Japón detecta radiactividad en peces y refuerza el control sobre productos pesqueros
Japón reforzará el control sobre los productos pesqueros tras detectar alto nivel de radiación en peces de una provincia cercana a Fukushima, donde los operarios llevan varias semanas intentando detener la fuga de radiactividad de la central nuclear afectada por el terremoto del 11 de marzo.
Los elevados niveles de radiactividad en el mar provocan preocupación sobre la contaminación de los productos pesqueros de la zona. Mientras la pesca en Fukushima está paralizada, en dos tipos de peces de las aguas de la vecina provincia de Ibaraki se ha detectado una concentración preocupante de yodo y cesio radiactivos, según comunica la agencia EFE.
La vida del yodo-131 es relativamente corta, 8 días, pero el período de degradación del cesio-137 es de 30 años.
Hasta ahora en Japón no existía un máximo legal de yodo para los productos pesqueros ya que se consideraba que era poco probable que lo acumulasen. Ahora el Gobierno planea tomar medidas para intensificar las inspecciones de pescado, un elemento importante de la dieta japonesa, como ya ha hecho con otros productos al detectar radiactividad en algunas verduras y leche, según las palabras del ministro de Agricultura y Pesca, Michihiro Kano.
Poco antes, la operadora de la central, Tokyo Electric Power (TEPECO), había vertido en el océano más de 10.000 toneladas de agua de baja radiactividad con el fin de almacenar en los depósitos vaciados el líquido mucho más contaminado que obstaculiza el trabajo de los operarios.
Además, el agua radiactiva llega al mar por grietas de una fosa cercana al reactor 2 de Fukushima. Los técnicos han intentado cerrar las fisuras de distintas maneras, utilizando todo tipo de materiales, de cemento a un polímero químico, pero la situación sigue siendo complicada.