"Assange trabaja para la gente y ahora tenemos que salvarlo nosotros"
El filósofo esloveno Slavoj Zizek denuncia que Julian Assange "ha sido silenciado de nuevo" y esta vez "en el momento más sospechoso". En un artículo para RT titulado 'Assange trabaja para la gente, ahora tenemos que salvarlo nosotros', Zizek sostiene que esto no es de extrañar si se tiene cuenta toda la historia de Cambridge Analytica, presente últimamente en las noticias por el escándalo de las filtraciones de Facebook, lo que lleva a pensar sobre la posible motivación de ciertas personas para mantener callado al fundador de WikiLeaks. En su opinión, un país pequeño como Ecuador se ve sometido a una presión brutal por parte de los gobiernos occidentales, que pretenden aumentar el aislamiento de Assange de la escena pública.
Desde el pasado 27 de marzo el periodista australiano no tiene acceso a Internet y a muchos de sus visitantes le ha sido denegada la entrada, lo que "representa una muerte social lenta para una persona que ha pasado casi seis años confinado en un apartamento en la Embajada ecuatoriana en Londres", recuerda Zizek.
Se trata de medidas restrictivas que ya fueron activadas hace poco, durante las elecciones en Estados Unidos, si bien en aquel entonces se utilizó como excusa el hecho de que los materiales publicados por WikiLeaks podían afectar a la carrera electoral de Trump y de Clinton. Sin embargo, esta vez las comunicaciones de Assange fueron bloqueadas simplemente por hacer declaraciones políticas en su cuenta de Twitter.
Zizek se pregunta por el escado entusiasmo que han suscitado en la opinión pública estas acciones del Gobierno de Ecuador en relación al ciberactivista. "Actualmente, la 'injerencia' de Assange en las relaciones internacionales consiste únicamente en publicar en la web sus opiniones sobre la crisis de Cataluña y el escándalo por el envenenamiento de Skripal. Entonces, ¿por qué razón una acción reciente tan brutal ha causado tan poco jaleo en la opinión pública?", se pregunta.
En su intento por hallar una respuesta, el analista subraya que ya "no basta con afirmar que la gente simplemente se cansó de Assange". El fundador de WikiLeaks es "un refugiado de la justicia que se esconde en la embajada de Ecuador para escapar del juicio", recuerda Zizek, antes de lanzar pregunta: "¿qué tipo de justicia es esta que amenaza con detenerlo cuando el caso ya ha sido retirado?".
La explicación a este proceso, según el autor del artículo, se encuentra detrás de la empresa británica Cambridge Analytica, que "representa todo lo que Assange trata" y "por lo que lucha", es decir, "la divulgación del vínculo entre las grandes corporaciones privadas y las agencias gubernamentales". Por este motivo, y en relación a las acusaciones de Occidente sobre la injerencia rusa en las elecciones en EE.UU, el pensador sostiene que "el gran lobo malo que distorsiona nuestra democracia no está en el Kremlin, sino que camina por el mismo Occidente, y esto es lo que Assange estaba reclamando todo el tiempo".
En referencia a las grandes corporaciones como Facebook y Google —a las que denomina 'nuevas formas de control social'— , el filósofo sostiene que se trata de "otra lección clave" de WikiLeaks, la de que "nuestra falta de libertad es más peligrosa cuando se experimenta como la manifestación misma de nuestra libertad".
Zizek recuerda que "Assange se caracterizó a sí mismo como el espía de y para la gente", si bien —argumenta— "no está espiando a la gente para los que están en el poder", sino que "espía a aquellos que están en el poder para la gente". "No tiene a ningún estado detrás de él, sino a nosotros, al público", subraya el filósofo, recalcando que "los únicos que realmente pueden ayudarlo ahora somos nosotros, las personas".