Sociedad
Sexo, tacos y fútbol: el talón de Aquiles de los narcos más buscados
Todos somos humanos e incluso los despiadados líderes de los cárteles mexicanos tienen sus debilidades, que a menudo son, literalmente, su perdición.
Sus 'carreras' en el mundo del narcotráfico hacen pensar que son inquebrantables e inalcanzables. Joaquín 'El Chapo' Guzmán, por ejemplo, pasó de ser un niño campesino a convertirse en el líder del cártel de Sinaloa, más rico y poderoso que legendario Pablo Escobar, según estima la Administración para el Control de Drogas (DEA) de EE.UU. Tras la muerte de Osama bin Laden lo sucedió en su 'lugar de honor' y fue número uno en la lista de la revista 'Forbes' de los criminales más buscados del mundo. Tras escapar dos veces de cárceles de alta seguridad se ganó la fama de ser un capo de la droga excepcionalmente astuto.
Sin embargo, Guillermo Valdés, exdirector del Centro de Investigación y Seguridad Nacional de México (CISEN), comentó en una entrevista para VICE News que El Chapo fue "poco cuidadoso" y cometió un "error de primer grado", refiriéndose a sus conversaciones telefónicas con la actriz mexicana Kate del Castillo, que facilitaron su captura por parte del Gobierno.
Y Guzmán no es el único líder de un cártel mexicano que sufre la 'enfermedad de la imprudencia'. La historia criminal del país abunda en casos de detención que fueron posibles gracias a fiestas de cumpleaños, pasiones culinarias o deportivas y el amor por esposas, amantes, madres e hijos.
Historias de amor, sexo… y tacos
Mientras El Chapo pasaba sus días en la cárcel antes de su fuga el pasado julio, la persona más codiciada por la Policía mexicana era Servando Gómez Martínez alias 'La Tuta'. El líder del cártel de los Caballeros Templarios controlaba unos 50 laboratorios de metanfetamina y ganaba millones no solo con la droga, sino también con la minería ilegal, las extorsiones y los secuestros. La Policía Federal sospechaba que se refugiaba en Michoacán, y efectivamente el narco vivía en una casa segura en las montañas de ese estado. Sin embargo, lo que dio a los investigadores la clave para realizar la captura de La Tuta –un operativo que no requirió ni un solo disparo– fue una tarta de chocolate que le trajo a su escondite su amante con motivo del 49.º cumpleaños del narco. Desde entonces la Policía seguía cada paso de La Tuta y unas semanas después lo capturaron en la ciudad de Morelia comiendo en un puesto de perritos calientes a los tres de la mañana.
Arturo Beltrán Leyva, a quien le gustaba decir que era "jefe de los jefes" organizó con sus tres hermanos uno de los cárteles más influyentes de México y trabajaba con El Chapo en una alianza llamada Federación de Sinaloa antes de su desintegración en el año 2009. Ese mismo año fue matado por los marines en un sangriento tiroteo. Las autoridades lograron localizarle gracias a una fiesta navideña en la que participaron 24 prostitutas y un músico ganador de un Grammy.
Mientras que su hermano, Héctor Beltrán Leyva, sobrevivió los años más duros de las guerras entre narcocárteles y fue capturado en la ciudad colonial de San Miguel de Allende, Guanajuato, en octubre de 2014 mientras comía tacos de pescado.
Un asunto familiar
El exdirector del CISEN explica que "la información más precisa y actual sobre dónde y cuándo estará un capo de la droga la proporcionan los miembros de su círculo más cercano" de manera involuntaria. "Detectar a las personas más cercanas y la familia no es un trabajo muy fácil, pero requiere tiempo. No obstante así es como te acercas a estos criminales, especialistas en esconderse y borrar sus huellas". Y es que resulta que los líderes de los cárteles, que no dudan en matar, torturar, violar y secuestrar, son unos padres cariñosos y abnegados.
Omar Treviño Morales, alias 'Z-42', líder del cartel de Los Zetas, fue detenido en un operativo conjunto de la Policía Federal de México y el Ejército una semana después de la detención de 'La Tuta'. Lo perdieron sus constantes conversaciones telefónicas con su madre.
Benjamín Arellano Félix, alias 'El Señor', considerado el cerebro operativo del cártel de Tijuana junto con sus hermanos, encabezaba una de las mayores bandas mafiosas de México. Sin embargo, en el año 2002 fue detenido en el estado de Puebla por los militares y sentenciado posteriormente a 22 años de cárcel. Siempre estaba cerca de su hija, que tenía un tumor facial inoperable, lo que le hacía fácil de detectar. José Vasconcelos, procurador de la Subprocuraduría Especializada de México comentó a 'The Washington Post' que agentes disfrazados de repartidores de pizza y de otros trabajadores vigilaban a la familia.
Tampoco El Chapo, padre de nueve hijos de tres mujeres diferentes, pasaba más de diez días seguidos sin encontrarse con sus hijas gemelas. Esta costumbre le costó la libertad en febrero de 2014.
Cuando el deporte no es muy saludable
El narcotraficante José Díaz Barajas fue detenido durante la Copa del Mundo de Fútbol en Brasil. Hincha fiel de la selección mexicana, tenía la intención de asistir al partido que enfrentaría a su equipo contra Brasil en la ciudad de Fortaleza. No obstante, no llegó más allá del aeropuerto de Río de Janeiro, donde lo capturaron antes de embarcar. El hombre estaba siendo buscado por tráfico de metanfetaminas en Estados Unidos.
Así, el Mundial de 2014 no solo marcó un hito en la historia del fútbol, sino también en la guerra antidrogas de México. Fernando Sánchez Arellano, sobrino del antes mencionado Arellano Félix, y uno de los tres herederos del cártel de Tijuana, fue detenido cuando estaba celebrando un gol de la selección azteca ante Croacia en un restaurante de Tijuana. La camiseta del equipo nacional y las banderas mexicanas que tenía pintadas en la cara no le ayudaron a pasar desapercibido por la Policía, escribe periódico 'Milenio'.
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