Los ejercicios militares Zapad 2017 (Occidente 2017) que Rusia y Bielorrusia realizan de manera conjunta han entrado en su segunda fase. Esta etapa comprende una serie de ejercicios prácticos que incluyen maniobras de defensa, transición hacia acciones ofensivas y operaciones para concretar la derrota de enemigos simulados.
Tras tres días de ejercicios, que se llevan a cabo hasta el 20 de septiembre, este domingo cerró con una serie de operaciones exitosas en aire y tierra, captadas en una serie de impresionantes videos.
Segunda etapa: primera jornada
Los ensayos en el polígono Luga, situado cerca de San Petersburgo, incluyeron tareas de evacuación de personal y reparación de decenas de vehículos militares, entre ellos tanques T-72B3, blindados BTR-82A y vehículos de combate de infantería BMP-2. Además, se probó el funcionamiento de estaciones de radio, dispositivos electrónicos y ópticos y medios de protección contra agentes químicos.
Por otra parte, tropas de infantería motorizada en el polígono Luga respondieron a una operación de aterrizaje de un enemigo simulado. Las unidades hostiles fueron rodeadas y sometidas al fuego de obuses de artillería y de un batallón de tanques.
En Bielorrusia, divisiones de ingeniería prepararon zonas de defensa contra enemigos simulados. Esta prueba incluyó una búsqueda de explosivos y remoción de minas a lo largo de más de 50 kilómetros utilizando trajes de protección OVR-2. Por su parte, el personal de las unidades rusas desarrolló actividades destinadas a repeler grupos de sabotaje y reconocimiento en las zonas de defensa.
La aviación de asalto destruyó columnas de vehículos blindados en la región de Leningrado. Los pilotos realizaron lanzamientos prácticos de misiles no guiados a bordo de aviones Su-25, y posteriormente llevaron a cabo maniobras aéreas para esquivar misiles lanzados desde tierra. En el ejercicio también participaron cazas Su-35S y bombarderos Su-24M.
Como parte de las operaciones de búsqueda y reconocimiento en la región rusa de Pskov, tropas aerotransportadas detectaron instalaciones enemigas simuladas en zonas de difícil acceso, donde debieron también repeler emboscadas. Las pruebas se realizaron a bordo de cuadriciclos AM-1 y con apoyo de robots biomórficos Rys, mientras que las tropas hicieron uso del avanzado equipamiento de combate ruso Rátnik.