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Deportación, separación y miedo: saldo de la política de EE.UU. respecto a Cuba

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Los privilegios que regían hasta la salida de Obama ya no son válidos para los cubanos y el enfoque a cualquier inmigrante es el mismo, al tiempo que las sanciones a La Habana se recrudecen.
Deportación, separación y miedo: saldo de la política de EE.UU. respecto a Cuba

Cuba tuvo que comprar un barco cargado de petróleo después de que el propietario se negara a llegar a puerto por miedo a ser sancionado por EE.UU, según informó el ministro de Transporte cubano, Eduardo Rodríguez. Varias empresas cancelaron sus negocios con la isla por el mismo temor, una consecuencia más del embargo que sufre Cuba desde 1960 y que, esta vez, afectará al sector de transporte.

Washington ha reanudado la 'emergencia nacional' respecto al país caribeño: una medida implementada en 1996 que sanciona la entrada no autorizada de buques sujetos a la jurisdicción estadounidense en aguas territoriales cubanas. El presidente Donald Trump dijo que se trata de una medida preventiva para impedir una migración masiva de cubanos hacia EE.UU.

La Casa Blanca implementa políticas cada vez más restrictivas que afectan al ciudadano común, como es Reydel Álvarez, que intenta rehacer su vida. A menudo viene a pasar tiempo junto a sus antiguos compañeros del equipo de béisbol de Pinar del Río, del cual fue una de sus grandes estrellas. Su carrera deportiva iba viento en popa hasta que cometió un error, cuando, luego de un largo contrato en México, decidió emigrar a EE.UU. y acogerse a un programa de 'parole' para cubanos. 

Privilegios destruidos

Álvarez obtuvo el asilo político un lunes y "de miércoles a jueves Donald Trump le dicta una ley al ICE [Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos]", las normas cambiaron y las autoridades volvieron a decidir sobre el asilo. "Tienes que hablar mal del Gobierno cubano", algo que es una condición, según el exdeportista, y él decidió no hacerlo "porque son mis raíces, con que crecí y me crié".

Finalmente, el joven migrante recorrió ocho prisiones durante nueve meses; fue la experiencia más terrible de su vida. Después de que lo repatriaran, durante años no podrá entrar a territorio estadounidense, algo que a estas alturas ni le interesa, ni le parece buena opción.

La cruzada antiinmigrante de Trump ha destruido los privilegios que hasta Obama tuvieron los cubanos para poder migrar a EE.UU. Para el experto en las relaciones bilaterales Jesús Arboleya, la razón está en que la inmigración cubana ha dejado de ser funcional en términos políticos para la élite estadounidense: los nuevos que llegan ya no tienen nada que ver con aquel llamado "exilio histórico, que usó Washington para derrocar a la Revolución".

Para otros expertos la situación de los cubanos es peor que la del resto de los latinoamericanos. La embajada y el consulado en EE.UU. están prácticamente cerrados. Quien quiera solicitar una visa debe ir a un tercer país, y muchas veces regresa con los bolsillos vacíos y sin una respuesta.

La realidad se vuelve traumática para los cubanos

Mientras en la Habana se sienten los efectos de las nuevas políticas migratorias, en la 'Pequeña Habana' de Miami se toma nota. Muchos aseguran que la jugada le puede salir mal a Donald Trump, ya que deportar a seres queridos y dificultar la reunificación familiar afectará al votante cubano-americano donde más le duele: en la relación con sus orígenes.

"A Trump le agrada estar muy cerca de la ultraderecha norteamericana de Miami en busca de su voto", estima Carlos Rafael Diéguez, de Radio Miami. "Pero se equivoca. Está realmente mal asesorado porque el cubano, cuando le alejan de la familia, del barrio, ya no es igual".

El Embajador de Cuba en EE.UU., José Ramón Cabañas, ve la "nueva realidad" que afrontan los cubanos migrantes y que califica de "traumática". "Los cubanos, por la suposición de estar huyendo del comunismo, tuvieron siempre un trato diferenciado en Estados Unidos. Ahora lo que pasa en líneas generales es que EE.UU. finalmente trata a cualquier migrante de la misma manera, independientemente de qué país venga".

Durante muchos años bastaba con que los cubanos que llegaban a EE.UU. pisaran suelo estadounidense para que se le abriera un claro camino legal hacia la ciudadanía. Esta política que se conocía con el nombre de 'pies secos pies mojados' fue utilizada para presionar a Cuba. Ahora han cambiado los intereses de Washington y quienes los están pagando en primera persona son los migrantes.

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