Una peregrinación de cientos de personas llegó hasta los llamados 'hornos del horror', ubicados en un municipio colombiano fronterizo con Venezuela, para exigir justicia y celeridad en la ubicación de los restos de sus familiares desaparecidos que décadas atrás pudieran haber sido incinerados por grupos paramilitares.
Los parientes de unas 140 víctimas se desplazaron con pancartas y afiches con fotos de los desaparecidos desde la ciudad de Cúcuta (Norte de Santander) hasta el corregimiento de Juan Frío, a unos 12 kilómetros, ubicado en el extremo de ese departamento colombiano que está situado en el margen del río Táchira, perteneciente al estado venezolano homónimo.
Esta movilización se realizó como parte del Primer Encuentro de Familiares Víctimas de Desaparición Forzada Transfronteriza, organizado por la Fundación Progresar, una organización no gubernamental que recibe el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
¿Cuál fue el motivo de la peregrinación?
En Juan Frío sigue en pie una edificación de ladrillos que fue usada como horno crematorio por los grupos paramilitares que operaban en la zona. Allí incineraban a sus víctimas para no dejar evidencias, recoge la Unidad para las Víctimas, una entidad gubernamental creada para atender a los afectados por el conflicto armado que se ha extendido por décadas en Colombia.
Los familiares llegaron con sus pancartas para hacer un acto simbólico y exigir que se agilice la búsqueda de sus parientes que desaparecieron décadas atrás en ese departamento colombiano.
Al respecto, Wilfredo Cañizares, defensor de los derechos humanos y presidente de la Fundación Progresar, afirmó que ese encuentro transfronterizo se hizo para "buscar a todos los desaparecidos, de cualquier año, humanitaria y extrajudicialmente, y en toda la frontera".
Al finalizar el recorrido, los asistentes lanzaron globos blancos que tenían cartas con la exposición de sus casos y peticiones de justicia.
¿Qué tiene que ver Salvatore Mancuso?
La madre de uno de los desaparecidos dijo a Noticias Caracol que no aceptarán ninguna decisión a favor de la paz que incluya al exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, si este no se compromete con la entrega de sus seres queridos.
En mayo pasado, el exlíder del Bloque Catatumbo de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) participó, de manera virtual, en un encuentro celebrado en los hornos de Juan Frío, en el que el excabecilla paramilitar aceptó su responsabilidad en los asesinatos de civiles y afirmó que era uno de los responsables de haber ordenado la desaparición de los cuerpos.
Según su testimonio, el propósito de estas incineraciones era para que las víctimas no pudieran ser contabilizadas por la fuerza pública.
"Están ahí, bajo sus pies, entre las raíces del pasto y las plantas que lo rodean y, si me permiten decirlo, ahora producen vida", dijo en esa oportunidad, frente a los familiares.
Mancuso, que se encuentra detenido en Georgia (EE.UU), y que recientemente fue nombrado como gestor de paz, manifestó durante una de las audiencias ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que las Autodefensas Unidas de Colombia habrían desaparecido al menos 200 cuerpos en territorio venezolano, entre 2000 y 2001.
Por ello, los familiares de personas que desaparecieron en el departamento colombiano del Norte de Santander consideran que los restos que reclaman también podrían encontrarse en el país vecino.
La respuestas de Caracas y Bogotá
Tras estas afirmaciones de Mancuso, los cancilleres de Colombia y Venezuela anunciaron un acuerdo para localizar los restos mortales de los que vagamente habló públicamente el exjefe paramilitar.
Un mes después, ambas naciones instalaron la Comisión de Vecindad e Integración donde además de los temas bilaterales, tras la restitución de las relaciones diplomáticas, se abordó el tema de la búsqueda, recuperación e identificación de los restos.