EE.UU.: 'Sueños y pesadillas' de los inmigrantes latinos más solidarios
Este capítulo de 'Sueños y Pesadillas' explora una de las facetas sociales más amables de la sociedad: la solidaridad. En un recorrido que incluye varios puntos del país, conoceremos la historia de varias personas que dedican buena parte de su tiempo y energías a satisfacer las necesidades de los demás, a través del voluntariado o de proyectos personales .
Una de esas personas es Yomayra Rodriguez, voluntaria de Citymeals, una organización neoyorquina que se dedica a llevar comida a personas mayores que tienen dificultades para acceder a una alimentación básica. Zoila Chunoo es una de las beneficiarias de este servicio. Esta señora, que admite que no tiene ya "mucha energía para salir a la calle", agradece la comida, que es sana y se ajusta a sus necesidades, pero aprecia sobre todo la calidez emocional que le proporciona recibir la visita desinteresada de estos voluntarios, de quienes asegura que "son un tesoro".
Otro de los testimonios recogidos en este episodio es del exitoso empresario Cárlos Gómez, que explica que la importante labor de ayuda filantrópica que lleva a cabo con las comunidades latinas en Nueva York no son fruto de una decisión puntual, sino de su educación. "Mi familia me inculcó, desde pequeño, que lo más hermoso de la vida es ayudar y dar", asegura.
También conoceremos a Fernando Ponce Laspina, cuyo pasado relacionado con el crimen –por el que cumplió una condena en la cárcel– no le ha impedido dar un importante giro a su vida. Hoy gestiona un gimnasio de boxeo en el Bronx, donde entrena a jóvenes latinos para mantenerlos apartados de las calles. "Yo quería hacer una actividad que beneficiara a los hispanos", indica Fernando, que señala que las autoridades "estaban ayudando más a los blancos y a los negros, pero a los hispanos no". Su gimnasio se ha convertido, además, en un verdadero centro cultural donde se realizan todo tipo de actividades, desde ensayos musicales hasta charlas temáticas.
Ya en San Francisco, escucharemos a Catalino Tapia, un inmigrante latino que llegó a EE.UU. siendo muy joven y tuvo que trabajar muy duro para abrirse camino. Se hizo jardinero y prosperó considerablemente, y ahora invierte su dinero en financiar la formación en jardinería de jóvenes hispanos, principalmente a través de una fundación que creó con la ayuda de su hijo. "Yo me prometía que un día iba a hacer algo para ayudar a jóvenes latinos", reconoce este veterano jardinero y filántropo.
Para conocer más en detalle estas historias personales y otros testimonios similares, les emplazamos a que vean completo el video que les ofrecemos.