Seis estadounidenses buscan refugio en la embajada de EE. UU. en El Cairo
Un grupo de seis estadounidenses, entre ellos Sam LaHood, el hijo del secretario de Transporte de EE. UU., Ray LaHood, se refugió en la embajada norteamericana en El Cairo. Las autoridades egipcias les acusan de financiar las protestas antigubernamentales. En consecuencia, los seis, junto con otros cuatro ciudadanos extranjeros, tienen prohibido salir del país mientras estén bajo investigación.
Según la portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Victoria Nuland, se trata de una "situación única". Nuland comunica que la seguridad de los estadounidenses no está amenazada, pero detalla que ellos se habían dirigido al personal de la embajada y "se tomó la decisión de invitarles como huéspedes". Al mismo tiempo, asegura que no se trata de un intento de huir de los procedimientos legales.
El veto para viajar impuesto contra los seis norteamericanos ha sido objeto de negociaciones entre los dos países en los últimos días. Así, el domingo el jefe del Pentágono, Leon Panetta, llamó a Mohamed Hussein Tantawi Soliman, presidente del Consejo de las Fuerzas Armadas, en otras palabras, el presidente interino de Egipto, solicitándole que suspendiera la medida.
Anteriormente, la Casa Blanca ya había advertido a El Cairo que podría reconsiderar su política financiera hacia Egipto, que prevé una donación de unos 1.300 millones de dólares anuales, si en el país se violan los derechos de las organizaciones no gubernamentales. El presidente Obama también abordó el tema cuando discutía con Hussein Tantawi la solicitud egipcia de un préstamo de 3.200 millones de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional.
El tema de los derechos de las organizaciones no gubernamentales en Egipto surgió después de que en diciembre las autoridades del país emprendieran una 'redada' sobre grupos que recibían financiamiento desde el extranjero. Se trató sobre todo del Instituto Democrático Nacional y el Instituto Republicano Internacional, donde trabajaba Sam LaHood. Ambas organizaciones son financiadas por los EE. UU. y se dedicaron a monitorear las recientes elecciones al Parlamento egipcio.
El Gobierno del país los acusó de operar sin autorización oficial. Ahora sus actividades son objeto de una investigación criminal y 10 de sus empleados, entre ellos los seis norteamericanos mencionados, tienen prohibido salir fuera del país. EE. UU. consideró esta 'redada' como un asalto contra la libertad de expresión y un intento de suprimir las protestas antigubernamentales que siguen sacudiendo el país.
Desde que hace casi un año la revuelta popular puso fin a los 30 años de Gobierno de Hosni Mubarak, para la gente que sigue saliendo a las calles a manifestarse contra la situación actual del país al menos una de las tareas de aquella revolución sigue pendiente: poner fin al monopolio político que los militares ejercen desde el derrocamiento del rey Faruk I en 1952.