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Por qué las empresas de gas de EE.UU. se frotan las manos con la crisis en Ucrania
La industria del gas en EE.UU. no tiene competencias si hablamos de la capacidad de un ente para buscar ganancias y beneficios durante una crisis, como la de Ucrania, o de evitar la contaminación global, según la investigadora Naomi Klein.
"A la capacidad de utilizar la crisis para su propio beneficio yo la
llamo 'la doctrina del shock'", sostiene la periodista e investigadora Naomi Klein, explicando que "en tiempos de crisis, reales o inventados, la elite es capaz de emplear
iniciativas políticas impopulares, a menudo maliciosas, con el pretexto
de que haya una emergencia". Ella subraya que en tales ocasiones por
supuesto que hay expertos y científicos advirtiendo sobre los peligros potenciales, pero
que los mismos empresarios aseguran que no tienen tiempo y
que deben actuar inmediatamente.
"Una de las formas de derrotar a Vladímir Putin (presidente de Rusia) es inundando el mercado europeo del gas natural estadounidense que extraen mediante la tecnología de fracturación hidráulica ('fracking'), o al menos eso es lo que la industria nos quiere hacer creer", escribe la periodista en el diario británico 'The Guardian'.
La analista lamenta que —como parte de "la creciente histeria antirrusa" en EE.UU.— hayan propuesto dos proyectos de ley para acelerar el proceso de exportación de gas natural licuado con el supuesto objetivo de "salvar a Europa de la dependencia energética de Putin y mejorar la seguridad nacional de EE.UU.".
"Durante los últimos cuatro años el 'lobby del gas' ha usado la crisis económica en Europa para convencer a países como Grecia de que la única manera de salir de la deuda y hacer frente a esa desesperada situación es perforar su hermoso y vulnerable mar", advirtió Klein, al mismo tiempo que sostenía que la situación es bastante grave si se tiene en cuenta que en el futuro podemos esperar empresas más contaminantes que liberarán enormes cantidades de metano a la atmósfera.
"Hoy en día nuestro principal imperativo en el ámbito de la energía debe responder a la amenaza de un catastrófico calentamiento global. No podemos permitir que la industria del gas nos distraiga con otra crisis alimentada por el marketing", concluyó.
"Una de las formas de derrotar a Vladímir Putin (presidente de Rusia) es inundando el mercado europeo del gas natural estadounidense que extraen mediante la tecnología de fracturación hidráulica ('fracking'), o al menos eso es lo que la industria nos quiere hacer creer", escribe la periodista en el diario británico 'The Guardian'.
No podemos permitir que la industria del gas nos distraiga con otra crisis alimentada por el marketing
La analista lamenta que —como parte de "la creciente histeria antirrusa" en EE.UU.— hayan propuesto dos proyectos de ley para acelerar el proceso de exportación de gas natural licuado con el supuesto objetivo de "salvar a Europa de la dependencia energética de Putin y mejorar la seguridad nacional de EE.UU.".
"Durante los últimos cuatro años el 'lobby del gas' ha usado la crisis económica en Europa para convencer a países como Grecia de que la única manera de salir de la deuda y hacer frente a esa desesperada situación es perforar su hermoso y vulnerable mar", advirtió Klein, al mismo tiempo que sostenía que la situación es bastante grave si se tiene en cuenta que en el futuro podemos esperar empresas más contaminantes que liberarán enormes cantidades de metano a la atmósfera.
"Hoy en día nuestro principal imperativo en el ámbito de la energía debe responder a la amenaza de un catastrófico calentamiento global. No podemos permitir que la industria del gas nos distraiga con otra crisis alimentada por el marketing", concluyó.
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