El secretario de Estado de EE.UU. Antony Blinken en una entrevista con la CNN se vio presionado a comentar si la Administración Biden considera como un "asesino" al príncipe heredero de Arabia Saudita Mohammed bin Salmán por el asesinato del periodista crítico Jamal Khashoggi en octubre de 2018.
Blinken recurrió a expresiones evasivas para evitar responder a esa pregunta, recordando que Washington impuso restricciones de visados como sanciones a 76 personas, quienes supuestamente estarían relacionadas con la muerte de Khashoggi. "Tenemos que tratar con líderes de países que hacen cosas que consideramos objetables o aborrecibles", pero "romper las relaciones [con Riad] no nos ayudará a promover nuestros intereses o valores, por lo que es importante tratar con ellos", comentó el secretario de Estado.
En febrero, un informe de los Servicios de Inteligencia estadounidense reveló que Mohamed bin Salmán había aprobado personalmente la operación "para capturar o asesinar al periodista". Posteriormente, el presidente estadounidense Joe Biden se negó a aplicar sanciones contra el propio príncipe heredero saudita, destacando que históricamente no castigan a líderes de gobiernos aliados. Sin embargo, durante la campaña presidencial Biden prometió castigar a los principales líderes de la monarquía árabe.
"Tenemos un gran interés"
"Es probable que el príncipe heredero sea el líder de Arabia Saudita en el futuro. Tenemos un gran interés, por ejemplo, en trabajar para poner fin a la guerra en Yemen, probablemente la peor crisis humanitaria del mundo, y eso requerirá de un gran compromiso de parte de los sauditas", afirmó Antony Blinken.
A mediados de marzo, en una entrevista Joe Biden llamó al presidente de Rusia Vladímir Putin "asesino" y aseveró que el jefe del Kremlin va a "pagar" por la supuesta injerencia en las elecciones de EE.UU. del 2020. En respuesta, el mandatario ruso le deseó salud a su homólogo estadounidense, señalando que cada uno ve a otra persona tal y como se estima a sí mismo.