Gaddafi se niega a rendirse
El líder libio Muammar Gaddafi afirmó haber recorrido de incógnito la capital del país y llamó a la nación a luchar contra la Alianza y los rebeldes.
“Todos los libios deben acudir a Trípoli y ‘barrer’ la ciudad de los traidores”, anunció Gaddafi en un discurso divulgado por una emisora de radio local.
Anteriormente, las tropas rebeldes del Consejo Nacional de Transición (CNT) consiguieron entrar en el complejo residencial del coronel situado en el barrio capitalino de Bab al-Azizia y tras izar su bandera tricolor declararon tener el control de Trípoli tras varios días de combates por la ciudad.
Sin embargo, Gaddafi reveló que abandonar su residencia fue un "movimiento táctico" ya que la OTAN había realizado múltiples ataques contra el edificio y prometió luchar “hasta la victoria o la muerte”.
En los medios locales libios apareció la información de que Gaddafi podría haber envenenado el agua de la capital. Los servicios sanitarios están examinando el suministro de agua corriente de la ciudad, según la televisión controlada por la oposición.
Tras la intervención de Gaddafi, su portavoz, Musa Ibrahim, aseguró que el gobernante libio, cuyo paradero aún se desconoce, está "preparado para resistir a los rebeldes durante meses o incluso años".
Por su parte, el hijo mayor de Gaddafi, Mohamed, aseguró en una conversación telefónica con el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez, Kirsán Ilumzhínov, que los partidarios de su padre en Trípoli luchan “contra las fuerzas de la OTAN y contra mercenarios” y que “no hay rebeldes” en la capital.
Mientras tanto, el CNT planea organizar elecciones parlamentarias y presidenciales dentro de ocho meses, según afirma el jefe de los dirigentes rebeldes, Mustafa Abdul Jalil, en una entrevista a un periódico italiano.
La toma de Trípoli se celebró en Bengasi con fuegos artificiales. No obstante, todavía quedan regiones controladas por los partidarios de Gaddafi, incluida la ciudad natal del coronel, Sirte.