"Realmente creo que es importante mantener la perspectiva. Rusia no produce nada. Los inmigrantes no están invadiendo Moscú en búsqueda de oportunidades. La esperanza de vida de un varón en Rusia es de alrededor de 60 años. La población se está reduciendo", dijo el presidente de EE.UU., Barack Obama, en una entrevista a 'The Economist' en 2014, haciéndose eco de algunos de los numerosos mitos que rodean a Rusia y a los rusos.
Algunos de estos mitos y estereotipos tienen una historia muy larga y un origen incierto, mientras que otros son recientes. Algunos son inofensivos e incluso divertidos, mientras que otros tienen un claro carácter propagandístico.
Les invitamos a repasar y analizar algunos de los mitos más comunes sobre Rusia y el pueblo ruso.
Según diferentes estimaciones, actualmente en Moscú residen entre uno y dos millones de inmigrantes. En cuanto a toda Rusia, en su territorio hay unos 11 millones de extranjeros, lo que la convierte en el segundo país del mundo con más inmigración después de EE.UU. A esto se suman unos dos millones de inmigrantes ilegales, de acuerdo con los datos del Servicio Migratorio Federal de Rusia citados por RIA Novosti.
Desde el colapso de la URSS, Rusia es un destino atractivo para los residentes del escenario postsoviético: a lo largo de la última década la inmigración aumentó aproximadamente cuatro veces, según el Ministerio de Trabajo.
Mark Adomanis, experto en demografía rusa, ha desmentido en reiteradas ocasiones este mito sobre Rusia.
Rusia es ampliamente reconocida como el segundo destino más popular del mundo para los inmigrantes
"Una de las primeras cosas que nota cualquiera al llegar a Moscú es el enorme número de inmigrantes procedentes de Asia Central. Probablemente la característica más destacable e ineludible de la vida rusa moderna es la prevalencia de cientos de miles, sino de millones, de personas que ya se han apresurado a ir a Moscú 'en busca de oportunidades'", argumenta el analista en una columna para 'Forbes'.
"Rusia es ampliamente reconocida como el segundo destino más popular del mundo para los inmigrantes, después de EE.UU, y varios de los desacuerdos políticos con más consecuencias en la sociedad rusa giran en torno a la cuestión de cómo hacer frente a la inmigración", agrega el experto.
"Cualquiera que piense que Rusia no se enfrenta a un debate significativo sobre la inmigración simplemente no sabe nada sobre el país", concluye.
Pero los que llegan a Rusia para estudiar, trabajar o vivir no son únicamente ciudadanos de Asia Central. Así, el país es hogar de miles de latinoamericanos que han cruzado el océano para descubrir aquí una nueva tierra.
"Siempre quise tener una experiencia así y ya viví algo similar en Francia. Pero la cultura rusa en particular siempre me atrajo. Un día a mi novio le surgió una posibilidad laboral en Moscú y no lo dudamos. Me gustan mucho los idiomas y de repente tenía ante mí el desafío de aprender la segunda lengua más difícil del mundo. ¿Cómo rechazar la oferta?", contó a RT la argentina María Rosario, que llegó a Rusia a inicios de este año.
"Desde el momento en que llegué, me llamó la atención la seriedad con la que la gente camina por las calles. En el metro, las miradas parecen dirigirse hacia puntos fijos. Esto no condice con la amabilidad que demuestran a la hora de comunicarse. También están los que pierden la paciencia rápido por verse frustrados al igual que yo de no poder entablar una conversación. Cada vez que esto me sucede, pienso que los límites de mi lengua son los límites de mi mundo y eso me incentiva a continuar aprendiendo. Me acuerdo que viajaba en metro una mañana y un señor me preguntó si me sentía bien. Con su seriedad y su aparente frivolidad, un desconocido se preocupó por mi semblante. Me enterneció. Y creo que así como es el invierno de frío y devastador, con su primavera cálida y resplandeciente, así son ellos por dentro", relató.
"Otra cosa que me encanta de Rusia es la caballerosidad con la que te tratan los hombres. Me encanta también verlos desfilar con ramos de flores gigantes llevándolos orgullosos para sus mujeres, como si fuera una muestra de virilidad, algo que en muchos países ya no significa lo mismo", agregó.
"Un aspecto muy positivo es que en Rusia ha sido reconocida y valorada mi obra y mi condición de artista cubano. Asimismo, he sido admitido en diferentes organizaciones nacionales e internacionales del arte, el periodismo y el humorismo gráfico, que reúnen a profesionales de estas esferas", afirmó, por su parte, Omar Godinez, destacado pintor cubano.
Respecto a la segunda parte del mito, que consiste en que "nadie en su sano juicio podría querer vivir en Rusia", según una reciente encuesta realizada por el Centro Levada, el 83% de los rusos dicen que no están interesados en mudarse más allá de las fronteras de la antigua Unión Soviética, la cifra más alta desde el fin de la URSS.
Además, un 81% de los encuestados dicen que ni siquiera piensan en la opción de trasladarse al extranjero, y solo el 12% expresan su deseo de reubicarse en algún lugar más allá de la antigua URSS.
Según Mark Adomanis, "este es probablemente el error más común en los informes occidentales" sobre Rusia, un error que también fue compartido por el presidente estadounidense, Barack Obama, en su entrevista a 'The Economist'.
"La declaración de Obama es un ejemplo perfecto de por qué escribo con tanta frecuencia sobre un tema aparentemente tan oscuro y aburrido como la demografía rusa: la gente de la élite política de Estados Unidos casi siempre hace enormes errores al hablar de ello", afirma el analista, explicando que la población de Rusia no está disminuyendo, sino que está creciendo, y no solo creció en 2014, sino "también en 2013". "Y en 2011. Y en 2010. Y en 2009", detalla.
"Se redujo en el pasado y es probable que se contraiga en el futuro, pero no se está reduciendo en el momento actual. No es un concepto muy complicado", señala el experto.
Según Adomanis, aunque la demografía rusa no es la cuestión más importante del mundo, y los "países no subirán y no caerán porque Barack Obama haya utilizado información sin actualizar sobre la esperanza de vida en Rusia", este error parece raro, teniendo en cuenta que, "antes de hacer una entrevista como esta, alguien tan poderoso como Obama habrá tenido un pequeño ejército de investigadores y asistentes" que le haya ayudado a prepararse.
"En el mundo actual, no es muy difícil obtener información demográfica precisa, y es un poco desconcertante que nadie en el equipo de Obama fuera capaz de hacerlo", concluye.
Según explica la periodista Natylie Baldwin en un reciente artículo publicado en el portal OpEdNews, uno de los mitos más comunes propagados por los medios occidentales es que "los rusos quieren ser como los estadounidenses, pero con gorros de piel, y solo Putin se lo impide".
Es verdad que las dos naciones son muy diferentes. El sociólogo norteamericano John Smith, que lleva 20 años investigando las diferencias entre la mentalidad rusa y la estadounidense, dice tener cada vez más claro que las similitudes son nulas. En su entrevista para el portal Lenta.ru el experto afirmó que lo único que tienen en común son "las manos, los pies y la cabeza".
El sociólogo explica que la principal diferencia está en cómo los norteamericanos y los rusos se ven a sí mismos y a los demás, lo cual, a su vez, depende en gran medida del llamado 'lugar de control' o 'locusde control', la tendencia de una persona a explicar el origen de los acontecimientos de su vida cotidiana con factores internos (locus de control interno) o externos a ella (locus de control externo).
Rusia tiene una historia rica y compleja y una cultura que es cuatro veces mayor que la de EE.UU.
La mayoría de los estadounidenses tienen el locus de control interno, y de ahí su nivel de autoconfianza, "a menudo injustificada", mientras que los rusos suelen tener el locus de control externo y estar menos seguros de sí mismos, a menudo también injustificadamente.
Sin embargo, esto no quiere decir que una de estas naciones quiera copiar a la otra.
"Rusia tiene una historia rica y compleja y una cultura que es cuatro veces mayor que la de EE.UU.", señala Baldwin, agregando que esta larga historia ha dejado una profunda huella en el carácter de los rusos.
El gran valor de lo colectivo y lo social para los rusos es incluso anterior a la Unión Soviética y tiene sus raíces en las características del clima y la geografía, por lo cual, "la actitud de fuerte individualismo que es tan admirado en Occidente no resuena necesariamente en Rusia", apunta la autora del artículo.
Baldwin explica que la prioridad de la población de Rusia es la seguridad, tanto social como física, lo que "se refleja en el apoyo abrumador a los líderes rusos fuertes que defienden los intereses del país en el mundo exterior (Putin tiene índices de aprobación del 85%)".
Además, concluye la periodista, una reciente encuesta del Centro Levada revela que "el 61% de los rusos prefieren vivir en una sociedad que luche por la igualdad social que en una que se esfuerce por lograr el éxito individual".
"Incluso los principales medios de comunicación como la revista 'Newsweek' y 'Bloomberg', normalmente agrios en sus informes sobre Rusia, están empezando a reconocer que la economía de Rusia no está fuera de combate y que el plan de las sanciones de Occidente para arrinconar a Rusia es en gran medida un fracaso", sostiene en el artículo ya mencionado Natalie Baldwin, poniendo como ejemplo varios proyectos empresariales y de infraestructura que están actualmente en marcha.
Y es que, a pesar de las afirmaciones de algunos políticos, 12 meses de medidas restrictivas impuestas por Occidente no han provocado el esperado golpe a la economía de Rusia, según los datos del banco de inversión JPMorgan citados por la revista económica estadounidense 'Barron's'.
Los analistas de JPMorgan han destacado que las medidas financieras tomadas por el Gobierno ruso en su conjunto eran "razonables". Así, el Banco Central ya ha comenzado a relajar la política monetaria y puede disminuir su tasa clave en unos 300 puntos básicos hasta el 9,5% a finales de año, mientras que el superávit por cuenta corriente podría aumentar a 70.000 millones de dólares (5,5% del PIB) desde los 59.000 millones de dólares de 2014 (3,2% del PIB).
El reconocido inversor estadounidense Jim Rogers confesó a principios de mayo que sigue comprando acciones de empresas rusas y opinó que el mercado ruso es el más infravalorado del mundo.
"El mercado de valores de Rusia es, en mi opinión, el mercado más infravalorado del mundo. Sigo aumentando la proporción de acciones rusas en mi cartera. En particular, no hace mucho tiempo compré acciones de algunas empresas del sector agrícola. También he comprado bonos del Gobierno ruso. Sus tasas de interés son muy altas", explicó el magnate en una entrevista concedida a CNN.
Por su parte, la revista 'Forbes', en un repaso de las últimas tendencias registradas en Rusia en las finanzas y las ventas al por menor, llegó a la conclusión de que se trata del mejor mercado emergente del año. "Los mercados ignoran la economía rusa, probablemente porque no está tan mal como algunos esperaban", destacó el analista Kenneth Rapoza.
Asimismo, a principios de mayo varios analistas económicos elogiaron la dinámica del rublo en abril de 2015. Según Bloomberg, la divisa rusa fue la moneda más rentable de este abril al fortalecerse frente al dólar en más de un 12%.
La prensa y los discursos de los políticos no tratan con mucho cariño a la economía de Rusia, a la que a menudo describen como "Nigeria con nieve", "Burkina Faso con cohetes" o, en la broma tan repetida por John McCain, "una gasolinera disfrazada de país".
Nadie va a negar que los recursos naturales desempeñan un papel realmente importante en el desarrollo del país, pero tampoco está justificado suponer que Rusia es una economía exclusivamente basada en los recursos energéticos, escribe Mark Adomanis en otra columna para 'Forbes'.
Al contrario de lo que piensa el senador estadounidense John McCain, esta nación cuenta también con industria manufacturera y sector de servicios, recuerda el periodista.
Y para demostrar su planteamiento, Adomanis brinda datos del Banco Mundial sobre la renta de recursos naturales, la diferencia entre el coste de los productos a precios mundiales y los gastos de producción. Según estos datos, la renta natural rusa no es tan elevada como en los países de la OPEP y Estados de la antigua URSS como Azerbaiyán, Kazajstán y Uzbekistán.
Mientras que algunos mitos sobre Rusia son bastante inocentes o, a veces, incluso divertidos, otros parecen tener un claro carácter propagandístico y haber sido creados deliberadamente. Un ejemplo de estos mitos es el de la supuesta "amenaza rusa" a Ucrania, a los países bálticos, a EE.UU...., en fin, a todo el mundo.
En un intento de que haya una generación convencida de que Rusia es un país que amenaza la seguridad de EE.UU., los estrategas de Washington no se limitan a recurrir a la prensa. Los usuarios de Twitter denunciaron recientemente la presencia de propaganda antirrusa incluso en libros escolares de texto.
En la red social se han publicado fotos de un manual de lengua inglesa que utilizan algunos colegios de EE.UU. Según las denuncias de los internautas, los autores del manual describen la supuesta campaña de propaganda del Kremlin para defender los intereses de Rusia a nivel mundial.
A tenor de muchos expertos, la constante retórica antirrusa y los esfuerzos por crear la sensación de una amenaza no son más que un intento por parte de algunos actores, en primer lugar, de la OTAN, de legitimar su propio militarismo.
Extranjeros en Rusia: mitos fuera
Con el fin de romper algunos estereotipos y conocer las posibilidades de Rusia como un lugar atractivo para estudiar, viajar o vivir, estudiantes de 14 naciones llegaron al país el año pasado en el marco de la iniciativa 'Rusia a través de los ojos de los extranjeros'. Viajando por varias ciudades y conociendo la realidad del país en persona, descubrieron que muchos mitos sobre Rusia y los rusos están lejos de ser ciertos.
"Me encanta la gente en Rusia. En la ciudad de Novosibirsk, cuando iba con mucho equipaje, dos chicos se ofrecieron a ayudarme. Los rusos son buena gente y siempre están dispuestos a ayudar", contó al portal Ridus la estudiante china Sofia, en referencia al mito de que los rusos son fríos, groseros y nunca sonríen.
"En mi ciudad, Harbin, en China, hay muchos rusos, por lo que nunca he tenido una mala idea sobre ellos. Rusia y China tienen una estrecha relación económica que se fortalece cada día y, en fin, hablar de algunos estereotipos es simplemente estúpido", agregó.
"En Italia existe el estereotipo de que todos los rusos son cerrados y siempre están enojados, pero cuando llegué aquí, me di cuenta de que no es así, que siempre están dispuestos a ayudar. Ahora incluso creo que mi gente es más grosera", confiesa otra estudiante.
A la pregunta de si en su país existe el mito del vodka y los ruchos siempre borrachos, la joven se ríe: "He vivido un tiempo en Bélgica y, créame, beben mucho más que ustedes".
Algunos jóvenes europeos tratan de mantenerse alejados de la política y a muchos de ellos les faltan conocimientos sobre los conflictos que tienen lugar en el mundo, escribe Ridus.
"Antes de venir aquí, no sabía qué estaba pasando entre Rusia, Ucrania y EE.UU. Pero ahora me doy cuenta de que la mayor parte de Europa sigue a EE.UU., mientras que los rusos tienen una opinión diferente, su propia idea, y eso me gusta", comenta la joven italiana.
Los estudiantes de Egipto cuentan que los mitos más comunes sobre Rusia en su país son los siguientes: que siempre nieva y hace mucho frío, que todas las mujeres son rubias y que todos los hombres son de la mafia.
Resulta que el clima en Rusia puede ser "tan cálido como en casa", y la gente es abierta y amable, dice Karim.
"Nosotros, en Egipto, tenemos un sentimiento más cálido hacia los rusos que hacia los estadounidenses, porque de Rusia hemos recibido más ayuda y apoyo", confirma Mohamed, otro estudiante egipcio.
Abi es de la India, pero vive en Canadá, y lleva un año estudiando ruso.
"Si soy sincero, no quería venir a Rusia. Mi padre decía que hay gente mala y que los que vaya a conocer por el camino seguramente estarán todos borrachos. Pero solo pude conseguir el visado aquí, y no tenía otra opción. Después de estar aquí un tiempo, me di cuenta de que las cosas no son como me habían contado. Creo que en su país hay muchas oportunidades, incluso más que en Canadá o en Estados Unidos", afirmó el joven.