Alguien se acerca a las rejas del aeropuerto donde estamos unos cuarenta cronistas y camarógrafos, fotógrafos y productores haciendo la cobertura en vivo. Vende flores y la mayoría compramos para dejar en un improvisado memorial. Los periodistas trabajamos de hablar de las víctimas y los victimarios como si fueran simples números pero también nos moviliza el momento histórico. Pienso en la historia que me contaron de Adelma y me pregunto ¿qué tiene que ver Perú con Estado Islámico?
Me imagino los últimos momentos de Adelma: faltan dos horas para el vuelo a Nueva York y las pequeñas mellizas Maureen y Adelma no se quedan quietas, corretean por todos lados. Adelma les pide que se calmen pero las niñas no obedecen a su madre, Cristophe, su padre, las persigue para que no se vayan lejos pero se cansa y prefiere salir a caminar con ellas por el aeropuerto, Adelma se queda cerca del mostrador de American Airlines con los equipajes. Tiene 37 años, nació en Lima y está casada desde hace algunos años con Cristophe, belga al igual que sus hijas. Son las 8 de la mañana en el aeropuerto internacional de Bruselas, por el que circulan 22 millones de pasajeros por año. Tres hombres llegan en un taxi con una maleta cada uno. Todos nacieron en Bruselas, tienen entre 27 y 30 años. Son amigos desde hace bastante tiempo, tienen la misma religión, los mismos valores, militan juntos en la misma organización. Vienen esperando este día desde hace mucho tiempo. Ibrahim va vestido de negro, al igual que Najim. Su tercer amigo, del que no se puede confirmar el nombre, lleva un piloto blanco y un sombrero. Se habían tomado el taxi en Charleroi, la zona donde desde hace un tiempo alquilan un piso. El de sombrero se aparta del resto, se va. Los otros se miran, rezan, pasan por delante de Adelma. Se hacen explotar. Mueren inmediatamente, como Adelma y al menos once personas más.
Me reconecto con la información y leo que todo lo que habían guardado en el piso de Charleroi eran 15 kilos de explosivos. ISIS o Daesh o Estado Islamico de Iraq y el Levante como quieren llamarle, atacó por primera vez la capital de Bélgica a través de ellos, es la capital institucional de Europa, allí funcionan el Parlamento Europeo, la Comision Europea, el Banco Central Europeo y otros organismos centrales de la Union Europea. Eso quiere decir que viven ahí los diputados de los 28 países que forman parte de la UE, que tienen en promedio treinta asesores cada uno , por lo general de sus países de origen pero que también provienen de diferentes lugares del mundo. Ese es el segmento de gente que circula por la Estacion Maalbeek. Una semana antes, cerca de esa estación, habían atrapado a Salah Abdeslam, sospechado de ser uno de los principales autores intelectuales de los atentados en Paris.
La colombiana que salvó a su hermano
"Eusebi: tengo un feeling inmundo con usted hoy ¿todo bien? No puedo dormir y estoy llorando como una idiota porque si". David, bogotano, amanece con un mensaje de su hermana menor a la distancia. Son las 11 PM en Colombia, las 4 AM en Europa y le escribe porque no puede dormir. David la llama y le reclama: "no puedes tener estos raptos de locura, aquí está todo bien, nada malo pasa jamás en Bruselas" como diciendo "esto no es Colombia". Se retrasa camino al trabajo y no llega al tren de las 8.02 porque a esa hora recién está a una calle del metro. Se detiene, piensa que el humo blanco que se le viene encima, que la explosión seca que acaba de escuchar a lo lejos provienen de alguna de las tantas obras en construcción y remodelación que suele haber en el centro de la capital institucional de Europa. No tiene recuerdos hilados, conserva mentalmente fotos sueltas tomadas con cada pestañeo. Siente que se metió en la pantalla del cine, que está formando parte de la grabación de una película que ya vio. Gente corriendo ensangrentada. Sirenas. Incesantes sirenas de bomberos, ambulancias y policías. Una señora de setenta años llena de clavos gritando desesperada. Voluntarios que intentan bajar hacia donde viene el humo. Es la estación Maalbeek, la del Parlamento Europeo, donde un belga, Khalid al-Bakraoui, hermano de Ibrahim que hace media hora se había suicidado en el aeropuerto, se subió al metro y antes de que las puertas de los vagones se cierren presionó un botón y se hizo explotar. Tenía encima diez kilos de explosivos y cientos de clavos que salieron expedido por el aire tras la explosión.
Lo que sigue es el respeto al protocolo del terror, el mismo que se siguió antes en Nueva York, Londres, Madrid y Paris. Estado de shock, paranoia, segregación a la población islámica, "encontraron a los autores", "no eran los autores," "detuvieron a un sospechoso", "tenía cara de sospechoso", anuncios de bombardeos en Medio Oriente como contraofensiva. Y la paranoia, ¿habra algún ataque más hoy?.
"El atentado fue contra nuestra forma de vivir" dice David. Es colombiano pero comulga con el modo de vida europeo, occidental. Cuando llama a su padre en Bogotá este le dice: "Ahora comprendes y ahora los belgas viven lo que yo viví hace algunos años en pleno centro de Bogotá, el terror cambia de terroristas pero sigue siendo terror".
El directo llegó
Para los medios belgas, el 22 de Marzo de 2016 no sólo marcó la fecha del ataque más mortífero en la historia del país, es también el día en que Bélgica entró en la era de la información en directo. Testimonios en las redes sociales, actualizaciones permanentes en los sitios de noticias, ediciones especiales de forma continua en la televisión. "Para los medios tradicionales belgas este tipo de directo con esa dinámica de temporalidad es algo totalmente nuevo" dice Christopher Berti, director del periódico Le Soir, mientras sufre un ataque de stress por la necesidad de actualización permanente de su sitio web el martes. A diferencia de Francia, que tiene 34 canales de television en vivo con "nouvelles", Bélgica no tiene rodando un solo canal de televisión enteramente de noticias propio.
En esa nueva temporalidad, los medios locales tuvieron que fundar un nuevo proceso de validación de la información que en gran parte proviene de las redes sociales en las primeras horas. Algunos medios de comunicación han pagado el precio de confiar sin chequear difundiendo "imágenes del momento del atentado" que en realidad procedían de una escena de un atentado en el aeropuerto de Moscú en 2011.
Aparte de las "falsificaciones" otro punto de la cobertura sensible fue la relación de los medios de comunicación con las autoridades policiales y judiciales. Una relación marcada por el recuerdo del 22 de noviembre en Paris cuando los medios de comunicación belgas habían acordado imponer durante unas horas un "negro-out" (o "bloqueo") a petición de la policía. Nada parecido sucedió esta vez. "La autoridad pública no quería repetir la experiencia de la ciudad cerrada" dice Christopher Berti. Ejemplo de ello es la imagen de las cámaras de vigilancia del aeropuerto que muestra los supuestos terroristas caminando con sus maletas antes de suicidarse, fue publicada por el sitio web Het Laatste Nieuws, con acceso a fuentes policiales.
Las fricciones aparecieron con las búsquedas llevadas a cabo por la policía belga en la tarde del día posterior al atentado. A las 13 horas el Fiscal Federal pidió a la prensa "que se abstengan de comunicar información relacionada con la investigación judicial" Pero luego de la transmisión en vivo del discurso del fiscal en todos los medios se informaba que las búsquedas se estaban realizando en el municipio de Schaerbeek. No encontraron nada.
Si el mundo aún no comprende del todo al terrorismo, si los informes policiales de la TV no tienen consistencia luego de un atentado es, entre otros motivos, porque las informaciones que circulan suelen ser La difusión y presentación de informes de información falsa no es nuevo, pero el Internet ha hecho que sea más fácil plantar historias y pruebas falsas o engañosas, que son compartidas ampliamente a través de Twitter y Facebook.
Alastair Reid, editor de First Draft, una coalición de organizaciones especializadas en la verificación de la información en las redes sociales que está respaldada por Google, dijo que parte del problema es que cualquiera que publique en plataformas como Facebook tiene la capacidad de llegar a mayor cantidad de público que una cadena de noticias y esta, para atrapar la audiencia, reproduce esa información, se sube a la ola. "Allí puede ser que alguien intencionalmente tratando de desviar la agenda de noticias por razones políticas instale un tema en las redes" dice Alastair.
Mientras tanto, el ritmo acelerado de las noticias y la competencia con los medios sociales en línea también ha aumentado la presión sobre las cadena de noticias para ser el primero en informar de cada desarrollo pero y, al mismo tiempo, aumentó la eliminación de algunos de los desincentivos para hacer las cosas mal. Bruselas puso en evidencia la cantidad de páginas web que se actualizaron eliminando todo rastro de una entrada o información falsa, la amenaza a la reputación es significativamente menor que en la impresión. Reid dice: "Ahora tal vez hay más presión en algunas organizaciones para su creación rápida, obtener los clics, hacerlo primero ... definitivamente hay una presión comercial para tener ese fantástico vídeo, que tiene esa imagen fantástica, para que sea más noticiable, más compartible, y eso puede anular el deseo de estar en lo correcto ".
El domingo el diario Le Soir tituló: "Fayçal Cheffou es el nombre del hombre del sombrero, que acompaña a los dos suicidas del aeropuerto en las imágenes reproducidas en los medios durante estos días. Algunos periodistas de Bruselas le reconocen como un antiguo compañero de profesión freelance”. Se difundieron fotos y videos de Fayçal por doquier, fue detenido y juzgado mediáticamente. Al día siguiente el mismo diario tituló: "Fayçal Cheffou no era hombre del sombrero, solo se le parecía físicamente". Pero la desmentida tiene menor alcance que la mentira y entonces, para mucha gente, Fayçal es el culpable.
Las familias del terrorismo
El terrorismo es toda una actividad familiar. En octubre de 2014, Mohammed Hamza Khan, un estudiante de ingeniería de diecinueve años de edad, de los suburbios de Chicago, fue detenido en el aeropuerto O'Hare, donde tenía previsto abordar un avión a Viena y luego continuar a Estambul, su objetivo era unirse a ISIS en Siria e Iraq. La historia de Khan permaneció a la espera en la agenda de noticias durante meses hasta que finalmente Peter Bergen la publicó en su libro "Estados Unidos de la Yihad”. Sus padres, inmigrantes de la India, dijeron después que se sorprendieron, que no habían notado nada extraño en el comportamiento de su hijo, con la excepción de una cantidad excesiva de tiempo gastado en su teléfono pero luego se descubrió que financiaron su proyecto jihadista.
Algunas horas después de la muerte de Khalid e Ibrahim al-Bakraoui, la policía encontró el teléfono portátil de Ibrahim el-Bakraoui en una papelera de la rue Max Roos y entre la actividad reciente un archivo de audio con la intención de servir como última voluntad y testamento. En el audio Ibrahim expresa cierto pánico. Había alquilado el apartamento donde cuatro días antes de los ataques del aeropuerto la policía había encontrado Salah Abdeslam, el presunto coordinador de los ataques de París y pensó que las autoridades caerían sobre él. "No sé qué hacer," al-Bakraoui confiesa a su equipo. "Estoy siendo perseguido por todas partes." Pero él sabía lo que haría con su hermano. Entre ellos hay no sólo la intimidad de un grupo guerrillero, de hermanos de armas, también la profunda intimidad de los hermanos reales, hermanas y amantes. Salah Abdeslam se unió a los ataques de París por su hermano Ibrahim, que se inmoló en un café. El tiroteo en la oficina de Charlie Hebdo, en enero de 2015, se llevó a cabo por otro par de hermanos, los Said y el tiroteo masivo Chérif Kouachi en San Bernardino, en diciembre pasado, fue obra de una pareja casada, Syed Farook y Tashfeen Malik. Ese fue el ataque de más alto perfil terrorista en los Estados Unidos desde los atentados del maratón de Boston en 2013, los cuales fueron cometidos por Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, "hombres jóvenes aparentemente afiliados a nadie más que a sí mismos" dice Janet Reitman de la revista Rolling Stone.
Para los analistas de terrorismo, el patrón obedece a las reglas de la radicalización muy vinculadas a la "dinámica de grupos pequeños, el parentesco y los lazos de amistad" en palabras de Rik Coolsaet, de la Universidad de Gante. Hay ventajas tácticas que los hermanos pueden disfrutar: citas de planificación de ataques camufladas como actividades ordinarias de la familia y una aparente fidelidad que va más allá del compromiso con una causa: "si tu te matas me mato yo tambien". Pero estas historias tienen algo que ver con las familias, también. Pares de hermanos y cónyuges son también conspiraciones mundanas, unidades que mantienen secretos del mundo.
La pregunta es ¿a qué pueblo pertenecen? ¿a qué pueblo le hacen la guerra? La guerra del terrorismo es una guerra de ningún pueblo contra ningún pueblo. Por eso mueren belgas y peruanos sin distinción.