El Ejército sirio con el apoyo de las milicias populares ha iniciado este sábado una gran ofensiva contra la mayor fortaleza del Estado Islámico en la provincia de Homs, informa la agencia RIA Novosti.
Según la información disponible, el objetivo es retomar el control de la ciudad de Al-Qaryatain, centro del país, donde antes de caer en manos de los terroristas en agosto del año pasado, gran parte de su población era cristiana. Los intensos combates se llevan a cabo desde tres frentes de esa localidad, donde no quedan civiles.
Desde el inicio de la ofensiva, el Ejército sirio ha liquidado a unos 30 terroristas. Sin embargo, el avance de las tropas gubernamentales se ve obstaculizado debido a la gran cantidad de minas y explosivos que los terroristas han establecido alrededor de Al-Qaryatain.
Efectos de la liberación de Palmira
El pasado fin de semana, las tropas sirias con apoyo de la aviación rusa lograron recuperar el control de otro importante punto de la provincia de Homs, la ciudad de Palmira, considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que fue invadida por los yihadistas en mayo de 2015.
Esa victoria permitió que el Ejército sirio avanzara hacia otra ciudad de importancia estratégica, Deir ez-Zor, capital de la provincia homónima. Este viernes, en las afueras de esa localidad los militares destruyeron un túnel excavado por los terroristas, que servía como ruta de abastecimiento de armas, alimentos, agua y les brindaba la posibilidad de escapar de esa ciudad sitiada por el Ejército.
Aportación de Rusia y barbaries del EI
Rusia prestará ayuda máxima a Siria para desactivar las minas en Palmira y sus alrededores. Las primeras unidades de especialistas y equipos robóticos rusos ya se encuentran en esa localidad para realizar trabajos de desminado.
Por otro lado, las fuerzas de seguridad sirias han descubierto una fosa común que contenía los cuerpos de más de 40 civiles, la mayoría de ellos mujeres y niños, en el noroeste de Palmira, presuntamente asesinados por el Estado Islámico.