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Atrapada en el fuego cruzado de la guerra comercial: ¿Hacia dónde va la Alianza del Pacífico?

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Ante la guerra de aranceles lanzada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, la Alianza del Pacífico se ha propuesto nuevos objetivos que apuntan hacia la implementación de un acuerdo marco de libre comercio con el Mercosur.
Atrapada en el fuego cruzado de la guerra comercial: ¿Hacia dónde va la Alianza del Pacífico?

Lanzada en abril de 2011 en Lima (Perú), la Alianza del Pacífico está en vías de transformación. Durante la XIII Cumbre de Presidentes realizada en Puerto Vallarta (México), la iniciativa de integración regional compuesta por Chile, Colombia, México y Perú estableció un plan de trabajo conjunto con el Mercado Común del Sur (Mercosur), que incluye a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con vistas a construir un gran mercado latinoamericano.

Además de ser considerada como un bloque de países de orientación neoliberal y muy alineado con la política exterior de EE.UU., la Alianza del Pacífico es a menudo criticada por no promover la integración latinoamericana en un estricto sentido. Los principales socios comerciales de la Alianza son extrarregionales y los volúmenes de inversión extranjera directa (IED) entre sus cuatro integrantes son demasiado bajos. Tampoco se ha caracterizado hasta el momento por generar eslabonamientos productivos ni por el impulso de políticas orientadas a cerrar las brechas de desigualdad en la región.

Sin embargo, ante la guerra de aranceles lanzada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, la Alianza del Pacífico se ha propuesto nuevos objetivos que apuntan hacia la implementación de un acuerdo marco de libre comercio con el Mercosur.

Más allá de haber salido en defensa del sistema multilateral, los países de la Alianza del Pacífico se pronunciaron a favor de fortalecer la integración de la región junto con el Mercosur, un bloque regional del que, hasta antes de la suspensión Venezuela, habían tomado distancia. Ahora, en cambio, atrapados en el fuego cruzado de la guerra comercial, los líderes de la Alianza se dicen dispuestos a llevar adelante la integración latinoamericana dejando a un lado diferencias ideológicas.

Alianza del Pacífico y Mercosur, víctimas del fuego cruzado

Los impactos de la guerra comercial desatada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha sido un tema recurrente en las reuniones multilaterales sobre economía y comercio mundial. Y la XIII Cumbre de Presidentes de la Alianza del Pacífico celebrada la semana pasada no fue la excepción. Frente a un panorama económico global que apunta hacia el proteccionismo, los presidentes de Chile, Colombia, México y Perú se comprometieron a profundizar sus vínculos a fin de salir mejor librados.

Consuelo Silva Flores, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Integración Regional del CLACSO.
Consuelo Silva Flores, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Integración Regional del CLACSO.
"En este contexto es necesario replantearse desafíos para el libre comercio y buscar alternativas que permitan consolidar la integración regional en América Latina".

El principal socio comercial de Chile y Perú es China, mientras el de Colombia y México es EE.UU. Durante las últimas semanas, Washington y Pekín se han enfrascado en una guerra de aranceles que ha erosionado las bases del sistema multilateral de comercio. Así, congregados en Puerto Vallarta, la Alianza del Pacífico y el Mercosur conversaron sobre cómo sumar esfuerzos ante un escenario cada vez más sombrío.

Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y quien participó en las actividades de la Cumbre, señaló que las restricciones impuestas por el presidente Trump alcanzan un monto de poco menos de 200.000 millones de dólares. Y alertó que, si en septiembre el magnate de Nueva York cumple su amenaza de incrementar en un 10% los aranceles a 200.000 millones de dólares adicionales de importaciones provenientes de China y, si esta a su vez responde con acciones recíprocas, serán muy graves los daños sobre el comercio internacional.

"Si todas estas restricciones potenciales anunciadas se materializan, podríamos terminar el año con barreras de más de un trillón de dólares a las importaciones mundiales, equivalentes a casi un 6% del comercio global de bienes", sostuvo Bárcena durante un panel sobre el papel de la Alianza del Pacífico como promotora del libre comercio. Especialistas consideran que para bloques regionales como la Alianza del Pacífico y el Mercosur se ha vuelto una urgente necesidad redefinir sus estrategias de integración de cara a un panorama global caracterizado por el fortalecimiento del nacionalismo económico.

"Me parece que, en este contexto, es necesario replantearse desafíos para el libre comercio y buscar alternativas que permitan consolidar la integración regional en América Latina", comenta la economista Consuelo Silva Flores, quien es coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Integración Regional y Unidad latinoamericana del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

La construcción de un gran mercado latinoamericano

Mauricio Cervantes Zepeda, director de 'The Fudan-Tec de Monterrey Research Center For Studies China-Latin America', está convencido de que la firma de acuerdos de libre comercio trae beneficios. La historia ha demostrado, sostiene, que el éxito de una economía no se consigue solamente otorgando subsidios a las empresas y haciendo que el Gobierno les compre sus productos a precios altos.

Mauricio Cervantes Zepeda, director del Fudan-Tec de Monterrey para estudios de China-Latinoamérica.
Mauricio Cervantes Zepeda, director del Fudan-Tec de Monterrey para estudios de China-Latinoamérica.
"Lo ideal sería que en la Alianza del Pacífico estuviera también Centroamérica y, por qué no, toda América Latina".

Cervantes Zepeda recuerda que, cuando China tomó la decisión de cerrar su economía, sufrió una de las peores hambrunas de su historia. Años más tarde, en contraste, a través de un proceso de apertura gradual de su economía y tras su ingreso a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001, la República Popular China terminó convirtiéndose en la segunda mayor economía del planeta.

En cuanto a los procesos de integración regional en América Latina, Cervantes Zepeda opina que la Alianza del Pacífico es una iniciativa que ha contribuido con la integración latinoamericana, sin embargo, considera que sus cuatro integrantes ya desarrollaron su potencial como bloque regional y, por ello, juzga necesario que la Alianza incluya a más países. "Lo ideal sería que en la Alianza del Pacífico estuviera también Centroamérica y, por qué no, toda América Latina", apunta.

La propuesta para que la Alianza amplíe sus horizontes de integración no es nueva. En noviembre de 2014 la CEPAL publicó 'La Alianza del Pacífico y el Mercosur: Hacia la convergencia en la diversidad', un documento en el que se destacan las áreas de oportunidad entre ambos bloques regionales. Pero el acercamiento no se formalizó en ese momento, principalmente porque los Gobiernos del Mercosur consideraban incompatibles sus principios con los de la Alianza, y viceversa.

Tenían visiones distintas sobre la integración regional. En este sentido, los planes de convergencia entre la Alianza y el Mercosur representan para este último volver a adoptar el regionalismo abierto, un modelo de integración que busca "conciliar" por un lado la "interdependencia" producto de los acuerdos comerciales preferenciales y, por otro, la interdependencia "impulsada por la liberalización comercial".

"El objetivo de este histórico acercamiento será identificar, mediante el diálogo franco y amistoso, acciones eficaces para continuar el libre comercio y el regionalismo abierto, así como propiciar un mayor acercamiento entre ambos bloques y nuestras sociedades", escribió el presidente de México, Enrique Peña Nieto en un artículo publicado en El Universal.

Mauricio Cervantes Zepeda, director del Fudan-Tec de Monterrey para estudios de China-Latinoamérica.
Mauricio Cervantes Zepeda, director del Fudan-Tec de Monterrey para estudios de China-Latinoamérica.
"Un tratado de libre comercio es sólo un instrumento, más no la solución a todos los problemas, cada país debe hacer su tarea".

Ya en Puerto Vallarta, ambos bloques regionales anunciaron el lanzamiento de un Plan de Acción que complementaría lo propuesto en la Hoja de Ruta de la Reunión Ministerial realizada en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) en abril de 2017, donde se acordó conformar un Grupo de Alto Nivel entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur para incentivar una mayor cooperación.

Los dos bloques regionales seguirán trabajando en estrechar sus vínculos con vistas a constituir un acuerdo marco de libre comercio. Los objetivos económicos son, según su declaración conjunta, aumentar ya no solamente los intercambios de mercancías, sino también los flujos de IED e, incluso, establecer cadenas productivas regionales. De manera conjunta, la Alianza del Pacífico y el Mercosur representan alrededor de un 80% de la población y el Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina, casi un 85% de sus intercambios comerciales y cerca de un 90% de sus flujos de IED.

Para sacar provecho de la integración regional, sin embargo, no basta con la eliminación de aranceles o la firma de tratados de libre comercio. En abril de 2016, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó un informe sobre la evolución de las exportaciones de la Alianza del Pacífico en el que documenta que, para fomentar el comercio entre sus miembros, era imprescindible incrementar las inversiones en la infraestructura de transporte.

En este sentido, Cervantes Zepeda considera que un acuerdo de libre comercio es solamente una herramienta. "Un tratado de libre comercio es sólo un instrumento, más no la solución a todos los problemas, cada país debe hacer su tarea, (…) tener una amplia red de infraestructura, un sistema educativo de vanguardia, mano de obra altamente capacitada y un marco regulatorio adecuado (…) en el caso de México, por ejemplo, es urgente integrar al México del Norte, pujante, desarrollado y con empresas multinacionales, con el México del Sur, con mucha necesidad de desarrollo", sentencia.

Consuelo Silva Flores, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Integración Regional del CLACSO.
Consuelo Silva Flores, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Integración Regional del CLACSO.
"La convergencia entre la Alianza del Pacifico y el Mercosur es necesaria".

Consuelo Silva Flores, quien además forma parte del Centro de Estudios MEGA II, comparte la postura de la CEPAL de "que en una coyuntura tan turbulenta como la actual, profundizar la integración regional no es una opción sino un imperativo" y que, en este contexto, "la convergencia entre la Alianza del Pacifico y el Mercosur es necesaria". No obstante, advierte que existen varias consideraciones que pudieran no hacer viables los planes de convergencia, por lo menos en el corto plazo.

En primer lugar, apunta que observa una pérdida de dinamismo en los procesos de integración regional en general, pues persisten los problemas entre los países latinoamericanos, las asimetrías siguen sin resolverse y su institucionalidad no ha sido fortalecida. En segundo lugar, la economista chilena comenta que el proteccionismo impulsado por el presidente estadounidense, lejos de promover la integración de América Latina, ha provocado que se pongan por delante las prioridades nacionales, con escasa referencia a proyectos regionales.

Silva Flores llega a la conclusión de que, para que los planes de convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur tengan éxito, es necesario que ambos establezcan intereses comunes y, sobre todo, compartan una propuesta teórica alternativa, una capaz de responder a sus necesidades y retos.

Ariel Noyola Rodríguez

@noyola_ariel

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