Las nuevas Rutas de la Seda que infunden "pánico" en Washington
La propuesta de crear una alianza económica entre Rusia y la Unión Europea "desde Lisboa a Vladivostok" que el presidente ruso Vladímir Putin planteó hace 6 años en Alemania, sumada a una de las principales iniciativas del Gobierno chino denominada 'Un cinturón, un camino' que prevé la integración económica de Eurasia, genera "pánico" en el "neoconservador Washington". EE.UU. está "totalmente paralizado" en términos de "formular una respuesta o al menos una contrapropuesta frente a la integración euroasiática", opina el periodista Pepe Escobar en su artículo para RT.
La ambiciosa estrategia china, que goza de una financiación sólida, prevé el desarrollo económico de la región, la construcción de nueva infraestructura y nuevas Rutas de la Seda, tanto por tierra como por mar. La consolidación del yuan chino, que ya forma parte del grupo de élite de las divisas del FMI ―y que según varios expertos podría poner fin a la hegemonía del dólar estadounidense― es otro reto para las posiciones de EE.UU. en el panorama mundial. "¿Cómo aceptar que China está ganando el Nuevo Gran Juego del siglo XXI en Eurasia al construir las nuevas Rutas de la Seda?" Ese es el gran dilema de la Casa Blanca, según Escobar.
La integración euroasiática se intensificó en el Foro Económico Oriental que se celebró a principios de septiembre en la ciudad rusa de Vladivostok, donde Rusia, China, Japón y Corea del Sur discutieron sobre el desarrollo de la región, la cooperación económica y la realización de proyectos conjuntos. Al fusionarse con la Unión Económica Euroasiática, liderada por Rusia, esta integración sería "una especie de nueva Ruta de la Seda rusa", señala el analista geopolítico. "Aún más ambicioso será la expansión del ferrocarril Transiberiano de alta velocidad, la Ruta de la Seda de Siberia", agregó Escobar.
La Ruta de la Seda en Siria
Escobar se centra también en otra "agenda prácticamente invisible de Washington": romper el "eje de una nueva Ruta de la Seda" en Siria. El periodista señala que China ha tenido lazos comerciales con Siria desde los tiempos de la Ruta de la Seda original. Además, menciona que antes de la Primavera Árabe los empresarios sirios tenían una amplia presencia en la ciudad china de Yiwu, al sur de Shanghái, donde compraban numerosas mercancías para luego revenderlas.
Estados Unidos, ante las "malditas Rutas de la Seda"
La "guinda" que tendría que coronar la política económica global de Obama fue el TPP, un tratado de libre comercio fuertemente promovido por EE.UU. y negociado en secreto entre 12 naciones que bordean el océano Pacífico. "No obstante, el TPP en su estado actual está prácticamente muerto", indica Escobar.
Mientras el TPP es utilizado como un "arma para detener el dominio económico de China en Asia-Pacífico", Washington actúa a través de su Armada "para prevenir el predominio estratégico de China en el Pacífico". El periodista sostiene que los intereses principales de EE.UU. en la región se limitan a los vínculos industriales, financieros y comerciales con los nodos clave en Asia que son necesarios para restablecer su economía. El eufemismo popular "libertad de navegación" es utilizado por la Casa Blanca para controlar las líneas marítimas de la cadena logística china.
Asimismo, la expresión "agresión china", que se suma a la "agresión rusa", solo subrayan las ganas del Gobierno estadounidense de acabar con la cooperación estratégica entre Pekín y Moscú, que impulsa la integración de Eurasia, sostiene Escobar. "La hegemonía global de EE.UU. siempre debe ser percibida como un fenómeno natural inamovible, al igual que la muerte y los impuestos (Apple en Irlanda excluido)", añade.
"¿Cómo contener esas malditas rutas de la seda con China y Rusia, las "amenazas existenciales" del Pentágono, en pleno corazón de la actuación? Dividir y gobernar, ¿qué más?". Este es el rompecabezas de Washington que presenta Escobar, deseando al Gobierno de EE.UU. "una pesadilla agradable".