Arranca la campaña antiterrorista rusa en Siria
Los cuatro años y medio que hace que duran los combates del Ejército sirio con distintos grupos extremistas y la denominada 'oposición armada' no han llevado a ningún desenlace. Y mucho menos han permitido derrotar al más potente de esos grupos, el Estado Islámico, durante el año que los aviones de Estados Unidos y sus aliados llevan bombardeando el norte de Irak y el este de Siria.
Ante esta situación el 30 de septiembre Rusia inició su propio operativo aéreo contra las posiciones del EI y otros grupos terroristas después de recibir una solicitud del Gobierno de Siria al respecto. El presidente Vladímir Putin consiguió el visto bueno de la Cámara alta del Parlamento ruso y ordenó el despliegue. Ese primer día los aviones rusos ya cumplieron una veintena de misiones y lograron destruir un puesto de mando y un cuartel general que los extremistas tenían en las montañas sirias. En los días posteriores siguieron los éxitos de la operación rusa, con entre 10 y 20 misiones exitosas cada 24 horas.
Al nivel político más alto el dirigente ruso explicó los motivos de los ataques en Siria a su homólogo francés, François Hollande, durante una reunión cara a cara en París. Putin argumentó que Rusia está apoyando la ofensiva del Ejército sirio, que busca mantener la integridad territorial de Siria.
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Ataques mediáticos de desprestigio a Rusia
La atención de la comunidad internacional a la acción rusa en Siria tropezó contra una campaña prefabricada de informes sobre víctimas civiles y supuestos ataques contra barrios residenciales y a las 'fuerzas prodemocráticas'. Según comentó el mandatario ruso, esta información en las redes sociales "apareció antes de que los aviones rusos despegaran".
Rusia está preparada para los ataques mediáticos en relación con las supuestas víctimas de la operación de la Fuerza Aeroespacial rusa en Siria, aseguró Putin. "Sin embargo eso no significa que no debamos prestar atención a este tipo de informaciones", agregó.
EE.UU. bombardea un hospital afgano
Ante el imprevisto empuje de los talibanes en el norte de Afganistán, que los días 28 y 29 de septiembre tomaron la ciudad de Kunduz, los aviones militares de Estados Unidos intensificaron sus ataques contra las posiciones del movimiento islamista. Puesto que entre los edificios ocupados por los extremistas se encontraba un hospital de la ONG Médicos Sin Fronteras, uno de los ataques se dirigió contra el recinto sanitario, que quedó reducido a cenizas con los pacientes en su interior.
Al menos 22 personas murieron como consecuencia del ataque y 37 resultaron gravemente heridas. Ante las múltiples víctimas el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, exigió una investigación transparente del caso, que en su opinión puede ser considerado como un crimen de guerra.
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La 'supercumbre' de la 70.ª Asamblea General de la ONU
La agenda de la Asamblea General de las Naciones Unidas, inaugurada formalmente el pasado 15 de septiembre, entró el día 28 en su fase de debate general. Este año, en que se celebraba el 70.º aniversario del organismo, la asamblea contó con la participación de decenas de jefes de Estado y de Gobierno. En la primera jornada intervinieron con sus discursos Dilma Rousseff, Barack Obama, Vladímir Putin, Hasán Rohaní, François Hollande, Enrique Peña Nieto, Rafael Correa y Evo Morales.
Entre las propuestas presentadas por los líderes nacionales, destaca como la más atrevida y revolucionaria la del presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev, que pide considerar el traslado de la sede de la ONU a Asia, ya que el centro de crecimiento mundial se ha desplazado a este continente en la actualidad.
El día siguiente las delegaciones de todo el mundo pudieron escuchar el alentador pronóstico que ofreció el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. "Vamos a terminar el más antiguo conflicto armado del hemisferio occidental", aseguró el mandatario, que afirma que el conflicto de Colombia "terminará como máximo el 23 de marzo de 2016".
Las reuniones e intervenciones de los líderes mundiales en la ONU, minuto a minuto.
El Cuarteto de Normandía da un impulso a la retirada de armas en Donbass
El vídeo del apretón de manos entre los presidentes de Rusia y Ucrania, Vladímir Putin y Piotr Poroshenko, publicado en Instagram por François Hollande, representó uno de los éxitos de la semana. Fue grabado durante una reunión del Cuarteto de Normandía en París este 2 de octubre con el dispositivo móvil del líder galo. Sin embargo, el encuentro no se limitó a este gesto formal de respeto mutuo, sino que permitió avanzar en el cumplimiento de los acuerdos de Minsk.
En concreto, se centró en los futuros comicios en Donbass, detallando su procedimiento. El anfitrión de la cumbre afirmó que los participantes de las elecciones deben gozar de inmunidad, una idea que compartieron sus homólogos. Además, la reunión abrió una nueva fase en la retirada de armas de la zona del conflicto en el este de Ucrania.
Un acuerdo al respecto fue rubricado por las partes envueltas en el conflicto y los representantes de la OSCE el 29 de septiembre en Minsk. El documento estipula retirar en dos etapas todos los carros de combate y las piezas de artillería con calibres inferiores a 100 milímetros a al menos 15 kilómetros de la línea de contacto. Eso supone que las piezas de mayor calibre ya no están en la zona de alcance recíproco.
Después de la reunión del Cuarteto en Francia, tanto Ucrania como la República Popular de Lugansk procedieron a implementar lo acordado, mientras que Donetsk se obligó a retirar las armas tras dos semanas de ausencia de disparos por parte del Ejército de Ucrania.
Lea la noticia sobre la retirada de armas anunciada desde Minsk