Cómo explota Occidente el 'factor miedo' para justificar sus políticas provocadoras
Haz que las personas teman a algún enemigo externo y podrás someterlas a cualquier forma de control, porque es para 'protegerlas'
"Para quienes tienen un corazón débil, ha sido una semana de prueba: la 'agresión rusa nuclear', los 'misiles balísticos' de Corea del Norte o los terroristas que planean atacar a Estados Unidos y Europa. Por favor, Washington todopoderoso y benevolente, ¡protégenos!", ironiza el periodista británico Finian Cunningham en su artículo para RT.
Cunningham sostiene que la historia conoce muchos ejemplos de cómo el miedo se convirtió en un método de control de los tiranos. "Haz que las personas teman a algún enemigo externo y podrás someterlas a cualquier forma de control, porque es para 'protegerlas'", explica el periodista, para detallar que "el crimen organizado lo llama 'extorsión por protección', las potencias coloniales lo llamaban 'protectorados' y las supuestas democracias occidentales modernas afirman que es en nombre de 'la seguridad estatal'".
Para este analista político, se trata de "un engaño irrisorio" que se debería apreciar con facilidad "como farsa que es", pero el problema es que "el inmenso poder de los medios de comunicación occidentales" le otorgan "una apariencia de verosimilitud, credibilidad y normalidad".
El mito "inflado" de la supuesta amenaza rusa
Como ejemplo, el autor del artículo cita las palabras del canciller ruso, Serguéi Lavrov, quien esta semana ha acusado a los jefes de la OTAN y de otros países de "inflar hasta la histeria" el "mito" de la presunta amenaza rusa.
En opinión de Cunningham, lo que resulta "especialmente insultante para la inteligencia humana común y decente" es la afirmación difundida por los países occidentales de que "Rusia tiene previsto utilizar armas nucleares para intimidar a Suecia y los países bálticos".
"Como siempre, Washington y sus aliados de la OTAN no presentan pruebas para apoyar sus descabelladas declaraciones y, simplemente, convierten afirmaciones tendenciosas en 'hechos' a fuerza de repetición, difusión, diseminación y puro doble pensamiento", lamenta el periodista, que estima que, en este caso, el 'factor miedo' sirve para acallar la crítica popular en los países que integran esta alianza respecto a que sus gobiernos aglutinan poder militar alrededor de las fronteras de Rusia.
Corea del Norte es un 'enemigo nuclear' del mundo... ¿y EE.UU. no?
Para Cunningham, otro ejemplo son las advertencias de EE.UU. sobre el hecho de que Corea del Norte puede estar a un paso de obtener armas nucleares y dirigirlas contra Washington, afirmaciones difundidas de manera activa por los medios occidentales con el fin de darles credibilidad.
El autor admite que el lanzamiento del cohete norcoreano viola resoluciones de la ONU y que es probable que Pionyang esté utilizando la tapadera de la puesta en órbita de un satélite para probar su tecnología balística dual, pero recuerda que el país está lejos de ser capaz de montar una ojiva nuclear en un misil balístico intercontinental o que pueda atacar a un objetivo que se encuentra a miles de kilómetros.
¿Dónde está la responsabilidad de los gobiernos occidentales ante su pueblo por esas políticas provocadoras y precarias, dignas de un estado policial?
"En resumen, a pesar de lo que Washington y muchos medios de comunicación occidentales nos han hecho creer, Corea del Norte no es una amenaza para la seguridad internacional. Por supuesto, se puede decir que este estado hermético viola resoluciones de la ONU, pero de ningún modo es un enemigo nuclear del mundo", asegura el periodista, quien recuerda que EE.UU. tiene desplegadas más de 1.500 ojivas nucleares y es el único país que ha utilizado estas armas nucleares en algún momento.
Además, "con toda la grandilocuencia sobre la supuesta 'amenaza' de Corea del Norte, EE.UU. continúa el despliegue de su escudo antimisiles en Corea del Sur y Japón", un movimiento que, según Cunningham, resulta mucho más desestabilizador para la seguridad internacional que una supuesta infracción norcoreana, ya que aumenta el riesgo de una guerra nuclear.
"¿Dónde está la responsabilidad de los gobiernos occidentales ante su pueblo por esas políticas provocadoras y precarias, dignas de un estado policial? Si no la tienen, cumplen con la definición de un poder tiránico", concluye Finian Cunningham.