Monopolios mediáticos o redes sociales: ¿Quién tiene el poder en América Latina?
Recientemente, varios países latinoamericanos se animaron a cuestionar el poder de los grupos monopólicos que, hasta ahora, decidían qué miramos, cómo lo miramos y cuándo lo miramos. Al mismo tiempo, las redes sociales crecieron como nunca antes y empezaron a disputarle a los grandes medios de comunicación la potestad de informar.
Por primera vez en mucho tiempo, se puso sobre la mesa que la información es un derecho humano y los latinoamericanos empezaron a denunciar las mentiras de los grandes medios de comunicación.
El caso de Ayotzinapa
Un claro ejemplo de ello es el caso de Ayotzinapa. Cuando los 43 estudiantes mexicanos desaparecieron, al principio los medios lo silenciaron, pero las movilizaciones fueron tan grandes que, al final, el Gobierno de Enrique Peña Nieto tuvo que dar una versión de los hechos —la llamada 'Verdad histórica'—, aunque no todos se la creyeron.
En México, el mapa de medios está claro: el poder se lo disputan dos gigantes, TV Azteca y Televisa, que pelean por una audiencia de más de 130 millones de habitantes.
Durante medio siglo, los mexicanos solo vieron lo que les querían mostrar pero, en un momento, la audiencia despertó para pedir derecho de réplica y que se abran las puertas para que los padres de familia puedan exponer en los medios de comunicación los puntos que los tienen inconformes.
"Se han dicho muchas mentiras por las televisoras, que son como portavoces del Gobierno", denuncia la activista Leticia Estrada, quien explica que lo que exigían era que les dieran "el derecho a la voz" a los padres y a los normalistas "para que digan la verdad".
"Rebelión y hartazgo ciudadano"
Así, mientras la televisión seguía callada, el tema explotaba en las calles, los medios alternativos y las redes sociales.
El periodista Jenaro Villamil señala a RT que el ascenso de las redes sociales ha sido "vertiginoso" e "impresionante" en México, sobre todo desde finales de 2014, a raíz de la crisis de Ayotzinapa. Desde entonces hasta la fecha, ha habido una "auténtica rebelión ciudadana" fruto del "hartazgo" expresado "en las redes digitales".
Mientras tanto, los medios mostraron el caso totalmente tergiversado. "Decían que éramos rojos, que éramos de un grupo de delincuencia organizada" pero, con el tiempo, aprendieron "a no hacer tanto caso" de lo que digan los medios de comunicación, pues ya habían visto cómo estigmatizaban "otros movimientos sociales" y "a otros luchadores" sociales, incluidos "defensores de derechos humanos, periodistas, migrantes y mamás que buscan a sus desaparecidos en todo el país", recuerda Omar García, uno de los supervivientes de Ayotzinapa.
¿Somos ciudadanos informados y libres?
La situación en México es muy clara, pero el panorama en la región no es mucho mejor. Por eso, todavía hablan de "incidentes" cuando, en realidad, es represión; hablan de "libertad de expresión", cuando no dudan en hacer callar las voces; ponen "institucionalidad", cuando se trata de un golpe de Estado; titulan "vandalismo", cuando lo que hay es lucha por igualdad de derechos; y ponen noticias de delincuencia en vez de hablar de desigualdad.
En estas circunstancias, las preguntas que surgen son: ¿Alcanzan las redes sociales para mostrarnos el otro lado de las cosas? ¿O, en realidad, solamente se está creando un nuevo monstruo de concentración de poder? ¿Somos ciudadanos realmente informados? ¿Somos ciudadanos libres?