"EE.UU. debe dejar de apoyar a quienes están en el bando equivocado en Siria"
"El grado al que ha llegado la rivalidad de las grandes potencias en su enfoque de la crisis siria es ahora indudable", afirma el escritor y columnista Patrick Smith en un artículo de opinión publicado en la revista digital 'The Fiscal Times'. "Se debe por lo tanto colocar Siria sobre la mesa de negociaciones junto a Ucrania y la decisión recién anunciada del Gobierno de Obama de reforzar aún más las fronteras del este de Europa con Rusia por medio de la OTAN".
Smith tiene una receta común para EE.UU. y Rusia: "Un nuevo imperativo cae sobre Washington y Moscú. Ambos deben estar por encima de la tensión cada vez peor entre ellos, aunque sea solo por un tiempo, con el fin de hacer frente a un ambiente de seguridad cuyos peligros ahora desbancan sus ambiciones estratégicas particulares". No obstante, el primer paso lo debe dar la Casa Blanca: "Dejen de consentir que los sauditas y los turcos luchen en el lado equivocado en Siria en nombre del nacionalismo suní", sugiere el autor.
Precisamente Arabia Saudita y Turquía son responsables, en su opinión, de los mayores riesgos que corre la paz en el mundo.
Ante todo, Riad no se muestra interesado en luchar contra su "retoño ideológico" que es, en palabras del autor, el Estado Islámico. Por otro lado, la intervención turca promete unos resultados contrarios a lo que espera Occidente. Turquía ya ataca las posiciones de los kurdos, recuerda Smith. A su juicio, Damasco tiene razón al afirmar en una denuncia ante la ONU que la campaña de la artillería turca "es de apoyo directo a los grupos terroristas".
El analista admite que una de las intenciones implícitas de Rusia en Siria es dar a conocer a EE.UU. que la época del 'cambio de regímenes' en Oriente Próximo o dondequiera ha terminado. En este sentido, hay que tomar en serio la advertencia del primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, de que la intervención de Arabia Saudita provocaría una nueva guerra.
"Una guerra local se ha convertido ya en regional sin que nadie lo procurase; el riesgo de que se pueda volver global es inaceptablemente alto ahora", advierte el columnista.