La bomba Zar (AN602)

La bomba Zar (AN602) fue el arma nuclear más potente de la historia. Fabricada por la Unión Soviética para demostrar su poder tecnológico en el marco de la carrera armamentística con EE.UU, la bomba fue probada el 30 de octubre de 1961. Su detonación, de una potencia superior en miles de veces a la de Hiroshima y la de Nagasaki, fue una de las razones que propiciaron la firma de varios tratados internacionales sobre la prohibición de los ensayos nucleares.

Tipo: Bomba termonuclear

Unidades: 1

Características: 26.500 kilos, ocho metros de longitud y 2,1 metros de diámetro

Desarrollo:

Pese a que la leyenda asegura que fue desarrollada y construida en un tiempo récord de 112 días, en realidad su elaboración se prolongó durante seis años: desde 1955 hasta 1961. Sin embargo, la fase final de producción sí que duró realmente unos 112 días. El equipo encargado de desarrollar la AN602 contaba con los mejores físicos de la Unión Soviética, incluido Andréi Sájarov, creador de la primera bomba de hidrógeno de la URSS en 1953.

Potencia:

La bomba debía tener una potencia de más de 100 megatones, pero durante los trabajos la idea fue rechazada, debido al nivel extremadamente alto de la contaminación medioambiental que provocaría la explosión. Por lo tanto, la potencia fue reducida casi a la mitad (hasta 51,5 megatones) después de que los componentes de uranio en la tercera etapa de la AN602 fueran reemplazados por sus equivalentes en plomo.

Objetivo:

Debido a su gran potencia, la bomba Zar, más que arma de guerra fue concebida como instrumento de disuasión nuclear y demostración del poder tecnológico en el marco de la carrera armamentística entre la URSS y EE.UU. 

La detonación:

El 17 de octubre de 1961 el mandatario soviético Nikita Jrushchov (1953-1964) ofreció un discurso en el XXII Congreso del Partido Comunista de la URSS donde informó oficialmente sobre la próxima prueba del arma más destructiva del planeta.

La AN602 fue lanzada el 30 de octubre de 1961 desde una altura de 10.500 metros por el bombardero estratégico Tu-95, modificado especialmente para este propósito, explotando tres minutos después sobre el sitio de pruebas en el archipiélago de Nóvaya Zemliá, en el ártico, a una altitud de unos 4.000 metros.

Consecuencias de la explosión:

La bola de fuego alcanzó un radio de unos 4,6 kilómetros y no alcanzó la superficie de la tierra porque se lo impidió la onda expansiva.

La energía térmica podría haber causado quemaduras de tercer grado a una distancia de 100 kilómetros.

El 'hongo' que dejó la explosión se elevó hasta 67 kilómetros.

Los testigos sintieron el golpe de la detonación en un radio de 1.000 kilómetros en torno al sitio de prueba.

Los cambios en la ionización atmosférica causaron interferencias en el sistema de radio durante 40 minutos a cientos de kilómetros del lugar.

Reacción de EE.UU.:

La explosión desató una ola de indignación en Occidente. El embajador de EE.UU. en la ONU Adlei Stevenson acusó a Jrushchov de contaminación medioambiental. El mismo creador de la primera bomba soviética de hidrógeno, Andréi Sájarov, ya advirtió a finales de 1957 de los peligros que los materiales radiactivos de las pruebas nucleares representaban para el medioambiente.

La detonación de la bomba Zar fue una de las razones que propició el acercamiento de EE.UU. y la URSS en el ámbito de restricción de pruebas nucleares. El 5 de agosto de 1963 ambas partes lograron firmar el Tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares en la atmósfera, en el espacio exterior y bajo el mar, con la excepción de la detonación bajo tierra.

El documento fue precursor de convenios como el Tratado de No Proliferación Nuclear (1968) y el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares  (1996).

Datos curiosos:

El otro nombre de la bomba es 'Kúzkina mat' ('La madre de Kuzka', en español, que junto con el verbo 'mostrar' expresa una amenaza irónica y podría traducirse como '¡ya verán que lección les daremos!'). La frase se hizo famosa después del discurso de Nikita Jrushchov en la Asamblea General de la ONU en 1960 donde el mandatario soviético prometió a EE.UU. "mostrar a la madre de Kuzka".

En el marco de una exposición dedicada al 70.º aniversario de la industria atómica rusa, en Moscú será exhibida una réplica de la bomba más potente en la historia. La muestra estará abierta desde el 1 al 29 de septiembre de 2015.