los terroristas del EI, del Frente Al Nusra y de la 'oposición moderada', apoyada por EE.UU.
Desde el 30 de septiembre de 2015 Moscú llevó a cabo una operación antiterrorista en Siria después de que el presidente sirio solicitara a Rusia ayuda militar para combatir a los yihadistas. En los cinco meses y medio que duró aquel operativo, las Fuerzas Aéreas rusas han destruido más de 12.000 blancos de infraestructura terrorista. Según el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, unos 35.000 radicales fueron abatidos durante el primer año de la presencia de militares rusos en Siria.
Una de las razones por las que Rusia apoya al Gobierno de Assad es el temor a que un cambio de poder haga que Siria siga los pasos de Libia, un país hoy desmembrado tras la invasión de la OTAN. "Nadie puede garantizar que con la salida de Assad no se repita el escenario libio", afirmó en su día el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Asimismo, Rusia ha reiterado en muchas ocasiones que son los sirios que deben decidir su futuro.
Armas químicas en Siria
En agosto de 2013 se informó de uso masivo de armas químicas en las afueras de Damasco, donde al menos 600 personas perdieron la vida. Tanto el Gobierno de Assad como la Coalición Nacional Siria (SNC por sus siglas en inglés) de las fuerzas de la oposición se desvincularon de aquellos hechos y se acusaron mutuamente.
El uso de sustancias químicas desencadenó entonces una discusión global sobre la necesidad de lanzar una operación militar contra Siria. El entonces presidente de EE.UU., Barack Obama, estuvo a punto de ordenar un ataque aéreo contra Damasco, pero, finalmente, el presidente ruso, Vladímir Putin, consiguió que los líderes mundiales apostaran por un proceso de control y de eliminación internacional del potencial químico-militar de Siria bajo el amparo de la ONU.
El 23 de septiembre de 2013 el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución sobre Siria que respaldaba el plan de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) para la destrucción de los arsenales químicos sirios, que acabarían siendo neutralizados a bordo de un barco norteamericano Cape Ray. A principios de 2016 la OPAQ anunció la destrucción completa de las armas químicas sacadas del territorio sirio a finales de julio de 2014.