Una venta de armas por 47 millones de dólares disipará las dudas sobre las intenciones de Trump
La aparente cordialidad vislumbrada cada vez que se han reunido Putin y Trump, así como su compromiso de mejorar las relaciones bilaterales entre Rusia y EE.UU., son más intenciones que hechos, cree el analista internacional Finian Cunningham. Y ahora incluso estas intenciones podrían quedar en agua de borrajas como consecuencia de una operación de venta de armas valorada en 47 millones de dólares.
Rusia y EE.UU. ven de manera distinta el conflicto sirio y la lucha contra el terrorismo, pero hasta el momento sus contradicciones no les han llevado a un conflicto abierto. En Siria "puede ser difícil de discernir cuál es la política real de Washington y quién la establece". Mientras tanto, un documento que el presidente Trump tiene ahora sobre la mesa del Despacho Oval es un "test específico para disipar la niebla".
Se trata de la reciente propuesta formulada por su Equipo de Seguridad Nacional de empezar a suministrar de manera oficial armas letales para la Fuerzas Armadas de Ucrania, explica el analista. El primer cargamento lo constituiría una entrega de misiles Javelin —conocidos como 'asesinos de tanques'— por valor de 47 millones de dólares.
Kiev los quiere para atacar a las autodefensas de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk (en el este de Ucrania), en detrimento de los conocidos acuerdos de Minsk. Los misiles servirían para atacar las zonas de población rusófona de la región de Donbass, una población cuyo destino depende de si Trump firma o no el acuerdo comercial.
Los antecedentes
Washington ya ha enviado varios equipos militares "no letales" por un monto aún mayor: 750 millones de dólares. El secretario de Defensa James Mattis, cuyas declaraciones recogió The New York Times, indicó esta cifra durante su visita a Kiev el pasado agosto. Mattis destacó entre el material enviado las corazas corporales, los anteojos de visión nocturna, todoterrenos Humvee, radios y radares.
Según la información publicada en los medios de EE.UU., también han sido enviados a Ucrania algunos lanzamisiles portátiles y rifles Barrett, con un alcance de dos kilómetros. Un portavoz de la empresa privada estadounidense AirTronic USA aseguró en declaraciones a la emisora The Voice of America que el Departamento de Estado estaba "controlando estrechamente los suministros".
Cunningham opina, no obstante, que existe una gran diferencia entre la situación actual y el posible visto bueno del mandatario al pedido de los misiles antitanque que Mattis contempla mandar al régimen de Kiev.
Las consecuencias
El Gobierno ruso ha desaconsejado repetidamente a sus socios occidentales proporcionar este armamento a Kiev, recuerda el analista. El Kremlin advirtió que los envíos podrían reanudar un conflicto a gran escala en el este de Ucrania, que durante los últimos meses ha podido ser contenido gracias a una serie de acuerdos de cese del fuego.
La decisión que tome Trump acerca de enviar o no armas letales a Kiev contesta también a una pregunta más general, cree el autor, que opina que de lo que resuelva el jefe de la Casa Blanca se sabrá "si el presidente de EE.UU. es una persona en cuyas palabras de paz y colaboración con Rusia uno puede confiar".
La implicación militar de Washington en Siria, donde las tropas estadounidenses suponen un obstáculo para completar la derrota de los extremistas, indica que Trump "merece poca confianza", dice Cunningham. El visto bueno de la Casa Blanca a suministrar armas letales a Ucrania sería la demostración definitiva de ello.