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Consejo Rusia-OTAN en Sochi: mismos fines, diferentes medios

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En el encuentro del Consejo de Rusia y la OTAN en Sochi las dos partes no alcanzaron ningún progreso ni en el tema del escudo antimisiles, ni en el tema de Libia. La alianza rechazó las propuestas de Moscú. La solución final del asunto se ha pospuesto hasta la próxima cumbre.
Consejo Rusia-OTAN en Sochi: mismos fines, diferentes medios

En el encuentro del Consejo de Rusia y la OTAN en Sochi las dos partes no alcanzaron ningún progreso ni en el tema del escudo antimisiles, ni en el tema de Libia. La alianza rechazó las propuestas de Moscú. La solución final del asunto se ha pospuesto hasta la próxima cumbre.

Este lunes la ciudad de Sochi se ha convertido en la capital política no solo de Rusia, sino también de toda Europa, por la gran importancia de esta cumbre. La variedad de asuntos que se han abordado durante el encuentro del Consejo Rusia-OTAN ha sido muy amplia, desde la seguridad global hasta la lucha contra la piratería y el narcotráfico en Afganistán.

La creación de un sistema antimisiles conjunto en Europa fue la piedra en el zapato de la reunión. Ambas partes destacaron que la cooperación exitosa no es un asunto fácil, pero el diálogo sigue avanzando por canales bilaterales. "No diré ningún secreto si digo que no somos capaces de ponernos de acuerdo. Nuestros socios de la OTAN nos dicen que tienen obligaciones según el artículo 5 del Tratado de Washington y que estas no pueden ser delegadas", aseguró el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, expresó la esperanza de llegar a un acuerdo con Rusia durante la próxima cumbre de la Alianza en Chicago. "Espero que volvamos a reunirnos en menos de un año en la cumbre de la OTAN en Chicago y podamos llegar a un acuerdo sobre la defensa antimisiles, que permitirá hacer más eficaz el sistema de seguridad de los países de la Alianza y de Rusia", subrayó el secretario general de la Alianza.

Otro tema polémico abordado durante la reunión fue la situación en Libia. La Alianza recordó que hay que asumir la responsabilidad de cumplir las resoluciones 1970 y 1973 del Consejo de Seguridad. La posición de Rusia es que las acciones individuales y colectivas de los miembros de la OTAN y los países aliados que actúan en Libia deben realizarse estrictamente de acuerdo al texto de estas resoluciones. La parte rusa expresó que la única posibilidad de estabilizar la situación en Libia es el inmediato alto el fuego y el inicio del diálogo entre las partes del conflicto.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, confesó que Rusia y la OTAN todavía tienen divergencias respecto a las vías de realización de la resolución sobre Libia. "Todavía no tenemos una posición común con la OTAN sobre cómo se está llevando a cabo lo estipulado en la resolución. Pero sí coincidimos en lo que se refiere a una solución pacífica del conflicto, el traslado hacia un proceso pacífico como única opción posible", dijo el canciller ruso.

El embargo de armas introducido por el Consejo de Seguridad de modo inequívoco, cuestión que consta en la resolución 1970 de la ONU, abarca todo el territorio libio. Por lo tanto, cualquier suministro de armas contradice esta resolución, así como también el envío de instructores para compartir conocimientos y habilidades militares. Todo ello está prohibido por dicho embargo.

Además, la reunión contó con la participación del presidente de la república de Sudáfrica, que se reunió con Dmitri Medvédev para tratar el conflicto libio. El líder ruso comentó la situación actual en el país norteafricano, señalando que la única vía para resolverla es el diálogo y las negociaciones.

Dmitri Medvédev subrayó que la situación libia constituye, en realidad, una prueba práctica para el nuevo esquema estratégico de la OTAN. En su opinión, tanto Rusia como los miembros de la Alianza consideran de la misma manera el futuro de este país.

Mientras tanto, el analista político Lajos Szaszdi comentó a la cadena RT que el escudo antimisiles programado por la OTAN podría ser una amenaza para Moscú si se diseña sin su coordinación. "La OTAN alega que el sistema de defensa antimisiles contra una amenaza de misiles balísticos iraní y potencialmente de otros países (no se menciona Corea del Norte que está demasiado lejos), técnicamente esos misiles y el sistema de radar asociado a ellos de defensa antimisil podrían interceptar a misiles rusos en la Rusia europea, y los militares rusos lo saben, y por eso no les gusta", afirmó Szaszdi.

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