A Rusia le preocupa el uso desproporcionado de las resoluciones de la ONU

"Nos preocupa mucho que las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU se tergiversen conscientemente", ha declarado el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, dentro de la cumbre de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa), que se celebra estos días en Vilna, la capital de Lituania.

Comentando la situación en Oriente Próximo y en África del Norte, Lavrov ha acentuado que la comunidad internacional usa el lema de "responsabilidad protectora" para intervenir en los "conflictos internos de un estado, apoyando a una de las partes a través de la fuerza".

"Es evidente que se trata de dobles estándares que son diferentes dependiendo de cada situación crítica en concreto. Todo eso puede tener unas consecuencias muy graves", sostiene el ministro. Subraya que cualesquiera sean los pretextos, dejar aparte los principios de derecho desembocará en debilitar la seguridad, tanto a nivel global como a nivel regional, y en "destruir el fundamento en el que se basa todo el sistema de relaciones internacionales".

Ha detallado que Rusia está interesada en que los pueblos de Oriente Próximo, África del Norte y Afganistán determinen ellos mismos las vías de su desarrollo. Según el canciller ruso, la Organización puede apoyar este proceso –siempre en cooperación con la ONU– basándose en los recursos que posee y en respuesta a la solicitud de los propios estados.

Estándares comunes, un factor clave para la seguridad internacional

Hablando de seguridad internacional Lavrov ha acentuado: "Respetar la prevalencia del derecho es el factor clave para garantizar una seguridad común y equitativa". Ha insistido en que el aproximamiento hacia cualquier conflicto en todas sus etapas –prevención, solución o restauración posterior– debe basarse en estándares comunes. Para el responsable de la diplomacia rusa, la única función de los "jugadores externos" es estimular a las partes involucradas en un conflicto a buscar compromisos y a respetar los acuerdos conseguidos.

Lavrov precisó que solo con esta base se podría avanzar también en seguridad europea y desarrollar un nuevo acuerdo jurídico sobre el control de las armas convencionales en Europa. Hace dos semanas EE. UU. y el Reino Unido anunciaron que cesan parte de sus obligaciones respecto a Rusia en el marco del existente Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE) en respuesta a la moratoria del acuerdo que Moscú mantiene desde 2007.

Conflicto kosovar y neofascismo en Europa, focos de la discusión

El diplomático insistió, además, que la Organización para la Seguridad debe dedicarse a vigilar el conflicto en Kosovo. Destacó que la situación se agudizó como consecuencia de apartarse de lo que sostiene la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU y del incumplimiento por parte de las fuerzas de paz del principio de neutralidad. En noviembre pasado, se produjeron enfrentamientos violentos en la zona entre residentes serbios y soldados de la misión de la OTAN (KFOR, por sus siglas en inglés). Respecto a esta situación, Rusia, en su momento, puso en duda la imparcialidad de las tropas de paz desplegadas en Kosovo y llamó a activar la misión de la ONU en la región.

Otra cuestión clave que la comunidad europea debe analizar cuidadosamente es –según Lavrov- el crecimiento de tendencias nacionalistas y neonazis en su territorio. El diplomático comentó que la Organización para la Seguridad en Europa debe responder al reclamo de ‘Lituania sin fascismo’, una de las ONG del país anfitrión de la cumbre, que había planteado el problema ante la OSCE. Tanto en Lituania como en el vecino Letonia, a menudo se realizan manifestaciones de neonazis que terminan en choques con activistas de movimientos de defensa de los derechos humanos. También tienen lugar diversas marchas de veteranos de la Segunda Guerra Mundial de la legión de las SS.

Entre otros desafíos claves para la Organización, Lavrov enumeró la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado, por una parte, y desastres industriales y catástrofes naturales, por otra. Según él, la tarea de la OSCE es elaborar una serie de medidas que les permitiría hacer frente a estas amenazas.