"Si Cataluña se convierte en [un Estado] independiente, otros harían lo mismo. Eso no me gusta". Así se ha manifestado este viernes el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en una charla con estudiantes en la Universidad de Luxemburgo.
"No quiero una Unión Europea que dentro de 15 años esté formada por 90 países, sería imposible", ha declarado Juncker.
Asimismo, el político ha señalado que la UE no actúa como mediador en esa situación porque se crearía "más caos", y ha explicado que cuando ha intervenido como mediador lo ha hecho "entre Estados miembro".
¿Quién podría ser el siguiente?
De hecho, el caso catalán no es el único en la Unión Europea donde una región busca una mayor autonomía o incluso la independencia. Estos son los seis ejemplos más destacados.
Escocia, Reino Unido
Escocia es una de las regiones europeas con una de las corrientes independentistas más fuertes. Tiene su propio Parlamento y gestiona varias competencias, a excepción de algunas como la diplomacia y la Defensa. Aunque en el histórico referéndum celebrado en 2014 un 55% de los votantes votó en contra de independizarse del Reino Unido, la cuestión ha vuelto a surgir tras la victoria del 'Brexit'. La primera ministra Nicola Sturgeon, líder del Partido Nacional Escocés independentista, solicitó realizar un segundo referéndum una vez que se aclaren los términos de la salida británica de la UE.
Flandes, Bélgica
En Bélgica, la tensión entre Flandes, de habla neerlandesa, y Valonia, de habla francesa, se enraíza en profundos conflictos culturales y económicos, puesto que la primera región es más cercana a los Países Bajos y la segunda, a Francia. El partido independentista Nueva Alianza Flamenca (N-VA), que busca la creación de una República Flamenca, es actualmente una de las fuerzas más importantes en el país. En declaraciones a RT, un representante del movimiento independentista flamenco se mostró "defraudado por el anticlímax" causado por la decisión del presidente catalán, Carles Puigdemont, de suspender la declaración de independencia de Cataluña.
Córcega, Francia
En esta isla francesa, la organización separatista armada Frente de Liberación Nacional de Córcega (FLNC) cometió decenas de atentados hasta que en 2014 inició un proceso de desarme. En la actualidad, Córcega goza de una gran autonomía. Se rige por un estatuto administrativo especial y tiene una Asamblea Territorial dirigida por independentistas moderados, que piden a París el reconocimiento oficial del idioma corso, la introducción de cambios constitucionales y la creación de un estatus fiscal especial para la isla.
País Vasco, España
La tensión independentista ha disminuido en el País Vasco en los últimos años, después de que el grupo terrorista ETA cesara su actividad armada en 2011 y Batasuna, su brazo político, se disolviera en 2013. Sin embargo, el sentimiento nacionalista sigue presente. Miles de personas se manifestaron a finales de septiembre en Bilbao en apoyo al referéndum catalán, así como para que tanto Cataluña como el País Vasco "puedan decidir su futuro".
Baviera, Alemania
La región de Baviera es la mayor de todo el país, y goza de una desarrollada industria y dispone de rutas turísticas populares. El idioma de Baviera es un dialecto del alemán bastante diferenciado y su movimiento separatista existe desde hace mucho tiempo. Los nacionalistas bávaros buscaron la ayuda de los Aliados al final de la II Guerra Mundial para crear un Estado soberano, pero Baviera fue finalmente incorporada como un distrito federal de Alemania. Sin embargo, en la actualidad esta corriente ha perdido fuerza.
Lombardía y Véneto, Italia
En los años 1990, el entonces partido separatista Liga Norte aspiraba a la secesión de Véneto y otras provincias del norte de Italia, territorios que denominaba Padania. Aunque actualmente la Liga Norte es más moderada, las regiones ricas como Lombardía y Véneto exigen una mayor parte de los ingresos fiscales, y el próximo 22 de octubre celebrarán referéndums consultivos sobre una mayor autonomía con respecto al Gobierno central italiano.