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"EE.UU. debe resolver sus propios problemas antes que dar clases de moral a los demás"
Las autoridades de EE.UU. están buscando desde hace varios años construir una "sociedad perfecta" en otros países, pese a que no pueden resolver algunos problemas internos desde hace varios siglos, opina un experto.
La política exterior de EE.UU, alejada de la realidad y excesivamente ambiciosa, distrae a las autoridades estadounidenses de la solución de los problemas internos. En tal situación, es dudoso que EE.UU. pueda ser considerado como autoridad moral global, opina en su artículo publicado en 'The Foreign Policy', Stephen Martin Walt, profesor de la Universidad de Harvard, experto en relaciones internacionales.
El especialista escribe que el 'polvorín' generado a partir de los asesinatos de afroamericanos por la policía en Ferguson y Nueva York, sugiere que el presidente estadounidense Barack Obama se ha empapado demasiado con Ucrania, Siria, Afganistán, la lucha contra el Estado Islámico y el virus del ébola, así como con otros asuntos que apenas están relacionados indirectamente con la vida de los estadounidenses comunes.
Los fondos que se gastan en la realización de las ambiciones geopolíticas de EE.UU., sería más prudente gastarlos en la solución de problemas relacionados con la marginación, la discriminación y la desigualdad en la sociedad estadounidense. Según el analista, las autoridades norteamericanas han importado la "guerra contra el terror" extranjera, empleándola en el sistema interno de aplicación de la ley, proporcionando a la policía un arma demasiado poderosa.
"Ferguson golpeó la imagen de EE.UU. como guardián mundial de la igualdad, los derechos humanos y las perspectivas", sostiene Walt. "Los últimos acontecimientos nos recuerdan que el propio país no sigue los ideales que predica a los demás".
El especialista escribe que el 'polvorín' generado a partir de los asesinatos de afroamericanos por la policía en Ferguson y Nueva York, sugiere que el presidente estadounidense Barack Obama se ha empapado demasiado con Ucrania, Siria, Afganistán, la lucha contra el Estado Islámico y el virus del ébola, así como con otros asuntos que apenas están relacionados indirectamente con la vida de los estadounidenses comunes.
Los fondos que se gastan en la realización de las ambiciones geopolíticas de EE.UU., sería más prudente gastarlos en la solución de problemas relacionados con la marginación, la discriminación y la desigualdad en la sociedad estadounidense. Según el analista, las autoridades norteamericanas han importado la "guerra contra el terror" extranjera, empleándola en el sistema interno de aplicación de la ley, proporcionando a la policía un arma demasiado poderosa.
"Ferguson golpeó la imagen de EE.UU. como guardián mundial de la igualdad, los derechos humanos y las perspectivas", sostiene Walt. "Los últimos acontecimientos nos recuerdan que el propio país no sigue los ideales que predica a los demás".
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