Una reciente explicación científica del surgimiento de las partículas de alta energía sobre los glaciares de la Antártida, registrado en varias ocasiones entre los años 2016 y 2018, ha replanteado el tema de un 'universo paralelo'. Esta hipótesis fue presentada hace dos años en dos artículos en medio de la discusión en torno a la enigmática emisión de supestos neutrinos.
A pesar de los nuevos conocimientos acumulados y más conjeturas ofrecidas, los autores principales de los dos artículos del 2018 sobre el tema, de origen canadiense y estadounidense, insisten ahora en la vigencia de su teoría, la cual va mucho más lejos del caso particular antártico. Ambos han compartido sus visiones con el portal informativo Live Science.
El físico Latham Boyle, del Instituto Perimeter de Alberta, Canadá, y dos sus colegas, propusieron el concepto de un 'universo espejo', el reflejo de nuestro universo a través del espacio-tiempo. Ese equipo se atrevió a echar un vistazo al otro lado del fondo cósmico de microondas, que es lo más antiguo y distante que podemos ver en el espacio.
Allí estarían algunos eventos posteriores a la Gran Explosión (Big Bang) y la propia explosión, que generó la materia de la cual consistimos, pero no es el 'fin del trayecto', según Boyle. Aún más allá deberían extenderse partículas de carga opuesta a la que registramos aquí, y ellas forman otro universo en permanente expansión en otra dimensión del tiempo.
Otro cono continúa el que habitamos
Boyle representa en forma de un cono esta retrospectiva de los objetos separados de nosotros por miles o miles de millones de años luz. Y este cono se reduce a un punto en el momento de la Gran Explosión, pero otro cono continúa las mismas líneas al otro lado, según su idea, algo que le parece "mucho más simple que la mayoría de las singularidades que surgen en la teoría de la gravedad de Einstein".
El investigador habla de una "singularidad ultra simple", puesto que "se extrapola, se extiende, continúa analíticamente" en forma del cono doble. "Simplemente parece ser la extensión natural y muy simple de las ecuaciones que parecen describir el universo tal y como lo vemos", añadió.
Tiempo revertido
Las ideas del líder del otro grupo investigador, el astrofísico John Learned, de la Universidad de Hawái, se encajan en el mismo modelo. El universo que está dentro del "segundo cono" está demasiado lejos en el espacio-tiempo para que podamos verlo, advierte. El tiempo parece ir hacia atrás desde nuestro marco de referencia, tal y como lo anunciaron las cabeceras sensacionalistas de la prensa estadounidense y británica de 2018.
No obstante, ese es un efecto aparente desde nuestro punto de observación, mientras que los seres vivos de aquel universo (en caso de que haya alguno) aún verían la causa previa al efecto, al igual que nosotros la vemos en el nuestro. El tiempo se escapa del Big Bang en ese universo, tal como lo hace en el nuestro. "Lejos del Big Bang" en ese universo sería la dirección opuesta a la dirección del tiempo en nuestro universo, pero ello no significa que se ejecute "hacia atrás" en la forma que podríamos imaginar.
"No estábamos viendo la imagen completa"
La cosmología es casi unánime en ubicar al Big Bang detrás del fondo cósmico de microondas, mientras que ha habido un desacuerdo sobre la simetría en este mundo. Durante el siglo XX se mantuvo la teoría de la simetría triple: de carga, paridad y tiempo (CPT), pero los repetidos experimentos y distintas mediciones la destruían por partes.
La teoría dejó de ser absoluta en los años 1950 y se convirtió en 'imperfecta' más tarde. Sin embargo, el nuevo modelo cónico vuelve a ser potencialmente simétrico. "Parecía que el universo violaba la simetría de CPT, pero en realidad no estábamos viendo la imagen completa", insistió Boyle. Si no encontramos algún antípodo en nuestro entorno, puede estar en el otro cono de espacio-tiempo, concluyó.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!