Cataluña: los partidos separatistas acuerdan un referendo de autodeterminación para 2014
El compromiso sigue a semanas de negociaciones tras las elecciones del 25 de noviembre, en las que CiU resultó vencedor pero perdió escaños, tras una campaña centrada en un proyecto soberanista que implicaba un referéndum al pueblo catalán.
La iniciativa comenzará a materializarse en el debate de investidura, que comenzará el próximo jueves, y del que se espera que el presidente autonómico catalán, Artur Mas, salga reelegido con un apoyo que ERC, que salió muy reforzada de los comicios, pasando de 10 a 21 escaños, ya ha garantizado.
En adelante, y tras la aprobación del presupuesto, CiU y ERC trabajarían juntas para aprobar una ley catalana de consultas y más tarde negociar con el Gobierno nacional dirigido por Mariano Rajoy, que ha afirmado que celebrar un referendo sobre la independencia catalana sería ilegal.
Las relaciones entre Mas y Madrid han sido tensas en los últimos meses, y el mismo martes la Generalitat aprobó un impuesto retroactivo sobre los depósitos bancarios que choca frontalmente con los planes del Gobierno central. Los residentes de una de las regiones otrora más ricas de España han protagonizado multitudinarias marchas independetistas por no estar satisfechos con las políticas del Gobierno central y menos con las drásticas medidas recientemente adoptadas para reducir la deuda nacional. Los líderes separatistas aseguran que la independencia de Cataluña impactará positivamente en la economía.
No obstante, algunos expertos advierten que la secesión provocaría una "crisis extraordinaria" y mayor empobrecimiento. El analista Francisco González Tejera aseguró a RT que la posible independencia de la región conduciría al pueblo a un precipicio y reportaría aún más beneficios a la oligarquía. Además, Bruselas ya argumentó que "un nuevo Estado creado como resultado de un proceso de independencia se convertiría en un 'tercer país' con respecto a la UE".
Para el catedrático de economía aplicada, Juan Torres López, algunos de los convocantes del referéndum recurrieron a esta maniobra para distraer la atención de las duras políticas sociales que se aplican en Cataluña.
“En los últimos meses se ha producido una intensificación de los deseos soberanistas en Cataluña. Posiblemente en gran parte como reacción a las dificultades que el pueblo está teniendo que soportar como consecuencia de los recortes de derechos social”, indicó el analista a RT.
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