El representante de Irán ante la Naciones Unidas, Gholam Alí Joshru, ha enviado una carta de protesta al secretario general de esa organización, António Guterres, por las recientes declaraciones del secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, sobre un cambio de Gobierno en el país persa.
La tensión entre Teherán y Washington ha aumentado desde que Donald Trump comenzó su mandato y se ha disparado en las últimas semanas. ¿Podría dar lugar a un conflicto militar?
Las declaraciones "intervencionistas" de Tillerson
La semana pasada, Tillerson afirmó ante el Congreso de EE.UU. que la política norteamericana respecto a Irán consiste en "hacer retroceder su hegemonía" en Oriente Medio, "contener su capacidad para desarrollar armas nucleares" y apoyar "a los elementos" dentro del país que "podrían conducir a una transición pacifica".
En su misiva, Joshru denuncia que las declaraciones del representante estadounidense forman parte de "un plan intervencionista" contrario a las normas y principios del derecho internacional y suponen una "violación flagrante" de los Acuerdos de Argel de 1981 y de otros tratados que obligan a Washington a "no intervenir directa o indirectamente, política o militarmente, en los asuntos internos de Irán", recoge la agencia iraní IRNA.
Puntos de tensión
Irán y EE.UU. tienen varios puntos de tensión en Oriente Medio:
- En Siria, los últimos ataques estadounidenses contra milicias leales a Bashar al Assad y respaldadas por Irán han echado más leña al fuego. Este martes, las fuerzas de la coalición internacional liderada por Washington han derribado un dron sirio Shahed 129 de fabricación iraní.
- En el golfo Pérsico —en concreto, en el estrecho de Ormuz— los buques de guerra estadounidenses e iraníes protagonizan encuentros poco amistosos y acercamientos peligrosos.
- En Yemen, Teherán y Washington apoyan a bandos opuestos en una guerra que ya dura dos años.
La visita que abrió la puerta a una guerra
Sin embargo, el acontecimiento más significativo para la actual tensión fue la retórica antiiraní que el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, adoptó durante su reciente visita a Riad, donde se manifestó de manera inequívoca a favor de Arabia Saudita y calificó la influencia de Irán como una amenaza global equiparable a la de los grupos terroristas Estado Islámico y Al Qaeda.
Además, tras el doble ataque en Teherán a principios de junio y al tiempo que expresaba sus condolencias, el presidente estadounidense volvió a subrayar que "los países que patrocinan el terrorismo corren el riesgo de ser víctimas del mal que promueven".
Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní Estadounidense y autor del nuevo libro 'Losing an Enemy: Obama, Iran and the Triumph of Diplomacy' ('Perdiendo un enemigo: Obama, Irán y el triunfo de la diplomacia', en inglés), ha explicado que "al ir a Arabia Saudita y anunciar un aislamiento total de Irán", Trump no solo "cerró la ventana para un diálogo", sino que abrió otra "para una potencial guerra con Irán".
Al respecto, este especialista recuerda que "puede tener la apariencia de ser accidental" pero, en realidad, se trata de una maniobra "muy deliberada" para incrementar la tensión.
"Tres de los lugares más peligrosos del mundo"
Hoy en día, "tres de los lugares más peligrosos del mundo" son Yemen, el área entre el este de Siria y el oeste de Irak y "los pasillos del Congreso de EE.UU.", considera Robert Malley, un alto funcionario de la Casa Blanca que ayudó a negociar el acuerdo nuclear con Teherán.
Con esta valoración, Malley advierte de que, aunque en este punto los iraníes están decididos a "jugar con calma" y no reaccionar de manera exagerada a las acciones de Washington, es posible que "en algún momento" el líder supremo de Irán [el ayatolá Alí Hoseiní Jameneí] decida: 'Vamos a hacer algo'".
Guerra después del Estado Islámico
De momento, la campaña contra el enemigo común que es el EI actúa como un elemento de disuasión para Irán y EE.UU. aunque, a medida que los yihadistas "desaparecen del mapa", la tolerancia entre los grupos chiitas que apoya Teherán y los colectivos que cuentan con la ayuda de Washington corre el riesgo de desaparecer "bastante rápido", asevera Ilan Goldenberg, un exfuncionario de los departamentos de Estado y de Defensa estadounidenses.
En la misma línea, Jennifer Cafarella, especialista en conflictos del Instituto para el Estudio de la Guerra de Washington, predice que "después del Estado Islámico" tendrá lugar "una guerra" para "dominar la esfera de seguridad" tras la recaptura de Mosul (Irak).