Economía
Expertos: La Reserva Federal de EE.UU. celebra su 100º aniversario "agonizando"
El 23 de diciembre de 1913 el presidente Woodrow Wilson firmó el acta que estableció la Reserva Federal. Hoy en día el estado de salud del organismo que define la vida económica y política de EE.UU. está empeorando drásticamente, según los expertos.
"Al crear un sistema bancario central, EE.UU. quería acabar con los fracasos de los bancos. Sin embargo, un siglo después, el organismo se convirtió en el impulsor principal del caos financiero", insiste el analista británico John Phelan en su artículo para 'The Wall Street Journal'.
"Se supone que los mercados deben regularse por las expectativas de rentabilidad percibida de valores y no por la búsqueda de ganancias especulativas causadas por las manipulaciones de los banqueros centrales. Ahora, en cambio, parece que los intereses de los mercados financieros están, precisamente, en contradicción con los intereses del resto de la economía", explica Phelan.
Con la aparición de la Reserva Federal, el Congreso y el presidente se convirtieron en transmisores de la voluntad de un cúmulo de banqueros que son hoy en día el único poder real en EE.UU. y pretenden establecer un dominio mundial, según comentó el congresista republicano Ron Paul en su libro de 2009 'End the Fed' ('Eliminar la Fed'). Paul denuncia, además, numerosas violaciones directas de la ley por parte de la Reserva: por ejemplo, préstamos clandestinos para los mayores bancos de EE.UU. y Europa durante la crisis del 2008 por un total de 16 billones de dólares.
"Hace unos años uno no podía ni pensar en que la Reserva Federal podría llegar a estar en bancarrota. Pero desde el año 2010 el estado de salud de este órgano está empeorando drásticamente", opina el analista Valentín Katasónov. Con el fin de apoyar a la economía estadounidense tras la crisis del 2008, la Reserva Federal siguió aumentando los volúmenes del dólar que imprime y los intercambia por todo tipo de valores: en 2013 este intercambio ha llegado a los 85.000 millones de dólares por mes. Los valores incluyen tanto bonos del Tesoro como los así llamados 'activos tóxicos', en otras palabras, títulos hipotecarios. Aún más: en 2013 la demanda internacional por los bonos se redujo y la Reserva tuvo que compensarlo, convirtiéndose en el 'donante' principal del Tesoro de EE.UU.
Según destaca Katasónov, este 'perpetuum mobile' —cuando la Reserva Federal entrega dólares al Tesoro y recibe bonos a cambio— se sirve a sí mismo, privando a la economía mundial de una masa monetaria necesaria. Este círculo cerrado aumenta el peso de otras divisas alternativas frente al dólar, como el yuan, insiste el analista. Otro aspecto negativo de este mecanismo es que cualquier día el precio del mercado de los bonos puede caer, lo que causará unas pérdidas importantísimas a la Reserva Federal.
En cuanto a los títulos hipotecarios, su precio de mercado es bastante bajo, pero el organismo se ve obligado a comprarlos a la par. Si empezara a venderlos, sufriría pérdidas financieras. Si sigue acumulándolos, sus activos se convertirán en una burbuja. Como cualquier otra organización comercial, la Reserva Federal tiene un capital propio para cubrir estas pérdidas, pero el problema es que este capital constituye solamente entre un 3% y un 4% de los activos actuales de la entidad, subraya Katasónov. Con lo cual, el sistema "está agonizando" y la crisis está por llegar, concluye.
"Se supone que los mercados deben regularse por las expectativas de rentabilidad percibida de valores y no por la búsqueda de ganancias especulativas causadas por las manipulaciones de los banqueros centrales. Ahora, en cambio, parece que los intereses de los mercados financieros están, precisamente, en contradicción con los intereses del resto de la economía", explica Phelan.
Con la aparición de la Reserva Federal, el Congreso y el presidente se convirtieron en transmisores de la voluntad de un cúmulo de banqueros que son hoy en día el único poder real en EE.UU. y pretenden establecer un dominio mundial, según comentó el congresista republicano Ron Paul en su libro de 2009 'End the Fed' ('Eliminar la Fed'). Paul denuncia, además, numerosas violaciones directas de la ley por parte de la Reserva: por ejemplo, préstamos clandestinos para los mayores bancos de EE.UU. y Europa durante la crisis del 2008 por un total de 16 billones de dólares.
"Hace unos años uno no podía ni pensar en que la Reserva Federal podría llegar a estar en bancarrota. Pero desde el año 2010 el estado de salud de este órgano está empeorando drásticamente", opina el analista Valentín Katasónov. Con el fin de apoyar a la economía estadounidense tras la crisis del 2008, la Reserva Federal siguió aumentando los volúmenes del dólar que imprime y los intercambia por todo tipo de valores: en 2013 este intercambio ha llegado a los 85.000 millones de dólares por mes. Los valores incluyen tanto bonos del Tesoro como los así llamados 'activos tóxicos', en otras palabras, títulos hipotecarios. Aún más: en 2013 la demanda internacional por los bonos se redujo y la Reserva tuvo que compensarlo, convirtiéndose en el 'donante' principal del Tesoro de EE.UU.
Según destaca Katasónov, este 'perpetuum mobile' —cuando la Reserva Federal entrega dólares al Tesoro y recibe bonos a cambio— se sirve a sí mismo, privando a la economía mundial de una masa monetaria necesaria. Este círculo cerrado aumenta el peso de otras divisas alternativas frente al dólar, como el yuan, insiste el analista. Otro aspecto negativo de este mecanismo es que cualquier día el precio del mercado de los bonos puede caer, lo que causará unas pérdidas importantísimas a la Reserva Federal.
En cuanto a los títulos hipotecarios, su precio de mercado es bastante bajo, pero el organismo se ve obligado a comprarlos a la par. Si empezara a venderlos, sufriría pérdidas financieras. Si sigue acumulándolos, sus activos se convertirán en una burbuja. Como cualquier otra organización comercial, la Reserva Federal tiene un capital propio para cubrir estas pérdidas, pero el problema es que este capital constituye solamente entre un 3% y un 4% de los activos actuales de la entidad, subraya Katasónov. Con lo cual, el sistema "está agonizando" y la crisis está por llegar, concluye.
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