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Exjefe de la CIA al Congreso: "'No sé si hubo connivencia entre Trump y Rusia"
El exdirector de la Agencia Central de Inteligencia ha señalado que el caso merecía ser investigado por el FBI para determinar si esa cooperación o colusión tuvo lugar.
El exdirector de la CIA, John Brennan, ha admitido que tiene "preguntas sin resolver" sobre si existen relaciones entre los funcionarios de la campaña presidencial de Trump y Moscú, informa el periódico 'The New York Times'.
Brennan fue convocado para declarar el martes ante el Comité Selecto de la Cámara de Inteligencia como parte de la investigación sobre las acusaciones hechas por los demócratas y la Administración de Obama de que Rusia de alguna manera influyó en el resultado de las elecciones presidenciales de 2016.
"Encontré y soy consciente de la existencia de información y de inteligencia que reveló contactos e interacciones entre funcionarios rusos y personas estadounidenses involucradas en la campaña de Trump y que me preocupaba", dijo Brennan a los legisladores. Este caso "merecía ser investigado por el FBIpara determinar si esa cooperación o colusión estuvo ocurriendo", agregó Brennan.
A la pregunta de si, en su opinión, tuvo o no lugar tal colusión, el exjefe de la CIA respondió: "No lo sé".
"En el momento en que dejé el cargo el 20 de enero, tenía en mi mente preguntas sin resolver" sobre si Rusia logró que los funcionarios de campaña de Trump fueran sus agentes "con o sin intención", dijo Brennan.
"Instrumento de rusofobia"
Por su parte, las autoridades rusas han refutado en varias ocasiones cualquier acusación de injerencia en el proceso político del país norteamericano y han señalado que Washington no ha presentado ninguna prueba al respecto.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, señaló que las acusaciones a Rusia por su supuesta injerencia en los asuntos estadounidenses, en particular en las elecciones de 2016, no tienen ninguna base. "Creo que esas acusaciones son completamente infundadas, al menos no conozco ningún hecho que las confirme", aseveró.
Según el ministro de Exteriores ruso, durante la campaña electoral esas acusaciones se usaron como una herramienta que el Partido Demócrata consideró como "una manera eficiente para conseguir el apoyo del pueblo estadounidense, jugando con sus sentimientos, según los cuales nadie debe intervenir en los asuntos estadounidenses". "Es un instrumento de rusofobia", agregó Lavrov.
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