Rusia sale de las consultas con Países Bajos y Australia sobre la tragedia del MH17 por ser un "sin sentido" y parciales

La Cancillería rusa explica que los Gobiernos neerlandés y australiano solo querían que "Rusia se declarara culpable y pagara una compensación a los familiares de los fallecidos".

El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso considera "imposible" que Moscú continúe participando en las consultas con los Países Bajos y Australia sobre el derribo en 2014 del vuelo MH17 de Malaysia Airlines en el este de Ucrania, ya que —asegura— no buscan establecer la verdad, sino culpar a Rusia.

Según destaca la Cancillería en un comunicado, Rusia acordó en 2018 realizar consultas trilaterales con la esperanza de que estas ayudaran a establecer, sobre la base de hechos concretos, "las verdaderas razones detrás de la tragedia de 2014", que se cobró la vida de 298 personas.

Sin embargo, los Gobiernos neerlandés y australiano, al parecer, tenían otros objetivos en mente, ya que solo querían que "Rusia se declarara culpable y pagara una compensación a los familiares de los fallecidos", subraya el comunicado.

"Las consultas no tienen sentido"

El Ministerio asegura que, desde el principio, Rusia abogó por "una investigación completa, minuciosa e independiente" de la tragedia, mientras que Países Bajos "desde el primer día se adhirió a una única versión de lo sucedido". 

En julio de este año, este país europeo presentó una demanda contra Rusia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en relación con el derribo del avión. Hasta ese momento, solo se habían celebrado tres rondas de consultas, pero las autoridades holandesas tomaron la decisión sin siquiera esperar los resultados preliminares de las mismas, se lamenta la Cancillería, para agregar que estas "acciones hostiles" de Países Bajos hacen que las consultas trilaterales y la participación rusa en ellas "no tengan sentido". 

"Por tanto, la responsabilidad por la interrupción de las consultas tripartitas recae enteramente en la Haya", advierte el comunicado, si bien matiza que Moscú continuará la cooperación con las autoridades holandesas competentes sobre la tragedia, pero en otros formatos.  

El 17 de julio de 2014 un Boeing 777 de Malaysia Airlines con 298 personas a bordo fue derribado en el este de Ucrania, una región sumida ya entonces en una guerra que todavía continúa. La pesquisa oficial, en la que no se permitió la participación de Moscú, concluyó que el avión fue derribado por un misil ruso. Moscú presentó pruebas de su inocencia en reiteradas ocasiones, aunque no fueron tomadas en cuenta por la investigación.

Desde que se produjo el derribo, Rusia ha abogado por una investigación exhaustiva e imparcial sobre las causas del mismo, y ha propuesto su cooperación al Consejo de Seguridad de los Países Bajos, que participa en la investigación técnica de las causas, así como con la investigación penal internacional que está llevando a cabo el Equipo de Investigación Conjunto (JIT, por sus siglas en inglés), dirigido por la Fiscalía neerlandesa.

Las diferencias en la forma de investigar el derribo del MH17 plantean múltiples interrogantes. En este sentido, el experto en geopolítica Fernando Moragón apunta a que la investigación de la catástrofe se convierte en propaganda política cuyo único objetivo es presionar a Rusia.

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