Un tribunal de los Países Bajos aprueba enviar a EE.UU. una nueva solicitud para que proporcione las imágenes del lugar de la catástrofe del MH17

El tribunal ha reanudado este viernes las audiencias por el caso del vuelo MH17 de Malaysian Airlines derribado en julio de 2014 en el este de Ucrania.

Este viernes se ha celebrado en el Complejo Judicial Schiphol en Badhoevedorpen (Países Bajos) una audiencia sobre el juicio penal por la catástrofe del vuelo MH17 en el este de Ucrania en 2014. El proceso judicial comenzó el pasado marzo y fue reanudado el 8 de junio.

El juez Hendrik Steenhuis, quien presidió la audiencia de este 3 de julio, calificó como justificada la propuesta de volver a dirigirse a EE.UU. para obtener imágenes satelitales del lugar del siniestro.

"El tribunal señala que desde el otoño de 2016 la oficina del fiscal no ha intentado verificar si estas imágenes pueden hacerse públicas como parte del proceso penal. Una segunda solicitud sería razonable", dijo el juez.

En junio, Steenhuis señaló que EE.UU. ha rechazado presentar unas imágenes satelitales clasificadas que supuestamente habían captado el momento del lanzamiento de un misil contra el avión. "La Corte preguntó si las imágenes satelitales clasificadas del lanzamiento del misil, presentadas a los servicios especiales neerlandeses, podían ser adjuntadas al caso y de esta manera ser desclasificadas", expresó el magistrado.

Sin embargo, desde Washington contestaron que no pueden aportar ninguna información adicional al respecto aparte de un memorándum enviado a la inteligencia neerlandesa en 2014.

Las audiencias continuarán el próximo 31 de agosto. Los cuatro sospechosos del caso —los ciudadanos rusos Ígor Guirkin, Serguéi Dubinski y Oleg Pulátov y el ciudadano ucraniano Leonid Járchenko— recibieron avisos para comparecer en la corte.

El 17 de julio de 2014 un Boeing 777 de Malaysia Airlines con 298 personas a bordo fue derribado en el este de Ucrania, una región sumida ya entonces en una guerra que todavía continúa. La pesquisa oficial, en la que no se permitió la participación de Moscú, concluyó que el avión fue derribado por un misil ruso. Moscú presentó pruebas de su inocencia en reiteradas ocasiones, aunque no fueron tomadas en cuenta por la investigación.

Desde que se produjo el derribo, Rusia ha abogado por una investigación exhaustiva e imparcial sobre las causas del mismo, y ha propuesto su cooperación al Consejo de Seguridad de los Países Bajos, que participa en la investigación técnica de las causas, así como con la investigación penal internacional que está llevando a cabo el Equipo de Investigación Conjunto (JIT, por sus siglas en inglés), dirigido por la Fiscalía neerlandesa.