Actualidad
Egipto entra en el día final de las presidenciales
Los egipcios van a las urnas este domingo en el segundo día de la ronda final de las elecciones presidenciales para elegir entre un islamista encarcelado por Mubarak y el último primer ministro.
El ex jefe de la Fuerza Aérea, Ahmed Safiq, quien encabezaba el gobierno en los últimos días de la presidencia de Hosni Mubarak, compite con Mohammed Mursi, el candidato de los Hermanos Musulmanes.
El presidente electo recibirá un país en desorden, sin una constitución ni un parlamento, después de que la gobernante junta militar disolviera el Legislativo esta semana.
La campaña electoral ha dividido a la población, entre los que temen un retorno a los métodos del régimen anterior y los que prefieren separar la religión de la política, en medio de las preocupaciones de que los Hermanos Musulmanes supriman las libertades personales.
Las mesas electorales están abiertas entre las 6.00 y las 18.00 GMT bajo una alta vigilancia policial y militar.
El jueves pasado, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales ciertas cláusulas de la ley electoral, anulando de un plumazo la composición del Parlamento con mayoría islamista.
Los Hermanos Musulmanes habían ganado un 47% de los escaños en el tumultuoso proceso electoral que duró de noviembre a febrero pasado.
Activistas acusan el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que tomo el poder tras la caída de Mubarak en febrero del 2011, de armar una “contrarrevolución”.
“La sarta de medidas tomadas muestra que el Consejo, que encabeza la contrarrevolución, está firme en su intento de revertir al régimen antiguo y los comicios presidenciales son nada más que un espectáculo”, expresaron seis partidos y movimientos en una declaración conjunta.
Este sábado, el Consejo avisó al Parlamento de su disolución y previno la entrada de los parlamentarios. La medida causó rotundas protestas de los islamistas, exigiendo un referéndum sobre la disolución.
El descontento con las medidas de la junta militar provocó llamadas a boicotear las elecciones. El sábado pasado mostró una participación más baja que en la primera vuelta de las presidenciales.
El presidente electo recibirá un país en desorden, sin una constitución ni un parlamento, después de que la gobernante junta militar disolviera el Legislativo esta semana.
La campaña electoral ha dividido a la población, entre los que temen un retorno a los métodos del régimen anterior y los que prefieren separar la religión de la política, en medio de las preocupaciones de que los Hermanos Musulmanes supriman las libertades personales.
Las mesas electorales están abiertas entre las 6.00 y las 18.00 GMT bajo una alta vigilancia policial y militar.
Junta militar
La elección se celebra en un ambiente tenso, tras una serie de medidas emprendidas por la junta militar para consolidar su poder.El jueves pasado, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales ciertas cláusulas de la ley electoral, anulando de un plumazo la composición del Parlamento con mayoría islamista.
Los Hermanos Musulmanes habían ganado un 47% de los escaños en el tumultuoso proceso electoral que duró de noviembre a febrero pasado.
Activistas acusan el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que tomo el poder tras la caída de Mubarak en febrero del 2011, de armar una “contrarrevolución”.
“La sarta de medidas tomadas muestra que el Consejo, que encabeza la contrarrevolución, está firme en su intento de revertir al régimen antiguo y los comicios presidenciales son nada más que un espectáculo”, expresaron seis partidos y movimientos en una declaración conjunta.
Este sábado, el Consejo avisó al Parlamento de su disolución y previno la entrada de los parlamentarios. La medida causó rotundas protestas de los islamistas, exigiendo un referéndum sobre la disolución.
El descontento con las medidas de la junta militar provocó llamadas a boicotear las elecciones. El sábado pasado mostró una participación más baja que en la primera vuelta de las presidenciales.
comentarios