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Acuerdos comerciales con Japón, Canadá o Mercosur: "La UE ha fracasado como unión de pueblos"

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Entrevista a la presidenta de ATTAC-España sobre la opacidad de los acuerdos comerciales que negocia la UE con otros países, su objetivo y los riesgos que conllevan.
Acuerdos comerciales con Japón, Canadá o Mercosur: "La UE ha fracasado como unión de pueblos"

Una reciente filtración de Greenpeace ha revelado que la Comisión Europea está negociando un acuerdo de libre comercio con Japón (JEFTA, por sus siglas en inglés) que, de nuevo, se caracteriza por el secretismo y la opacidad. La noticia se produce justo cuando otro polémico tratado, el CETA (entre la UE y Canadá), está en proceso de ratificación por los parlamentos nacionales y las negociaciones del TTIP (UE - EE.UU.) han quedado suspendidas.

Sin embargo, la lista de países con los que la UE quiere promover el libre comercio es infinita, y comprende desde acuerdos como el TISA, centrado en el comercio de servicios y en el que están implicados casi 60 países, hasta conversaciones bilaterales con Mercosur, México, África Oriental o algunos países asiáticos.

Cuca Hernández, portavoz de la campaña estatal 'No al TTIP' y presidenta de Attac - España, la Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Acción Ciudadana, ha concedido una entrevista a RT para hablar sobre la opacidad de estos acuerdos comerciales, el objetivo que tienen para la Comisión Europea y los riesgos que conllevan.

RT: Esta forma de negociar los acuerdos, en secreto y sin información, ¿ha sido la forma habitual de proceder de la UE?

C.H.: La Comisión Europea y Japón llevan 18 rondas de negociaciones, pero la realidad es que todos estos tratados se negocian en secreto. No se informa del inicio de las negociaciones, no se publican las conversaciones y, sobre todo, no se informa a la ciudadanía de las cuestiones que se están tratando, cuando son temas que afectan a todos.

Te ponen el ejemplo de que los acuerdos comerciales entre dos empresas tienen que ser secretos por cuestiones de competencia, pero aquí no hablamos de dos empresas, hablamos de acuerdos comerciales que afectan a todos los ciudadanos y que tienen consecuencias para el planeta, como sucede con el comportamiento de Japón en cuestiones medioambientales.

Hay que recordar que la Comisión Europea, que es la encargada de negociar estos tratados, está ahora mismo negociando acuerdos comerciales con muchos países de África, con los países latinoamericanos de Mercosur, y negocia también el TISA - Acuerdo sobre el Comercio de Servicios - , en el que están implicados 58 países… Es su modelo, y a pesar de ser un modelo que ha fracasado, como ha demostrado el Tratado de América del Norte - NAFTA -, y otros que se han firmado, la Comisión sigue defendiendo este modelo con mucho empeño, porque ahora mismo es el líder mundial del libre comercio

Como explicaba (el periodista) Joaquín Estefanía recientemente, la globalización es algo que es prácticamente inevitable, pero lo que sí es evitable es la desregularización de ese libre comercio y el planteamiento de que las empresas son las que tienen que marcar las normativas a los Estados y a la dinámica social, que es en alguna medida lo que suponen estos tratados.

RT: La filtración de Greenpeace hace hincapié en los riesgos para el medioambiente de alcanzar un acuerdo comercial con Japón, ¿es así?

C.H.: Japón es un devorador de madera y lleva a cabo prácticas como la caza de ballenas intensiva, así como de otras especies, lo que pone en riesgo los compromisos adquiridos en otros acuerdos. El tema fundamental aquí es que no tiene ningún sentido firmar acuerdos globales de medio ambiente  como el COP21 de París, que no es el máximo a lo que se podría llegar pero que supone una serie de compromisos, cuando los mismos países que firman estos tratados de respeto de una serie de normas para la sostenibilidad del planeta y para frenar el cambio climático, firman también otros acuerdos comerciales que son mucho más vinculantes y que se cargan todo lo firmado, todo lo acordado, en estos acuerdos.

RT: ¿Y qué consigue la Comisión Europea con la firma de todos estos tratados?

C.H.: El objetivo es la liberalización del mercado. No hay que olvidar que la UE comenzó siendo un mercado común, cuyo planteamiento era la libertad de movimientos de capitales. El problema es que con los últimos movimientos a nivel político que se están dando en la UE, cada vez volvemos más a ese libre mercado de capitales y menos al libre movimiento de las personas. La UE es un tratado de libre comercio. Y la Comisión Europea lo que hace es ejercer como un gobierno, que no es gobierno de todos los europeos, negociando otros tratados con el objetivo de ampliar este área de libre comercio a nivel global.

Desde la campaña lo que queremos dejar claro es que no estamos en contra del comercio, estamos en contra de este mal llamado libre comercio, que lo que genera es la eliminación de normas de protección social, de protección ambiental, de protección laboral, y que pretende crear otras normas de protección al servicio de las grandes multinacionales y de los inversores. Al final se cambia la balanza, y el beneficio y el lucro de las empresas se convierte en un objeto de derecho.

Lo vemos por ejemplo en la Constitución Española. La Constitución Española defiende el derecho a la propiedad privada, pero también defiende el derecho a que los ciudadanos españoles tengan un trabajo y una vivienda. Sin embargo, a la hora de la verdad, se proyecta el derecho a esa propiedad privada en contra de los derechos de los ciudadanos a tener una vivienda. La legislación funciona así. Eso se está ampliando en todos los sentidos, es decir, se amplían los derechos de esa propiedad privada, y sobre todo el lucro de esa propiedad privada, en contra del resto de derechos.

RT: ¿Cuántos acuerdos podría estar negociando ahora mismo la Unión Europea?

C.H.: En la página de la Comisión Europea, en el apartado de acuerdo de libre comercio, aparecen toda la lista de acuerdos que se están negociando. Lo que te comentaba antes, se están negociando muchísimos acuerdo con países de todo el mundo. Ahora mismo, desde la campaña, porque no podemos estar pendientes de todos, los que más nos preocupan son el acuerdo de la UE con Mercosur, el TISA, este nuevo acuerdo con Japón y el CETA, pero se están negociando acuerdos con China, con países del norte de África…

RT: ¿Cuál es la preocupación principal del acuerdo de la UE con Mercosur?

C.H.: Lo que nos preocupa fundamentalmente es el modelo, es el sistema que nos quieren imponer. En el caso de Mercosur, se trata de una acuerdo con economías más vulnerables que las europeas, y que puede suponer un planteamiento en alguna medida colonialista por parte de las economías europeas.

RT: Y con Donald Trump en la Casa Blanca, ¿podemos dar por muerto el TTIP?

C.H.: El TTIP está en un cajón, no está muerto. Las últimas noticias que tenemos es que Donald Trump quería negociar un tratado para reducir los aranceles a los productos americanos en Alemania, para modificar el déficit que hay de exportación - importación, y Angela Merkel le repitió varias veces que, desde que existe la UE, los tratados se tienen que negociar en la Comisión Europea.

EE.UU. está en proceso de revisión del NAFTA, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, y está en proceso de revisión o paralización del TTP, el Tratado Transpacífico, por lo que el TTIP forma parte de las prioridades menores que en estos momentos tiene EE.UU. Pero no está muerto, está en un cajón esperando su momento.

RT: Este jueves, en España, se vota en el Congreso el CETA y parece que el PSOE se abstendrá, ¿hay alguna posibilidad de que no sea ratificado?

C.H.: La realidad es que sumando los votos del PSOE y Unidos Podemos con las confluencias no se alcanza la mayoría suficiente para no ratificar este tratado, pero nos habría gustado que la postura de los socialistas fuese mucho más concreta. La abstención no compromete a nada, y un 'no' hubiese abierto un debate dentro de la socialdemocracia europea y dentro de otros países socialdemócratas europeos.

La socialdemocracia en Europa está de capa caída. En Francia han llegado a la insignificancia. A pesar de que en Reino Unido han alcanzado un nivel bastante alto, en otros países, precisamente por su política de socioliberales, están generando desconfianza. Es decir, la gente a la hora de votar, está viendo que están defendiendo las políticas neoliberales, igual que un partido de derechas. Entonces, al final, la gente se decide por lo auténtico o por posiciones más de izquierda, pero abandonan a los partidos socialdemócratas, porque no ven una diferenciación con las políticas de derechas.

Es decir, la definición que en estos momentos Pedro Sanchez o Jeremy Corbyn están teniendo, más a la izquierda, les puede salvar, pero en estos momentos lo que es importante es parar ese planteamiento de políticas neoliberales. Y decir 'no' al CETA era una oportunidad tremenda.

Dentro de los socialistas ha habido incluso opiniones muy importantes, como es el caso de Cristina Narbona o Pérez Tapias, que se han definido claramente en contra del CETA, precisamente por lo mismo que décimo nosotros: no protege los derechos sociales, ni los laborales, ni la cuestión climática, y no ofrece garantías. La única garantía que ofrece el tratado es la de los inversores a tener beneficios. Es una medalla que nos podemos poner en la campaña, porque si no hubiésemos asistido en esta tarea de informar y de difundir los riesgos del CETA, ni tan siquiera se hubiesen abstenido. Pero yo creo que sería importante el 'no', pero me temo que no va ser así.

RT: Y el TISA, ¿en qué punto de las negociaciones está?

C.H.: Con el TISA se están planteando cerrar las negociaciones para este Otoño. Pero todo está siendo muy secreto, solo tenemos filtraciones y es complicadísimo ver en qué punto están. Este acuerdo es tremendo. Están abriendo de tal forma esa libertad de mercado que están reduciendo al máximo la capacidad de los servicios públicos, la capacidad de normativa en cuanto a los servicios públicos por parte de los Estados, e incluso, la capacidad de generar reglas para el acceso a la compra pública por parte de los Estados. De hecho, yo creo que de todos los tratados que estamos hablando, es el más peligroso y el más dañino.

RT: Pero todo esto, ¿no provoca un alejamiento mayor de los ciudadanos con la UE?

C.H.: La UE ha fracasado como Unión de los pueblos. La UE ha fracasado en la solidaridad con los ciudadanos. Lo estamos viendo con el tema de la migración, que cada vez hay más fronteras. A nivel económico ha fracasado a la hora de dar garantías a los ciudadanos de una mejor calidad de vida. Se creó, se fundó, precisamente para demostrar que dentro del capitalismo se podía generar un Estado de bienestar, pero claro, el neoliberalismo no estaba tan en boga como en estos momentos y el Estado de bienestar ha pasado a mejor vida.

En estos momentos, la UE no funciona ni tan siquiera como Unión. Está funcionando como libertad de movimientos de capitales y ese parece ser el único objetivo. Y a nivel legislativo ha fracasado. Tenemos un Parlamento Europeo que no tiene capacidad de legislar, que solamente puede plantear o sugerir normas para que las apruebe la Comisión Europea y se ratifique por parte del Consejo Europeo. Al final, cada gobierno está luchando por sus intereses y no están tratando de encontrar algo común entre ellos.

María Jesús Vigo Pastur

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