¿Bajará de verdad el precio de la gasolina en México?
El ajuste diario a los precios de la gasolina en México sigue generando debate. La medida, que entró en vigor el primer día de 2017, fue denominada desde el comienzo como el 'gasolinazo', ya que acarreó un aumento de hasta el 20% del precio de los combustibles, lo que generó protestas a lo largo y ancho del país.
El Gobierno mexicano, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto, argumentó que la "dolorosa" medida se debía a la falta de recursos petroleros.
El presidente llegó a decir que Mexico había perdido su "gallina de los huevos de oro", en referencia al pozo petrolero de Cantarell y a la vieja paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex). Sin embargo, después dijo que la supuesta liberalización del precio de acuerdo con los mercados internacionales haría que los precios de la gasolina bajaran eventualmente.
Casi dos meses después del 'gasolinazo' los precios ya comenzaron a variar diariamente y solo bajaron uno o dos centavos, en comparación con la estrepitosa alza que experimentaron en enero.
El medio económico 'Expansión' publicó un texto titulado '¿Cuándo bajará de precio la gasolina en México' en el que diversos analistas de corporaciones y calificadoras financieras advierten que esperar una bajada del precio de la gasolina a corto plazo sería complicado. Los analistas hablan de "despolitizar" el precio de la gasolina.
La gasolina ya habría bajado
Sin embargo, expertos consultados por RT opinan lo contrario y sostienen que la medida es política desde sus inicios, no siendo la intención equiparar el precio de venta de la gasolina mexicana a otros precios del mundo, sino beneficiar a sectores empresariales.
Actualmente el precio de la gasolina depende de las mezclas estadounidenses. Las dos mezclas de EE.UU. se ha mantenido en 43 y 50 dólares. Además, el dólar ha bajado de casi 24 pesos, cuando Donald Trump asumió la presidencia del vecino de México, a 19 pesos.
"Conforme a esta argumentación, el precio de la gasolina debería bajar de manera considerable, hasta dos pesos" cuenta a RT Walter Ángel, ingeniero y miembro del Sistema Integral de Análisis Estratégico de la Energía en México.
Ángel explica que la política mexicana de precios de la gasolina tiene truco: el aumento de las ganancias de los vendedores de gasolina en México, que ahora controlan la importación, el transporte y el expendio de gasolina, cosas que antes realizaba Petróleos Mexicanos.
Ahora, dice el ingeniero, las nuevas empresas "tienen toda la cadena" del negocio de la gasolina desde que en México fue promulgada la Reforma Energética (2013), que cambió radicalmente la manera de producir petróleo y electricidad en el país.
Walter Ángel opina que la gasolina no va a bajar realmente porque la liberalización no existe, pues la Secretaría de Hacienda, el órgano encargado de recabar impuestos en México, mantiene el control de los precios, que no se ajustan realmente al mercado estadounidense. El Gobierno, mediante la Secretaría de Hacienda, decide actualmente qué día se libera el precio y qué día no, en beneficio de empresas como Femsa, Cargill y Walmart, que ya anunciaron que van a abrir gasolineras en el país.
Una cortina de humo
Alberto Montoya, del Centro de Estudios Estratégicos Nacionales, cuenta que la clave para entender la reforma a los precios de los combustibles es que el Gobierno considera que "la competencia" llevará a México a resultados más eficientes en materia económica.
"El objetivo de esta supuesta competencia es quitar a Pemex como garante del abasto y provisión de gasolina y que el negocio lo controlen empresas extranjeras. ¿Cómo se logra hacer este despojo? Mediante toda una cortina de humo de la supuesta competencia", explica Montoya.
Asimismo, explica que Pemex pondría en bandeja de plata el petróleo, pues todas las empresas que están obteniendo permisos para importar gasolinas y distribuirlas usan los cinco mil kilómetros de poliductos que tiene Pemex, por lo que las empresas privadas no han invertido un centavo en infraestructura.
"Es prácticamente un subsidio del Estado mexicano a inversionistas extranjeros", denuncia Montoya.
Somos ciudadanos, no consumidores de gasolina
"Somos ciudadanos, no consumidores de gasolina: así estamos viviendo el despojo", subraya Montoya.
A juicio del experto en política energética, el tema es difundido en medios de comunicación como un asunto de precios: al mexicano se le ve como a un comprador, no como a una persona con derechos. Y advierte que las mayores consecuencias para el país serán la pérdida de soberanía energética de México, una reducción mayor de la tasa de crecimiento, la necesidad de importar productos, la caída de salarios y la inflación.
El ingenieroÁngel estima que, a fin de cuentas, esta política repercutirá a corto y medio plazo en el aumento del costo de la vida para los mexicanos, tal como ocurrió con productos de la canasta básica en el primer mes del 'gasolinazo'. Por ello, el aumento en el precio del diesel, no solo de las gasolinas que usan los automovilistas, tendrá repercusiones sociales.
"A largo plazo, esto implica un modelo de dependencia de los combustibles estadounidenses", sentencia Ángel.
Al-Dabi Olvera