¿Puede desatarse una guerra entre España y Reino Unido?
Con el comienzo de la implementación del 'Brexit', que supondrá la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), Bruselas emitió una resolución que otorga poder de veto a España sobre el futuro del peñón de Gibraltar.
Ese hecho provocó reacciones en Londres, incluso algunos exabruptos de altos cargos británicos, quienes llegaron a afirmar la posibilidad de desarrollar una guerra contra Madrid por la soberanía de ese territorio.
Origen
El 29 de marzo, la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, envió una carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk para invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que permite a los países integrantes de la UE abandonar la organización.
En esa misiva, la mandataria no mencionó a Gibraltar, una circunstancia que el líder socialdemócrata Tim Farron consideró "un error estratégico grave".
Respuesta de la UE
Bruselas aceptó la resolución británica, que responde al referéndum votado en 2016, pero estableció en un borrador una cláusula respecto al peñón de Gibraltar.
En su momento, los habitantes de este dominio británico en territorio español votaron a favor de permanecer en la UE, con lo cual la entidad europea ha señalado que el 'Brexit' no se aplicará en ese lugar de forma inmediata y que, una vez que el Reino Unido abandone la organización, "ningún pacto" entre Londres y la UE se podrá implementar en Gibraltar "sin el acuerdo entre España y el Reino Unido".
Repercusión
Theresa May aseguró que "nunca" cederá la soberanía del peñón y subrayó su "firme e histórico compromiso" a la hora de apoyar a "sus habitantes y su economía", mientras que su ministro de Defensa, Michael Fallon, aseveró que "vamos a proteger Gibraltar hasta sus últimas consecuencias".
El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, subió el tono y acusó a Tusk de comportarse "como un marido cornudo" que, tras el "divorcio", la toma "con los niños" y fue más allá: añadió que Gibraltar no va a ser "un peón" ni "una víctima del 'Brexit'" porque "votamos a favor de permanecer en la Unión Europea, por lo que desquitarse con nosotros significa permitir que España se comporte como un matón".
Lenguaje bélico
Más polémica fue la declaración del antiguo líder del Partido Conservador británico, Michael Howard: "Hace 35 años otra mujer, primera ministra, hizo cruzar medio mundo a una fuerza militar para defender la libertad de otro pequeño grupo de británicos" —la Guerra de Malvinas (1982)—, con lo cual "estoy absolutamente seguro de que nuestra actual primera ministra exhibirá el mismo aplomo a la hora de defender a nuestra gente en Gibraltar".
Cristopher John Parry, excomandante de la Marina Real Británica, mantuvo ese tono beligerante: "España debe aprender de la Historia que no merece la pena enfrentarse a nosotros" y apostilló que "podríamos paralizar España y creo que los estadounidenses, probablemente, nos apoyarían".
Otras reacciones
El ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis, consideró que "alguien en Reino Unido está perdiendo los nervios, pero no hay ninguna base para ello" y, tras las palabras de sus compatriotas, la propia May trató de rebajar la tensión: "Queremos negociar el mejor acuerdo posible para el Reino Unido y para Gibraltar".
Por su parte, Bruselas llamó al "diálogo" y la "cooperación". De hecho, el titular de Exteriores neerlandés, Bert Koenders, invitó a las partes a "estar tranquilas" y "no emplear un lenguaje tan duro".
Finalmente, el antiguo ministro británico de Exteriores, el laborista Jack Straw, opinó que la idea de que el Reino Unido o España combatan entre sí por Gibraltar es "sinceramente absurda".