"Nadó en el Sena": Zajárova ironiza sobre la satisfacción de la alcaldesa de París por la apertura de los JJ.OO.

El baño de Anne Hidalgo en el río parisino no se dio "sin consecuencias", comentó la vocera de la Cancillería rusa.

La muestra de satisfacción de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos que se celebran en la capital francesa, es consecuencia de su baño en el río Sena a mediados de este mes, afirmó el lunes la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.

"Nadó en el Sena, al parecer no sin consecuencias", escribió Zajárova en su canal de Telegram, recordando el momento en el que Hidalgo se zambulló en el río Sena, el 17 de julio, para demostrar que se encontraba lo suficientemente limpio como para albergar las competencias olímpicas en aguas abiertas.

Desde el viernes pasado, una controversial representación artística que formó parte de la ceremonia inaugural de los JJ.OO. ha enfrentado una ola de críticas, ya que fue interpretada como una aparente parodia de 'La última cena', el fresco de Leonardo da Vinci que recrea la escena bíblica de Jesucristo y sus doce apóstoles antes de la crucifixión. El espectáculo, visto por miles de personas, contó con la participación de un grupo de 'drag queens', una modelo transgénero y un cantante semidesnudo pintado de azul.

"Una emoción inmensa, nos cuesta bajar de ahí", escribió Hidalgo sobre la escenificación. "La genialidad fue dar mucha fuerza, humor y emoción y lograr que todos participaran. No solo los parisinos, sino el mundo entero. Mucha gente me dijo: 'Fue magnífico, todos vibramos y era tan francés'. Lo dijo todo sobre nosotros", agregó.

Mientras, muchos espectadores, entre ellos personas famosas y políticos de varios países, no dudaron en repudiarla. De igual forma, la función fue criticada por la Iglesia católica.

A su vez, el Comité Olímpico Internacional pidió disculpas el domingo por la parodia, explicando que el Comité Organizador no tenía la intención de mostrar algo que faltara el respeto a ningún grupo religioso. Asimismo, Thomas Jolly, director artístico de la ceremonia de apertura, afirmó que el objetivo era ser inclusivos y "no excluir a nadie", y que su obra no pretendía ser "subversiva" ni burlarse o escandalizar.