Rohaní: "No permitiremos que nadie viole nuestras fronteras"
El presidente de Irán, Hasán Rohaní, ha declarado durante una ceremonia que conmemora el aniversario del comienzo de la guerra que enfrentó a la República Islámica con Irak que la interferencia de las fuerzas extranjeras en la región aumenta la "inseguridad".
"No dejaremos que nadie viole nuestras fronteras", ha advertido, agregando que Teherán "extiende la mano de la amistad a todos sus vecinos".
Además, el mandatario ha anunciado que en los próximos días Teherán presentará ante la ONU un proyecto de cooperación regional para garantizar la seguridad en el golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz y el golfo de Omán.
Estas declaraciones se producen apenas dos días después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, aprobara el despliegue de fuerzas adicionales en Oriente Medio para proteger a Arabia Saudita tras el ataque contra sus instalaciones petroleras del pasado fin de semana.
Nueva ronda de tensiones
Las relaciones entre Washington y Teherán se deterioraron aún más el pasado 14 de septiembre, cuando las refinerías de la principal empresa petrolera saudí sufrieron un incendio tras un ataque con drones del que EE.UU. y Arabia Saudita acusan a Irán.
La República Islámica rechaza estas acusaciones, calificándolas de "engaño máximo". Teherán insiste en que detrás de la acción se hallan los rebeldes hutíes yemeníes, que luchan contra la coalición militar liderada por Arabia Saudita en Yemen y reivindicaron la autoría del ataque.
A consecuencia de la ofensiva, reivindicada por las fuerzas rebeldes hutíes de Yemen, la producción de crudo saudita se desplomó casi a la mitad, quedando reducida a 5 millones de barriles al día.
Trump declaró este viernes que Washington siempre ha estado preparado para una acción militar contra Teherán, escenario que, según aseguró, nunca ha dejado de estar sobre la mesa. El mandatario también anunció un paquete de sanciones "del más alto nivel" contra el Banco Nacional de Irán.
Por su parte, Irán advirtió que tomará represalias a gran escala contra cualquier eventual ataque estadounidense luego de que EE.UU. y Arabia Saudita acusaran a la República Islámica de bombardear las instalaciones de la petrolera saudita Saudi Aramco.