La mayoría de los gobiernos de África se han expresado en contra del bombardeo y la invasión de la Franja de Gaza por parte de Israel. En el plano diplomático, la Unión Africana sigue apoyando la solución de los dos Estados y el 15 de octubre se unió a la Liga Árabe en una declaración en la que se pedía la paz y se condenaba el "castigo colectivo", en una crítica al elevado número de víctimas civiles provocado por la campaña militar israelí.
Asimismo, una resolución propuesta por Jordania pidiendo "una tregua humanitaria inmediata, duradera y sostenida que conduzca al cese de las hostilidades" fue aprobada por la Asamblea General de la ONU con 120 votos a favor, 35 de los cuales pertenecían a países africanos.
En este contexto, dos naciones africanas han decidido retirar a sus embajadores de Israel: Chad y Sudáfrica. Chad llamó a consultas a su encargado de negocios en Israel, convirtiéndose en el primer Estado del continente en tomar tal medida. Cabe señalar que Chad no abrió una embajada en Israel hasta febrero de este año. El 6 de noviembre, el Gobierno de Sudáfrica anunció que retirará a todos sus diplomáticos de Israel como señal de protesta por la situación en Gaza. Antes de su llegada al poder en 1994, el Congreso Nacional Africano (CNA), partido gobernante en Sudáfrica, había apoyado durante largo tiempo la causa palestina y, en particular, a la Organización para la Liberación de Palestina de Yasir Arafat, a quien Nelson Mandela describía como "un destacado luchador por la libertad".
Mientras tanto, algunos países del continente apoyaron inicialmente a Israel, pero a medida que aumentaba el número de víctimas civiles, empezaron a adoptar gradualmente una postura más matizada.
Entre la neutralidad y el silencio
Entre las naciones africanas existe un grupo cuya posición respecto al conflicto palestino-israelí no está del todo definida. Esto se debería a varios factores, entre ellos, el miedo a las posibles repercusiones, sobre todo porque un importante porcentaje de los presupuestos de algunos de estos Estados depende de la ayuda occidental. También hay países cuyas crisis económicas y políticas internas les han distraído de prestar más atención a lo que ocurre fuera de sus fronteras.
Etiopía, por ejemplo, era una de las naciones africanas de las que se esperaba que declarara su apoyo a Tel Aviv, debido a sus largas relaciones históricas con Israel. Sin embargo, Adís Abeba no aclaró una postura concreta sobre la crisis. Quizá haya contribuido a ello el hecho de que acaba de salir de una guerra en la región de Tigray y sufre en la actualidad otro conflicto en la región de Amhara, además de una importante sequía que ha agravado su crisis alimentaria.
A su vez, Uganda y Nigeria pidieron un cese de las "hostilidades" y la aplicación de la solución de los dos Estados para poner fin al conflicto, al tiempo que condenaron los ataques contra la población civil por parte de Israel y Hamás. Para Uganda, Israel es un importante destino de sus exportaciones, además de haber firmado con Tel Aviv un acuerdo de cooperación en materia de defensa en 2022. En el caso de Nigeria, el país se enfrenta a una crisis y busca activamente inversiones extranjeras, que podrían provenir de países occidentales. Nigeria es también el segundo socio comercial de Israel en el África subsahariana. En 2022, el comercio entre ambos países ascendió a 250 millones de dólares.
En unión con Israel
La escalada del conflicto también ha demostrado que, a pesar de la condena del Sur Global, Israel logró avanzar en sus relaciones individuales con varios países de África. Algunos gobiernos del continente se han puesto del lado de Tel Aviv y adoptaron en sus declaraciones las narrativas israelí y occidental, haciendo hincapié en el derecho de Israel a defenderse, sin apenas mencionar los derechos o las condiciones de los palestinos.
Uno de esos países es Camerún, que expresó su apoyo incondicional a Tel Aviv. El presidente del país, Paul Biya, está considerado uno de los principales aliados de Israel en la región y aún no ha reconocido al Estado palestino. Además, instructores israelíes ayudaron a reforzar la seguridad del mandatario creando un batallón de respuesta rápida.
Por su parte, el presidente de Kenia, William Ruto, el día del ataque de Hamás declaró en su cuenta de X que su país "se solidariza con el Estado de Israel y condena inequívocamente el terrorismo y los atentados contra civiles inocentes". Este apoyo no es sorprendente, ya que Nairobi se ha posicionado como un fuerte aliado occidental, con estrechos vínculos con Washington. Recientemente, EE.UU. proporcionó a Kenia apoyo y armas para combatir amenazas como el grupo islamista somalí Al Shabaab. En 2020, East African informó de que el país norteamericano puso como condición para un acuerdo comercial el apoyo de Kenia a los intereses políticos y comerciales de Israel.
Mientras tanto, Ruanda, República Democrática del Congo y Ghana también declararon su apoyo a Israel.
Sin embargo, la mayoría de los países del África subsahariana concuerdan en que la solución de los dos Estados propuesta por las Naciones Unidas es la mejor manera de resolver la cuestión palestina. Para la mayoría de los gobiernos africanos, la idea de un "orden internacional basado en reglas" promovida por EE.UU. y los países occidentales suena cada vez más hueca, ya que está llena de dobles raseros e implica un apoyo incondicional a Israel, cuyas acciones violan claramente las leyes internacionales contra los castigos colectivos, los ataques contra civiles, los ataques contra periodistas y la privación de alimentos, agua y electricidad.
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