Sociedad
Danza de los desplazados
Una escuela de danza en Cartágena (Colombia) enseña no solo el arte del movimiento, sino que ofrece un mejor futuro para los jóvenes dezplazados de barrios pobres y les entrega valores que les servirán por el resto de la vida.
Ponerse en el lugar del otro, algo que suena tan sencillo pero difícil de alcanzar. Sin embargo, este objetivo es ya casi una meta cumplida para los alumnos de la escuela de danza Colegio del Cuerpo.
Johan Gutiérrez es uno de los alumnos de esta escuela de la vida. Cuando tenía seis años, su familia se vio obligada a dejar su hogar y refugiarse en Cartagena de Indias. Sus padres y hermanos pasaron a ser parte de los millones de desplazados internos que hay en Colombia. “Había mucha violencia… a mi padre lo iban a matar y para prevenir una tragedia tuvimos que salir”, confiesa Johan.
Son más de tres millones de colombianos los que se han visto forzados a abandonar las zonas en las que estaban arraigados debido a las acciones del narcotráfico, la guerrilla o los paramilitares.
Ahora Johan es parte del Colegio del Cuerpo, una institución que lleva más de 15 años formando bailarines en esta región de Colombia, y que desde hace algún tiempo ha comenzado a trabajar con chicos desplazados.
“Estos niños que vienen de familias que han perdido su tierra, sus referentes culturales, y se han visto obligados a empezar una nueva vida de cero... en los cinturones de miseria“, cuenta Álvaro Restrepo, director y fundador del Colegio del Cuerpo.
El colegio comenzó a tomar vuelo y de él surgió una compañía hecha y derecha. Presentaciones fuera de Colombia y diferentes reconocimientos internacionales han servido como poderosas señales de que están trabajando bien. Y no solo en lo artístico, ya que la disciplina necesaria para la danza cambia la relación que los alumnos establecen con su entorno.
Según reiteró el director de la escuela, la idea del colegio es que los alumnos sean agentes multiplicadores de un mensaje donde la paz y el respeto sean valores trascendentes. Es un aspecto que adquiere una dimensión más profunda en un país donde la violencia ha causado tanto dolor.
Al igual que Johan, son cientos los muchachos que han pasado por el Colegio del Cuerpo aquí en Cartagena, una institución que más que enseñar danza les entrega valores que les servirán para el resto de su vida.
Johan Gutiérrez es uno de los alumnos de esta escuela de la vida. Cuando tenía seis años, su familia se vio obligada a dejar su hogar y refugiarse en Cartagena de Indias. Sus padres y hermanos pasaron a ser parte de los millones de desplazados internos que hay en Colombia. “Había mucha violencia… a mi padre lo iban a matar y para prevenir una tragedia tuvimos que salir”, confiesa Johan.
Son más de tres millones de colombianos los que se han visto forzados a abandonar las zonas en las que estaban arraigados debido a las acciones del narcotráfico, la guerrilla o los paramilitares.
Ahora Johan es parte del Colegio del Cuerpo, una institución que lleva más de 15 años formando bailarines en esta región de Colombia, y que desde hace algún tiempo ha comenzado a trabajar con chicos desplazados.
“Estos niños que vienen de familias que han perdido su tierra, sus referentes culturales, y se han visto obligados a empezar una nueva vida de cero... en los cinturones de miseria“, cuenta Álvaro Restrepo, director y fundador del Colegio del Cuerpo.
El colegio comenzó a tomar vuelo y de él surgió una compañía hecha y derecha. Presentaciones fuera de Colombia y diferentes reconocimientos internacionales han servido como poderosas señales de que están trabajando bien. Y no solo en lo artístico, ya que la disciplina necesaria para la danza cambia la relación que los alumnos establecen con su entorno.
Según reiteró el director de la escuela, la idea del colegio es que los alumnos sean agentes multiplicadores de un mensaje donde la paz y el respeto sean valores trascendentes. Es un aspecto que adquiere una dimensión más profunda en un país donde la violencia ha causado tanto dolor.
Al igual que Johan, son cientos los muchachos que han pasado por el Colegio del Cuerpo aquí en Cartagena, una institución que más que enseñar danza les entrega valores que les servirán para el resto de su vida.
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